Sin lugar a dudas, la semana que ha transcurrido ha sido de significativo impacto para el mundo, no sólo nos estremeció la lamentable pérdida del líder nigeriano, secretario general de la OPEP, Mohammad Barkindo, quien sólo a horas previas del suceso, señalaba que la escasez energética actual podría aliviarse si se le permitiera a Venezuela e Irán el suministro adicional, siempre abogando por el equilibrio del mercado y estabilidad energética, sino que ha fallecido de manera trágica el exprimer ministro japonés, Shinzo Abe y otros importantes líderes del mundo, y en paralelo, se han presentado de manera consecutiva el quiebre del liderazgo en diversas naciones:
- Renuncia del primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, enmarcado en una importante crisis política, de pérdida de confianza, renuncia de 50 miembros del Gabinete, señalamientos por erradas políticas para prevenir los efectos de la pandemia sobre la población, inflación de 9,1% para junio de 2022, alza en los impuestos en el marco del impacto del conflicto ruso-ucraniano, desabastecimiento de los mercado por impacto de las medidas del Brexis, aumento de la canasta básica y de los combustibles.
- Renuncia del primer ministro de Sri Lanka, en el marco de la quiebra del Estado decretada hace una semana, con desplome de las reservas que afectaron su capacidad de compras de alimentos, medicinas y combustible, generando una fuerte escasez en la población. Un Estado afectado por el impacto de la pandemia covid-19, fuerte gasto público e inviabilidad de pago de la deuda externa pendiente de 23.000 millones de euros.
El mundo está en conmoción, otras renuncias se experimentaron semanas anteriores, la renuncia del primer ministro de Bulgaria, de Francia, el viceprimer ministro de Polonia, el Ecuador puso en jaque al presidente de Guillermo Lasso, un alto nivel de inflación ha permeado la economía afectando los precios de los alimentos, medicamentos, combustibles; el impacto del covid-19 aún se mantiene, los altos niveles de endeudamiento, son síntomas de la grave crisis que progresivamente van experimentando diversas naciones y ya la recesión se ha planteado.
Una grave crisis global está en gestación. Oportunidades y amenazas se plantean según los roles en este complejo orden internacional. La geopolítica de la energía ha puesto en el tapete cómo la visión política e intereses económicos de los EEUU, se han impuesto sobre la seguridad energética y bienestar de la población, cómo el carbón vuelve a ser una alternativa frente al gas ruso. Cómo la escala del conflicto armado desde Occidente se está imponiendo sobre la diplomacia y cómo un nuevo orden se está configurando.
En este nuevo y complejo orden, la capacidad productiva, el potencial energético y la diplomacia bolivariana tienen y tendrán un rol estelar en esta nueva época y el 2022 promete ser un año de importantes cambios para nuestra nación.
Julio, 2022