"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Venezuela. Proceso social de trabajo antes, durante y después de la pandemia

Antes de plantear el panorama que se presentará una vez superada la pandemia, desde la visión del proceso social de trabajo, se deben realizar algunas precisiones: la primera, es que definimos como proceso social de trabajo a la interrelación que se genera a partir del uso de la técnica, la ciencia y tecnología entre la clase trabajadora con el conjunto de la naturaleza, para la extracción y producción de materia prima y transformarla en bienes y servicios que satisfacen las necesidades de la sociedad, en consecuencia, como seres humanos, hemos participado de este proceso en forma cotidiana en todo el desarrollo de la sociedad.

Desde que el hombre y la mujer se organizaron en comunidades ha sido así, sin embargo, a partir del momento que la sociedad se divide en clases sociales, la clase dominante: esclavistas, señores feudales y burguesía, han impuesto la idea fuerza que el trabajo no es más que una acción individual, negando a todo lo largo de la historia toda vinculación del hombre y la mujer en su proceso de transformación de la naturaleza como realidad objetiva.

Otra apreciación necesaria, lo representa el carácter del proceso social de trabajo en la República Bolivariana de Venezuela. Una vez aprobado el programa contenido en el texto constitucional en el año 1.999 -por consulta popular- además de quedar establecido constitucionalmente, el trabajo como un proceso social, recae sobre este la responsabilidad de ser uno de los procesos fundamentales para alcanzar los fines esenciales del Estado, tal como reza el artículo 3 de la constitución, sintetizando desde el texto constitucional se establece el papel protagónico de la clase trabajadora en la construcción del sistema productivo nacional.

De esta manera, Venezuela se convierte en el primer país que le da rango constitucional al trabajo como proceso social, que de acuerdo a la lógica del Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia, tiene como objetivo esencial -de acuerdo al artículo 25 de la Ley Orgánica del Trabajo los Trabajadores y Trabajadoras- superar las formas de explotación capitalista y lograr una sociedad justa y amante de la paz.

La tercera consideración es que como parte del proceso social de trabajo, todo proceso productivo se encuentra asociado a muchos procesos productivos, de tal suerte que para la producción de combustible, se necesita de agua, maquinarias, electricidad entre otros insumos y servicios, que representan en sí otros procesos productivos que si no se articulan entre sí, no es posible ver el resultado final.

Sin embargo, una vez más se impone la idea fuerza de mostrarnos cada proceso independiente de otro, de manera fraccionada y con soportes teóricos y metodológicos, tanto en lo administrativo como en lo operativo que promueven las prácticas de Robert Owens, Taylor, Fayol y Ford, bajo la premisa de mejorar los procesos productivos, que en el fondo le niega la posibilidad a los trabajadores de manejar la integralidad tanto del proceso productivo del cual participa, como la visión de totalidad de un sistema productivo. Más allá de ello, se le niega a la clase trabajadora el reconocimiento a la producción del conocimiento desde su práctica productiva, en pocas palabras negarle al trabajo su carácter pedagógico.

DURANTE LA PANDEMIA

Realizadas estas apreciaciones, se puede indagar en lo que nos ha develado de manera global la pandemia. En ese sentido se pueden identificar, entre otros los siguientes hechos:

  • Agudización de la recesión económica mundial, expresada en los desencuentros de los países organizados en el G7 y su imposibilidad de frenar la caída sostenida de las principales bolsas de valores del mundo
  • Las diferencias entre los principales países productores de petróleo, para mantener los precios estables, la inestabilidad es tal que una decisión de la primera empresa petrolera rusa provoca la caída violenta de los precios a nivel mundial
  • La incapacidad de las potencias mundiales, lideradas por las transnacionales de responder de manera adecuada a la expansión global de un virus, que afecta a gran parte de su propio aparato productivo.
  • La diferencia entre las medidas impulsadas por los gobiernos que privilegian a la acumulación del capital, antes que a la vida misma y quienes se avocan a la protección de la población indistintamente del nivel económico que posean.

Estos acontecimientos, son una práctica permanente que ha sucedido en los últimos años de distintas maneras y ciclos, como una expresión de lo que Samir Amín llama el virus del neoliberalismo, no obstante esa realidad es encubierta a través de sus medios, a tal punto de hacernos creer que la crisis es ficticia, ya en el año 1959, Fidel Castro en plenaria del Comité de Instituciones cívicas cubanas, señalaba “nos casaron con la mentira y nos obligaron a vivir con ella en vergonzoso contubernio; … ¡como si no valiera más la pena de que el mundo se hundiera, antes de que vivir en la mentira!”.

Por ello producto de la coyuntura generada por el Covid-19, el nivel de la crisis, se aprecia con más claridad por la incapacidad de éste sistema para poner en marcha su aparato productivo, que hoy aboga por el auxilio del Estado para sostener la producción, reconocido en los editoriales de sus propios medios: se ha  caído en un pensamiento quimérico de suponer que el mercado iba a producir los bienes que deben ser garantizados por el Estado (The New York Times), en contraposición Noham Chomsky propone que “como mínimo, la práctica habitual de rescatar con dinero público al sector empresarial debería exigir como contrapartida la estricta prohibición de recompra de acciones, una participación importante de los trabajadores en la gestión de la empresa…”

Aún más, el tratamiento del Covid-19 deja al desnudo la contradicción entre capital y trabajo cuando los dueños del capital, abogan por que el sujeto protagónico del proceso social de trabajo -la clase trabajadora- permanezca en el espacio donde se genera la riqueza, de la que ellos se apropian.

En definitiva, a pesar que la coyuntura actual también nos permite visualizar altos niveles de desigualdad e inequidad (ver Proletarios del mundo, la pandemia es la desigualdad de Pascualina Curcio), todo este cuadro valida la afirmación de Atilio Boron quien afirma que la primera víctima del virus es el modelo neo liberal. Un virus ataca a otro virus.

DESPUES DE LA PANDEMIA

Ahora bien, diversas son las opiniones que se han emitido sobre los cambio post pandemia “las cosas no podrán continuar como estaban”, señala Ignacio Ramonet; el Papa Francisco en su homilía del pasado 13 de abril manifiesta que  “para encontrar soluciones a esta pandemia, la elección será entre la vida, la resurrección de los pueblos y el dios dinero. Si se elige el dinero, se elige el camino del hambre, la esclavitud, las guerras, la fabricación de armas, los niños sin educación… ahí está la tumba»,  Enrique Dussel filósofo mexicano afirma que “estamos en la transición a una nueva edad…es una transformación radical, con un criterio de afirmación de la vida” y nuestro presidente Nicolás Maduro ha planteado en reiteradas intervenciones que “la vida no será igual después de esta pandemia”

Estas proyecciones auguran la oportunidad de incorporar transformaciones, que sienten las bases sólidas para avanzar hacia una nueva fase del desarrollo de la sociedad, y desde Venezuela se han dado pasos para la transformación: desarrollo de un plan educativo con métodos alternativos que vincula a la familia, la comunidad, maestros y maestras, que sienta las bases para el desarrollo de la propuesta formativa del continuo humano desde el colectivo familiar; reconocimiento de los saberes ancestral con carácter científico desde la visión de pueblo, proponiendo alternativas para la atención de patologías diversa; manejo de las tecnologías (big data) a favor de las políticas de estado que dejan trazas para futuros planes que atiendan la salud de la población.

Ante acontecimientos que atentan contra el suelo patrio, la perfecta unión cívica militar rememora las acciones de nuestros libertadores, en defensa de la soberanía y el mantenimiento de la paz.

En tanto que desde el proceso social de trabajo, se alcanza la forma organizativa más estructurada, hasta ahora, de la clase trabajadora para atender la producción y la defensa de los procesos productivos, a través de los Consejos Productivos de los Trabajadores y Trabajadoras (CPTT).

La clase trabajadora en general ha demostrado que a pesar de la situación por la que se atraviesa en el país, producto de la crisis mundial del sistema capitalista, del ataque permanente a nuestra revolución y de la suspensión de algunas actividades por la cuarentena social, los procesos productivos medulares en el país mantienen activas sus operaciones básicas, validando  la ya conocida afirmación del presidente Nicolás Maduro “entre la cuarentena social y la producción, no hay contradicción”

Aplicando la Autoformación Colectiva, integral, Continua y permanente, como estrategia para la generación de técnica, ciencia y tecnología, se ha generado la propuesta de la construcción del Sistema Nacional de Producción, Prestación de Servicios y Justa Distribución que se fundamenta en:

  1. El estudio continuo y permanente por parte de la clase trabajadora, desde el intercambio de saberes e investigación – acción, que nos permita: a) tener una visión integral del proceso productivo de nuestro centro de trabajo, de las cadenas productivas con las que se articula, y en general del Sistema Nacional de Producción; b) tener una visión integral del sistema de seguridad y defensa de la Nación; c) sistematizar nuestra práctica diaria en operaciones, mantenimiento, administración, etc., para convertirla en ciencia y luego desarrollarla como tecnología.
  2. La participación conciente, directa y democrática de todos los trabajadores desde cada una de las entidades de trabajo, en la elaboración del diagnóstico, plan y presupuesto de su centro de trabajo, de la cadena productiva y del Sistema Nacional de Producción.

En conclusión, una vez superada la cuarta etapa de este proceso, normalización relativa y vigilancia, el proceso social de trabajo encuentra en la clase trabajadora venezolana, la posibilidad de avanzar hacia la construcción de la sociedad justa y amante la paz.

REFERENCIAS:

BORON, Atilio https://atilioboron.com.ar/ La primera víctima del virus es el modelo neo liberal

CURCIO CURCIO, Pascualina Proletarios del mundo, la pandemia es la desigualdad

RAMONET, Ignacio Coronavirus: La pandemia y el sistema-mundo. Página 12.

2020: La Pandemia con Enrique Dussel. Ética y política. https://www.youtube.com/watch?v=ILuu3lYWFAg

https://www.clarin.com/cultura/chomsky-pandemia-gobiernos-problema-solucion-_0_WT6bxNONs.html

https://www.elsiglo.cl/2020/04/10/pandemia-el-analisis-de-noam-chomsky/

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