Por Irán Aguilera
Cuando el comandante Hugo Chávez, siendo presidente de la República, planteó que para los pueblos no hay otra alternativa al actual capitalismo decadente que la del socialismo, lo hizo convencido de que hoy solo se debe avanzar hacia un modelo anticapitalista. El estruendoso fracaso del neoliberalismo hizo que ese capitalismo sacara definitivamente su lado más cruel e inhumano, provocando una vigorosa resistencia seguida de una enorme capacidad de lucha de los pueblos para exigir cambios urgentes, y eso no solo ocurría en Venezuela sino por todo el continente y mucho más allá, por lo que el planteamiento del líder de la Revolución Bolivariana empezó a hacerse más necesario que nunca.
El comandante Hugo Chávez, con su audacia y franqueza característica, estremeció al mundo al decir que “…era necesario reexaminar la historia del socialismo y recuperar el concepto del socialismo…”, eso fue el 5 de diciembre de 2004, en la ceremonia de clausura del Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad celebrado en Caracas.
El 25 de febrero de 2005, en la IV Cumbre de la Deuda Social, continuó avanzando mucho más cuando planteó que había que “inventar el socialismo del siglo XXI” –fue la primera vez que se hizo pública la expresión Socialismo del Siglo XXI–. Ya el 30 de enero de ese año, en el Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre, esbozó algunos elementos para caracterizar el cómo reinventar el socialismo, y no podía ser del mismo tipo que hizo crisis y luego colapsó en la Unión Soviética, pues no se trataba de “recurrir al capitalismo de Estado” para volver a caer, irremediablemente, en “la misma perversión” en la cual aquella experiencia se vio sumida al desviarse del camino original, el de todo el poder para los soviets, el del pueblo organizado en revolución, en verdadera democracia; desviación que le facilitó al aparato cultural del capitalismo imperialista imponer, con manipulación, que el socialismo fuese asociado a la falta de democracia y libertad.
El comandante Chávez comenzó a trabajar arduamente para llevar su planteamiento a hechos concretos mediante el protagonismo popular, y eso significaba superar el viejo paternalismo del Estado que todo lo provee, pero que en el fondo, en verdad, nada provee en lo sustancial. Él creó las comunas como instancias para comenzar a edificar el nuevo estado de cosas desde lo territorial vecinal.
A decir del profesor Aristóbulo Istúriz, es pasar de la cultura del ciudadano que mendiga a la cultura del ciudadano que conquista, que toma decisiones, que ejecuta y controla, que autogestiona, que autogobierna. Es pasar del gobierno para el pueblo al autogobierno del pueblo, en donde el pueblo asume realmente el poder.
Un ejemplo de cómo en Venezuela se concreta lo anteriormente dicho es que el próximo 27 de julio, conjuntamente con las elecciones municipales previstas, se tendrá otra Consulta Popular Nacional -esta será la primera sobre proyectos elaborados por los movimientos juveniles-, una exitosa política que viene ejecutando el presidente Nicolás Maduro para fortalecer el Poder Popular, con la que les transfiere directamente recursos financieros a las comunidades organizadas.
El proceso electoral municipal en marcha ha puesto como punto principal del debate electoral, y con mucha fuerza, el tema del cómo profundizar, a fondo, para seguir avanzando en la dirección de conquistar más espacios de empoderamiento para el Poder Popular.
Es la democracia participativa y protagónica en acción ocupando más espacio, desplegándose plenamente como obra creativa de la gran mayoría de la gente, donde el ciudadano común, hecho fuerte en colectivo, en pueblo organizado, no solo sigue participando de distintas maneras como lo ha venido haciendo en su territorio comunal, formulando demandas, planificando acciones, ejecutándolas, ejerciendo contraloría de procesos y resultados, sino que ahora irrumpe con altos y renovados niveles de capacidad política y organizativa para participar, no solo votando como lo hará el 27 de julio para elegir autoridades municipales -alcaldes o alcaldesas, concejales o concejalas-, sino que también plantea su disposición de participar en las tomas decisiones vinculantes en ámbitos que van más allá de su comunidad, como son los de la ciudad, todo su municipio, y para lo cual se dispone a construir mecanismos que le aseguren que esas decisiones se pongan en práctica.
El principal impulsor de este proceso que se vive con entusiasmo por todo el territorio nacional venezolano es el presidente Nicolás Maduro, quien ha logrado que ya sean cotidianas las consultas nacionales populares, con las cuales el pueblo se moviliza de manera organizada en las 5.338 comunas y circuitos comunales que agregan 47.214 consejos comunales, para elegir a través del voto los proyectos que se priorizan para darle solución a las necesidades de cada comunidad, las cuales reciben directamente del Gobierno Nacional las respectivas transferencias financieras, para luego proceder a ejecutar esos proyectos en autogestión comunitaria, en actos creativos y eficaces de ejercicio de autogobierno.
Es un modelo con el cual el pueblo construye un nuevo Estado a través del autogobierno, donde cada comunidad en su territorio procede, primero, a identificar en colectivo los proyectos; luego, como segundo paso, en asambleas establece cuáles son los prioritarios; tercero, mediante el voto de manera soberana y directa decide cuál será el escogido; y el cuarto paso es cuando el propio pueblo protagoniza el acto de hacer realidad el proyecto, que es la obra que beneficia a toda la comunidad en su barriada.
De esta manera el pueblo venezolano avanza en procesos democráticos donde va consolidando en niveles superiores su incorporación en la escena política, la misma incorporación que ha logrado en Revolución Bolivariana. Es un formidable reimpulso de la política revolucionaria, chavista, para construir más mecanismos participativos y protagónicos con alcances que van desde lo local hasta lo nacional.
En este empeño presidente Nicolás Maduro no descansa en hacer énfasis en el carácter vecinal y participativo de este modelo de pueblo empoderado, que contrasta con el carácter falso y electorero de la vieja democracia burguesa representativa, continuando el avance sostenido hacia el socialismo, venciendo todo tipo de dificultades que pone en el camino la dura agresión imperialista.
Barcelona/Edo. Anzoátegui
Venezuela