Estoy segura que el señor Collodi, creador de Pinocho, no imaginó nunca la popularidad que adquiría el simpático mentiroso de naso creciente, en el continente Americano. Mas, también estoy segura que de no estar inmerso en los entuertos políticos de su país, se habría dado cuenta de que los ancestros de Pinocho habían echado raíces hace rato por estos lares, dejando tras sí una ristra de falsedades mucho más trascendentales que las del nieto de Gepetto: las mentiras fundacionales de los EEUU.
¿Cuáles? la asociación de la partida de colonos desde Inglaterra hacia el Nuevo mundo con un “éxodo bíblico”, la guía de la providencia en sus conquistas y la conversión de la tierra arrebatada a las poblaciones originarias en “tierra prometida”. Curioso sustento divino de su condición de pueblo “elegido” destinado a regir nuestro continente y al mundo. ¿A Cuál continente? Al americano, como lo dejaron en claro sus mandatarios, entre ellos James Monroe: “América para los americanos” y el inspirado Richard Nixon: “Dios está con América, Dios quiere que América dirija el mundo”.
¿América? ¿De qué hablan? Ellos no son americanos. Ellos no tuvieron nada que ver con Colón, con Américo Vespucio, con los genoveses, ni con los españoles. Tampoco con los portugueses. Con quien sí tuvieron que ver fue con su madre patria Inglaterra, con Francia y Holanda países que participaron activamente en el saqueo del continente y en la balcanización de la gran nación iberoamericana constituida por los aportes de tres culturas: las originarias, las africanas y las europeos, administrada por España y Portugal durante casi doscientos años.
También estoy segura que el señor Collodi no hubiera podido imaginar jamás la dimensión que adquirirían las tergiversaciones y falsedades urdidas por el gobierno estadounidense, agente fundamental del imperialismo anglo-sionista, para sustentar su política exterior. Para mantener a toda costa el panamericanismo dominador impuesto por encima del iberoamericanismo integrador y libertario, asumido por nuestro próceres y rescatado por el Comandante Chávez. Para reforzar la relación desigual centro – periferia establecida con el resto del mal llamado continente “americano”, indispensable para seguir teniendo un papel protagónico en el nuevo orden mundial multipolar que se le está viniendo encima.
Falacias y mentiras risibles si no fuera por su intención y sus efectos. Entre las más notables la del señor Obama al calificar a Venezuela como amenaza para la seguridad nacional de EEUU; las delirantes del bribón de poca monta, el Sr. Almagro, quien supera con creces a cualquier pillo o bufón concebido por una enloquecida mente literaria; las promesas perdonavidas y el “chavismo” del inefable señor Abrams y, para no dejar atrás a los lacayos locales del imperio, las declaraciones del señor Borges en diversos escenarios internacionales y los “éxitos” del señor Guaidó.
Pinochadas y falsedades (no Fake News) destinadas a desprestigiarnos y a quebrar (no a hacer bulling) a nuestra moral que deben ser rebatidas al instante, por el Gobierno, por personajes influyentes o notables (no influencers) y por todos los demás que desde distintas trincheras luchamos por la independencia y soberanía de Venezuela.