"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

El problema del salario de los trabajadores en tiempos de guerra económica, crisis y pandemia en la Venezuela bloqueada

Para muchos el problema se limita a una decisión gubernamental de conceder un aumento general de sueldos y salarios y al control de precios. Eso ha sido lo que ha hecho el gobierno desde hace ya bastante tiempo, con resultados catastróficos. Cuando se anuncia o se sospecha que es inminente un aumento de salarios, de inmediato se genera una escalada de precios de una manera completamente irracional. Efectuado el aumento se desata una segunda ola de ascenso que termina creando un cuadro peor al anterior. Si ya el salario estaba completamente devaluado, pasa entonces a ser pulverizado. Todos conocemos la gravedad de la situación salarial en Venezuela, sencillamente este no tiene ningún valor: su peso en la composición del ingreso personal o familiar es insignificante, no sirve ni «para los refrescos». Este ingreso está compuesto de manera determinante por los «bonos de la patria», la venta de algún cachivache, la venta de alguna golosina en la calle o cualquier rebusque (en lo que el venezolano se ha vuelto un experto).

Mejor suerte tienen los que reciben una que otra remesa enviada por familiares que están fuera del país. De cualquier forma, los que logran diversificar sus «entradas» deben destinarlas a la compra de alimentos. Hay que olvidarse de todo lo demás. Por supuesto, hay «actividades» altamente remunerativas: compra y venta de dólares, tráfico con la gasolina (para lo cual tienen que estar integrados a las mafias dirigidas por efectivos militares), tráfico de productos alimenticios de toda clase, cuya cadena de comercialización y peajes llevan los precios a los niveles estratosféricos. Las cajas y bolsas CLAP, han caído en muchos casos bajo el control de las mafias, que han llevado la cantidad de productos a unos 4 o 5, cuando según las altas autoridades deben ser 24 o 25. Y así toda una maraña de corruptelas que llevan el salario a su inexistencia.

Hay gente que plantea la dolarización del salario, pero si esa dolarización solo se puede pagar el los bolívares equivalentes, peor sería el remedio que la enfermedad. No hay dólares suficientes, y de haberlos, lo peor que podemos hacer es la adopción del dólar como moneda principal en desmedro aún más del bolívar, lo que reforzaría la dependencia y facilitaría el trabajo de los que pugnan por adueñarse del país y sus riquezas.

Otros plantean que los salarios se paguen con petros, entiendo que se refieren al anclaje del salario al petro. creo que el petro sería un marcador adecuado a la hora de equilibrar el salario a un nivel racional una vez que se creen las condiciones para la recuperación del salario, que no depende de la decisión de anclarlo al petro.

Desde cualquier ángulo que se le vea, no hay solución posible si el problema se ve desde una perspectiva fragmentada, solo hay salida desde una visión totalizadora e integral. El problema no es meramente salarial. El problema es fundamentalmente económico-político o político-económico. Hay que reactivar la economía, y ello no es una decisión económica, sino también política. El aparato económico ha sido destruido. De manera trágica, la principal industria, pivote y motor de todo el país, está en la ruina total, al igual que en una guerra, y tras esa catástrofe casi toda la industria está en ruinas. Una decisión meramente económica no es suficiente para arrancar el aparato económico. No se puede decretar su reactivación. No hay que olvidar el marco político y geopolítico que actúa en nuestro caso de manera determinante.

En lo interno, es necesario la creación de una plataforma política, suficientemente amplia para crear las condiciones necesarias para llevar hacia adelante un programa mínimo de reactivación económica. Eso incluye no sólo a los partidos políticos de la revolución y de la oposición, sino también a la gran variedad de organizaciones sociales, gremiales y sindicales a todos los niveles. Se debe crear un clima general favorable a la recuperación de la economía.

En lo externo, hay que recurrir a todos los recursos posible, conducentes a la disminución de las tensiones con el gobierno de los Estados Unidos, lo que no significa de ninguna manera creer que el imperio va a renunciar a sus objetivos estratégicos sobre nuestro territorio y nuestra soberanía. De lo que suceda con los Estados Unidos, dependerá en gran parte el tono de las relaciones con los países de Europa. En el frente externo, se deben profundizar los nexos y acuerdos con los países aliados y amigos: China, Rusia, Irán, Cuba, India, Vietnam, etc. La calidad de esos nexos, han servido de alguna manera de muro de contención a los ímpetus imperiales para atreverse a una intervención militar.

Las tareas principales y esenciales del Estado, valga decir el gobierno, la Asamblea Nacional y toda la estructura jurídica y política de la nación debe encaminarse hacia la reactivación de la economía. Sólo en base a esas premisas tiene validez una discusión sobre el salario. Cualquier decisión aislada no pasará de ser un paño caliente sin mayor trascendencia. Por ahora dejo estás ideas fragmentadas para iniciar una discusión.

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