"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

¿Es Trump un peso pesado en la política venezolana?

Al regreso de su veranillo, Guaido se reunió, en  el Hotel Lido, con Esteban Prudencio y de entrada balbució, “aquella tarde dijimos que sería rudo, en estos días   me siento súper coñaseado”.

“Estamos a punto  que nos cuenten 10” terció el coach del cuarto de guerra, que funcionó  hasta el barranco de la “ayuda humanitaria entra sí o sí”.

Hicieron un pasaje rapidísimo por el desmoronamiento de  la política de “Ahora o nunca salimos del usurpador”; la inutilidad de fijar   plazos para “instalar nuestras oficinas en Miraflores”; y por el resbalón pendejo, de dejar  fuera  del reparto de los fondos robados   “a los diputados que destruyeron la imagen  de la Asamblea Nacional”, por unos “pinches dólares me reclamó arrecho J.J. Rendón”, tapándose la cara con la servilleta dijo Guaido Al final de la angustiosa conversa,  las frases de despedida son del tipo    clavo caliente o  agárrate de la brocha que se viene abajo la escalera: “solo nos queda Trump,  ¿nos joderemos con esa?”.

Prudencio ya sabe que la “prote” de EEUU no garantizó ni garantiza un Guaido en alza, que el chantaje del intervencionismo de Trump no es más  que una incertidumbre de uñas cortas, si Guaido es lo que es, un proyecto sin tino ni concierto. Ambos coincidieron en hacerle caso a J. J. Rendón: “Tenemos que apurarnos, estamos a punto de que nos lleve la chingada”.

Desde ese encuentro,  Guaido ha comprobado una y otra vez, que su paseíto  por “la Europa” y EEUU no se traduce en términos de un alza de su convocatoria  y movilización.  Y ese empujón, ya está claro que no depende de Trump.

Eso de “soy el preferido de Trump”, sintonizado con la política de la Casa Blanca   “Guaido es el presidente que quieren los venezolanos”, es pólvora mojada. Trump, para nada es un peso pesado de la política venezolana.

Si lo fuese,  instalado un protectorado imperial en Venezuela, y Guaido no sería un cadáver insepulto y ambulante.

Incluso, hubiese  aceptado la realización de las elecciones a la Asamblea Nacional, ya que garantizaría  un triunfo seguro de  los vende patria.

Por eso,  Trump y sus voces parlantes crecientemente dos y deslegitimados repiten continuamente: “Haremos todo lo que sea necesario para liberar a Venezuela”.

Y también por eso, la plataforma comunicacional del imperio,  y  de los secuaces internos a sueldos redoblaron el trabajito de fuentes abiertas, en todo el mes de febrero:

Decían o querían decir que  incendiarían la pradera… La vaina estallaría por   Apure, Bolívar y Táchira. ¿Y por qué no, “aquí mismo en Caracas”?

Incrementaron  las tentativas de ataques aéreos, 188  intentos fracasados,

Aceleraron el asedio naval  entre el 20 y 23 febrero,

Reforzaron las medidas coercitivas con la sanción contra Rosneft,  “por negociar  crudo venezolano”, el libreto de  “añadimos sanciones más fuertes y veremos qué pasará”. Y tiraron a destruir CONVIASA.

Entonces, como de hechos se trata, Remigio Ceballos  envía un mensaje el 24 de febrero: “El llamado es a todos los venezolanos, unámonos para combatir a los apátridas”

Sí las aguas no bajan tranquilas,  los chavistas sabemos que nos la jugamos.  Ya veremos, frente a frente, a los que se suponen inmunes a las consecuencias de un conflicto bélico interno, de una guerra civil que no deseamos “in extremis”.

También te puede interesar

Deja tus comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *