"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

El Rublogas: La nueva moneda de reserva basada en recursos naturales

Saddam, Gaddafi, Irán, Venezuela – todos ellos lo intentaron pero no pudieron hacerlo. Pero Rusia está en un nivel totalmente diferente.

La belleza del jujitsu geoeconómico de cambio de juego, de gas por rublos, aplicado por Moscú es su cruda simplicidad.

El decreto presidencial del presidente ruso Vladimir Putin sobre las nuevas condiciones de pago de los productos energéticos, como era de esperar, fue malinterpretado por el colectivo occidental. El gobierno ruso no exige precisamente un pago directo por el gas en rublos. Lo que Moscú quiere es que se le pague en el Gazprombank de Rusia, en la moneda que elija, y no en una cuenta de Gazprom en cualquier institución bancaria de las capitales occidentales.

Esa es la esencia del “menos es más”. Gazprombank venderá las divisas -dólares o euros- depositadas por sus clientes en la Bolsa de Moscú y las abonará en diferentes cuentas en rublos dentro de Gazprombank.

Lo que esto significa en la práctica es que las divisas deben enviarse directamente a Rusia y no acumularse en un banco extranjero, donde pueden ser fácilmente secuestradas o congeladas.

A partir de ahora, todas estas transacciones deben transferirse a una jurisdicción rusa, eliminando así el riesgo de que los pagos se interrumpan o se bloqueen directamente.

No es de extrañar que el servil aparato de la Unión Europea (UE) -que se dedica activamente a destruir sus propias economías nacionales en nombre de los intereses de Washington- no esté intelectualmente capacitado para entender el complejo asunto del cambio de euros a rublos.

Gazprom facilitó las cosas este viernes, enviando notificaciones oficiales a sus homólogos de Occidente y Japón.

El propio Putin se vio obligado a explicar por escrito al canciller alemán Olaf Scholz cómo funciona todo.

Una vez más, muy sencillo: Los clientes abren una cuenta en Gazprombank en Rusia. Los pagos se realizan en moneda extranjera -dólares o euros-, se convierten en rublos según el tipo de cambio vigente y se transfieren a las diferentes cuentas de Gazprom.

De este modo se garantiza al 100% el pago a Gazprom.

Esto contrasta con lo que Estados Unidos estaba obligando a los europeos a hacer: pagar el gas ruso en las cuentas de Gazprom en Europa, que luego serían congeladas instantáneamente. Estas cuentas sólo se desbloquearían con el fin de la Operación Z, las operaciones militares de Rusia en Ucrania.

Sin embargo, los estadounidenses quieren que la guerra continúe indefinidamente, para “empantanar” a Moscú como si se tratara de Afganistán en la década de 1980, y han prohibido terminantemente que el comediante ucraniano frente a una pantalla verde en algún lugar -ciertamente no en Kiev- acepte cualquier cese del fuego o acuerdo de paz.

Así que las cuentas de Gazprom en Europa seguirían congeladas.

Mientras Scholz seguía tratando de entender lo obvio, sus secuaces económicos se volvieron locos, haciendo flotar la idea de nacionalizar las filiales de Gazprom -Gazprom Germania y Wingas- en caso de que Rusia decida detener el flujo de gas.

Esto es ridículo. Es como si los funcionarios de Berlín creyeran que las filiales de Gazprom producen gas natural en las oficinas con calefacción central de toda Alemania.

El nuevo mecanismo de rublos por gas no viola en absoluto los contratos existentes. Sin embargo, tal y como advirtió Putin, los contratos existentes sí pueden ser interrumpidos: “Si no se realizan estos pagos [en rublos], consideraremos que se trata de un incumplimiento de los compromisos por parte de los compradores, con todas las consecuencias que ello conlleva”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, fue categórico al afirmar que el mecanismo no se anulará en las actuales y nefastas circunstancias. Sin embargo, eso no significa que el flujo de gas se vaya a cortar instantáneamente. Se espera el pago en rublos por parte de “los no amigos” -una lista de Estados hostiles que incluye sobre todo a Estados Unidos, Canadá, Japón y la UE- en la segunda mitad de abril y principios de mayo.

Para la abrumadora mayoría del Sur Global, el panorama general está claro como el agua: una oligarquía atlantista se niega a comprar el gas ruso, esencial para el bienestar de la población de Europa, mientras que está plenamente comprometida con la militarización de las tasas de inflación tóxicas contra la misma población.

Más allá del rublogas

Este mecanismo de gas por rublos -llamado Rublegas- es sólo el primer bloque concreto en la construcción de un sistema financiero/monetario alternativo, en tándem con muchos otros mecanismos: el comercio rublo-rupee; el petroyuan saudí; el mecanismo de derivación SWIFT Irán-Rusia; y el más importante de todos, el diseño de la Unión Económica China-Eurasia (EAEU) de un sistema financiero/monetario integral, cuyo primer borrador se presentará en los próximos días.

Y todo lo anterior está directamente relacionado con la sorprendente aparición del rublo como nueva moneda de reserva basada en los recursos.

Tras las previsibles fases iniciales de negación, la UE -en realidad, Alemania- debe enfrentarse a la realidad. La UE depende del suministro constante de gas ruso (40%) y de petróleo (25%). La histeria de las sanciones ya ha provocado un retroceso certificado.

El gas natural cubre el 50% de las necesidades de las industrias química y farmacéutica alemanas. No hay un sustituto viable, ya sea de Argelia, Noruega, Qatar o Turkmenistán. Alemania es la potencia industrial de la UE. Sólo el gas ruso es capaz de mantener la base industrial alemana -y europea- en funcionamiento y a precios muy asequibles en caso de contratos a largo plazo.

Si se rompe este sistema, se producirán terribles turbulencias en toda la UE y fuera de ella.

El inimitable Andrei Martyanov lo ha resumido así: “Sólo dos cosas definen el mundo: la economía física real y el poder militar, que es su primer derivado. Todo lo demás son derivados, pero no se puede vivir de los derivados”.

El casino turbo-capitalista estadounidense se cree su propia “narrativa” derivada, que no tiene nada que ver con la economía real. La UE se verá finalmente obligada por la realidad a pasar de la negación a la aceptación. Mientras tanto, el Sur Global se adaptará rápidamente al nuevo paradigma: el Gran Reseteo de Davos ha sido destrozado por el Reseteo ruso.

 

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