"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Parte de la Batalla de Carabobo

Valencia, junio 25 de 1821

 

Al Soberano Congreso.

Ayer se ha confirmado con una espléndida victoria el nacimiento político de la República de Colombia.

Reunidas las divisiones del Ejército Libertador en los campos del Tinaquillo el 23, marchamos ayer por la mañana sobre el Cuartel General enemigo, situado en Carabobo, en el orden siguiente: La primera división compuesta del bravo batallón Británico, del Bravos de Apure y 1.500 caballos a las órdenes del Señor General Páez. La segunda compuesta de la 2ª Brigada de La Guardia con los batallones Tiradores, Boyacá y Vargas y el Escuadrón Sagrado que manda el impertérrito Coronel Aramendi, a las órdenes del Señor General Sedeño. La tercera, compuesta de la 1ª brigada de La Guardia con los batallones Rifles, Granaderos, Vencedor de Boyacá, Anzoátegui y el Regimiento de caballería del intrépido Coronel Rondón, a las órdenes del Señor Coronel Plaza.

[…]

El bizarro General Páez, a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente Coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora todo él fue envuelto y cortado. Nada hará jamás bastante honor al valor de estas tropas. El Batallón Británico mandado por el Benemérito Coronel Ferriar pudo aún distinguirse entre tantos valientes y tuvo una gran pérdida de oficiales.

La conducta del General Páez en la última y en la más gloriosa victoria de Colombia lo ha hecho acreedor al último rango en la milicia y yo, en nombre del Congreso le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe del Ejército.

[…] La República ha perdido en el General Sedeño un gran apoyo en paz o guerra: ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al Gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este General al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne. Igual dolor sufre la República por la muerte del intrepidísimo Coronel Plaza, que lleno de un entusiasmo sin ejemplo se precipitó sobre un batallón enemigo a rendirlo. El Coronel Plaza es acreedor a las lágrimas de Colombia y que el Congreso le conceda los honores de un heroísmo eminente.

Disperso el ejército enemigo, el ardor de nuestros jefes y oficiales en perseguirlo fue tal que tuvimos una gran pérdida en esta alta clase del ejército. El Boletín dará el nombre de estos ilustres.

El ejército español pasaba de seis mil hombres compuesto de todo lo mejor de las expediciones pacificadoras. Este ejército ha dejado de serlo. Cuatrocientos hombres habrán entrado hoy a Puerto Cabello.

El ejército Libertador tenía igual fuerza que el enemigo, pero no más que una quinta parte de él ha decidido la batalla. Nuestra pérdida no es sino dolorosa: apenas doscientos muertos y heridos. El Coronel Rangel, que hizo como siempre prodigios, ha marchado hoy a establecer la línea contra Puerto Cabello.

Acepte el Congreso Soberano en nombre de los bravos que tengo la honra de mandar, el homenaje de un ejército rendido, el más grande y más hermoso que ha hecho armas en Colombia en un campo de batalla.

Tengo el honor de ser con la más alta consideración de V.E. atento humilde servidor.

SIMÓN BOLÍVAR

Fuente: Documento 5788. www. archivodellibertador.gob.ve

También te puede interesar

Deja tus comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *