La tercera guerra mundial está aquí. Es una guerra blanda contra la humanidad. Delirio de psicópatas, que usan algoritmos y lógicas difusas, atizan las contradicciones, lo dicotómico, lo ambiguo y disonante, invirtiendo la realidad para infiltrarnos cognitivamente: blackout epistemológico.
Incierta y caótica, utiliza armas diversas, desgarrando el tejido social: loops, lazos o ciclos de retroalimentación son impulsados por dopamina destruyendo y quebrando a la sociedad, remodelando sus piezas, recolectar perfiles, información privada y personal, sofisticadamente y con propaganda imperceptible corroer todo bien o valor. Nos paralizan mientras saquean territorios tangibles e intangibles. En el gobierno mundial la humanidad, homogeneizada, es un zombi colectivo.
Esta guerra “amigable” aniquila el homo sapiens. Impone una ingeniería social disolviéndonos. Alianza criminal de las élites para el reseteo ontológico y económico, dolarización y emigración de mano de obra barata, promoviendo la ignorancia, psiquiatría de la dominación de masas: shock y caos programado.
Nihilista e hiperliberal destruye la esencia de la sociedad tradicional: su cultura y su natura. Verdadera catástrofe ontológica que carcome el ser. ¿La estrategia de los globalistas? Gobernar por caos, confiscación de salarios, pensiones y ahorros de los trabajadores, narcotización, estimulando economías sumergidas, destruyendo monedas y símbolos patrios.
Países y pueblos son atacados con armas de destrucción masiva, social y conceptual de nuevo tipo, accionadas mediante dispositivos jurídicos, políticos, económicos, tecnológicos, biológicos, sociales y culturales. Son “guerras suaves” que destruyen con mensajes, símbolos e inteligencia las estructuras psicológicas, institucionales, políticas y culturales (Nye).
Hoy está en juego la Soberanía de los pueblos y personas, lo natural y lo vivo: comunidades, acervos, arraigos, la Patria… ante esto el hombre extraviado en un mundo de túneles y pasillos, tiembla ante la posibilidad de toda meta y fracaso de todo encuentro… por ello les propongo que nos abracemos en un compromiso…sólo quienes sean capaces de sostener la utopía, serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido (Sábato).