Prestigiosa escritora, periodista y analista internacional argentina. Premio Latinoamericano de Periodismo ‘José Martí’ (1986).
Su discurso fuerte, cálido y brillante sacudió una y otra vez el letargo de los organismos internacionales demostrando sabiduría, coherencia y coraje revolucionario para defender los derechos de su país y de su pueblo, lo que quedará en la historia de la resistencia en el mundo.
Muchos cargos ocupó Alarcón, auténtico militante comunista, quien como el inolvidable canciller de los principios de la Revolución cubana, Raúl Roa García, revolucionó el lenguaje con que se enfrentaba al imperio en su propia sede.
Seguramente Ricardo Alarcón estaría orgulloso del actual canciller Bruno Rodríguez Parrilla y de los diplomáticos cubanos que convirtieron, entre otros temas como la educación, la salud y la cultura, en un modelo la diplomacia, en la larga lucha contra la potencia imperial.
Esto debería estar registrado en todas las academias de nuestros países como una constante de lucha anticolonial en el terreno de las relaciones exteriores, donde cualquier claudicación se paga con un precio muy alto.
La muerte de Alarcón se produjo en momentos en que una delegación cultural y artística cubana se encontraba en Buenos Aires, en la Feria del Libro que se realiza aquí, dedicada este año a La Habana.
Mientras, el pueblo cubano estaba en las calles en la movilización por el Primero de Mayo, que por su magnitud fue una extraordinaria respuesta a las acciones terroristas de Estados Unidos contra Cuba.
El gobierno del presidente republicano Donald Trump añadió más de dos centenares de sanciones, que aumentó el actual mandatario demócrata Joe Biden, agravando el sitio de guerra que mantiene Estados Unidos contra Cuba, en un bloqueo que dura más de 60 años.
Pensando en el lenguaje bíblico es la lucha de David contra Goliat y el gigante nunca ha podido doblegar a la Revolución y sus principios, al pueblo cubano al que hay que rendir continuos homenajes por la increíble capacidad de resistencia y de solidaridad.
Alarcón fue homenajeado en su país en esa movilización de cuadras y cuadras, que impactó en el mundo y demostró una vez más que Cuba sigue de pie y lucha contra todas las adversidades, como lo hace una verdadera revolución, un antídoto contra el decadente capitalismo salvaje de estos tiempos.
También fue recordado aquí, y por los pueblos en toda América Latina y el Caribe. Pero asimismo en muchos otros lugares del mundo.
SOBRE EL BLOQUEO Y OTRAS INFAMIAS
Cada año, por el trabajo diplomático profundo y creativo de Cuba, se renueva y aumenta la cantidad de países que exigen el levantamiento del bloqueo, sólo defendido por Estados Unidos e Israel.
¿Será posible que en este siglo XXI la voluntad de la mayoría de países del mundo sea coartada por la soberbia de un imperio, que continúa violando las normas internacionales y los derechos de los pueblos, entre ellos los derechos humanos básicos? Mientras continúan los intentos de derrocamiento de la Revolución, también prosigue la resistencia cada vez más heroica de Cuba.
Estados Unidos ya dejó de ser la única potencia en el mundo, lo que paraliza la unilateralidad dictatorial conque desde los años 90 se quería convertir a Washington en la sede de una gobernanza global para dominar y someter a la humanidad.
De todo esto nos hablaba Alarcón, quien fue la voz potente de la Asamblea Nacional del Poder Popular durante 20 años, acudiendo a lo más profundo y creativo que logró la Revolución cubana no sólo en su defensa, sino de otros países como Puerto Rico, a cuya lucha anticolonial tanto aportó, y donde hoy se le recuerda.
Acompañó al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz explicando al mundo que igualmente es terrorismo impedir la llegada de alimentos, productos de todo tipo, medicamentos y equipos para forzar la desesperación por hambre o necesidades de un pueblo.
Pueblo cuyo heroísmo escribe la mejor historia de una larga lucha de liberación, tanto de la Corona española en sus tiempos imperiales, como del imperio que reemplazó al anterior y acabó con la independencia de nuestros países.
Escuchamos su voz y su palabra en la defensa de los cinco héroes antiterroristas que fueron sometidos a condiciones carcelarias inhumanas desde 1998 sólo por descubrir los nidos de la serpiente terrorista en Miami asolando a Cuba desde principios de los años 60 hasta estos días.
“Nadie fue más elocuente y persistente. Nadie fue más constante. Nadie hizo más suyas las ideas y decisiones del líder de la Revolución cubana Fidel Castro sobre la causa de Los Cinco”, dijo a Prensa Latina Fernando González, uno de los cinco héroes.
Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y René González completan la lista de estos cinco hombres heroicos, que ante la campaña internacional ejemplar para el mundo, resultaron liberados.
Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Antonio Guerrero llegaron a Cuba el 17 de diciembre de 2014 -antes fueron René y Fernando-, lo que representó el fin de una lucha de más de una década para que Los Cinco fuesen liberados de un encierro injusto en cárceles estadounidenses.
Fueron recibidos en La Habana con grandes movilizaciones y expresiones artísticas. Resultó más que emocionante el encuentro con el Comandante Fidel Castro que tanto esperaba la llegada y estaba al frente de la lucha por la liberación de Los Cinco. Fue una de las grandes alegrías del líder de la Revolución cubana antes de su muerte el 25 de noviembre de 2016.
RESPUESTAS BRILLANTES
Entrevisté varias veces para diarios y revistas de México a Ricardo Alarcón, siempre con respuestas brillantes, elaborando nuevas formas para enfrentar al imperio.
Le agradecí eternamente que presentara mi libro sobre la Operación Cóndor en una de las Ferias del Libro de La Habana, y su intervención fue para mí un llamado a no claudicar en esas investigaciones solitarias, alentándome en todo momento en mi trabajo y sugiriendo bibliografía con una enorme generosidad.
Es una voz indispensable ahora cuando estamos viendo resurgir de las cenizas a nuestros pueblos, pero necesitamos romper con todas las lacras de la colonización y las debilidades de alguna izquierda -enredada en laberintos propios de los colonizados-, que debe romper esas ataduras pues es fácilmente presa de las vanidades de los poderes falsos.
América Latina tiene mucho que aprender de la diplomacia cubana que debería estar incorporada en las cátedras, en nuestras universidades especialmente en momentos en que nuestro continente enfrenta una silenciosa guerra de renovada contrainsurgencia recolonizadora y se necesita la organización y la unidad de Nuestra América.
Ricardo Alarcón de Quesada nos dejó, como otros grandes revolucionarios, el camino abierto para nuestra liberación y quiero hacer llegar por esta vía mi solidaridad con su familia y camaradas.
Asimismo agradecer profundamente a la Revolución cubana la eterna solidaridad de su dirigencia y su pueblo por todo lo que nos da alimentando el sueño y la esperanza de recuperar nuestra independencia, de lograr liberarnos del criminal imperio del que aún dependemos.
Hasta la Victoria siempre, Ricardo Alarcón.