"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Todo es una contradicción

Nada es estático. «Todo fluye, todo cambia». «Somos y no somos». Son palabras atribuidas a HERACLITO, por allá, entre los años 544 y 484 a.c. lapso en el que se registra la vida de este filósofo griego. Algunos le consideran el precursor del Materialismo Dialéctico. Luego de él, ,  Sócrates y Platón, hicieron uso de la dialéctica en sus disertaciones y escritos, pero bajo una concepción idealista.

Fueron Marx y Engels en el siglo XIX, quienes nutriéndose de esas fuentes, sistematización y le dieron un carácter más acabado al MATERIALISMO DIALÉCTICO, que junto al MATERIALISMO HISTÓRICO, constituyen los dos pilares del Marxismo.

Se pudiera estar de acuerdo o no con el marxismo, pero lo que nadie puede negar es la prevalencia de la CONTRADICCIÓN en toda manifestación de la naturaleza y del ser humano. Sería como negar la vida y la muerte, expresiones, precisamente, de dos contrarios de un todo único, de dos aspectos que se contienen en una misma contradicción. Sí, porque hay muerte en la vida, y vida en la muerte. Esta contradicción está en todo lo que nos rodea. En el ensayo de Ramonet que recomendó el Presidente Maduro, encontramos una frase que confirma lo dicho: «los virus son inquietantes porque no están vivos ni muertos. No están vivos porque no pueden reproducirse por sí mismos. No están muertos porque pueden entrar en nuestras células, secuestrar su maquinaria y replicarse» (Arthur Galucha y Nuño Domínguez).

Hoy esa contradicción entre la vida y la muerte, cobra cuerpo en un microscópico virus. A simple vista, nadie lo ve, ni lo siente, pero una estela de muerte deja en su invisible y silencioso paso.

Otras contradicciones han salido a flote. En particular, la secular contradicción entre Capital y Trabajo, también magistral y científicamente abordada por Marx y Engels.

En BÉRGAMO, ciudad industrial de Italia, hasta ayer desconocida para muchos, esta contradicción la resolvió un gobierno central a favor del Capital. Privó más la presión y el interés de los dueños de las industrias, que el sensato llamado de las autoridades locales a cerrar las empresas, en resguardo de la salud de los trabajadores y la población. El resultado ha sido que sólo en el mes de marzo el número de contagiados por el coronavirus superó los 4.500 y las muertes más de 500. «Los ataúdes fueron trasladados por camiones del ejército a ciudades vecinas porque las funerarias, cementerios y crematorios de BÉRGAMO, no se dieron abasto». En artículo de Alba Sidera en Red Angostura encontrarán más detalles (http://Red Angostura.org.ve/?p=4020). Invito a leerlo,  a quienes no lo han hecho.

Pero BÉRGAMO es sólo un caso, en la provincia italiana de Lombardía. En toda Italia, muy probablemente, se decidió también porque la economía no se parara, sin importar que el número de muertos sea hoy (26-04) de 26.384, siendo sólo superada por Estados Unidos que ya tiene más de 54.364, producto también de la misma lógica criminal, la LÓGICA DEL CAPITAL.

España, Francia, Alemania, Inglaterra, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Chile, por sólo mencionar los países más notorios, son réplicas, con sus particularidades, de situaciones originadas bajo la lógica de privilegiar los intereses económicos de una minoría, en detrimento de la vida humana.

Las contradicciones son muchas, y no las parió la pandemia. Ellas estaban y están ahí. Sólo que en las actuales circunstancias de obligada cuarentena, su carácter e incidencia en el Sistema Mundo Capitalista y en el cuadro geopolítico global, será otro. Los actores de esas contradicciones no están de brazos cruzados. El 1% que se apropia de todo lo que produce la humanidad toda, el Hegemon que se considera el gendarme del mundo, y piensa que todo debe continuar haciéndose según su voluntad, quienes propician y se nutren de un Sistema de Producción Depredador «que lleva decenios saqueando la naturaleza y modificando el clima» (Ignacio Ramonet), los países poderosos del Norte, que en un injusto y desigual intercambio, han expoliado y se han enriquecido a expensas de los países del Sur, todos ellos están ahora pensando cómo hacer para se opere un cambio gatopardiano. Qué todo cambie, para que nada cambie. Que en la frase original de Lampedusa, autor de la renombrada novela «GATOPARDO», dice: «SI QUEREMOS QUE TODO SIGA COMO ESTÁ, ES NECESARIO QUE TODO CAMBIE»

Afortunadamente, ellos no están solos en la jugada. Representan un aspecto de la contradicción, y hay otro aspecto que bastante tiene que decir, pero, sobre todo, tiene que hacer. Y en ese complejo y turbulento mar de contradicciones, cualquiera cosa puede pasar. APOSTAMOS A LA HUMANIDAD. Amanecerá y veremos.

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