«Se habló de planes de paz y seguridad para toda la frontera; de la apertura progresiva, económica y comercial de la frontera; de planes hacia el futuro», dijo el presidente Nicolás Maduro al referirse a la reunión que el pasado jueves 28 sostuvo el canciller venezolano, Carlos Faría, con el ministro designado de Relaciones Exteriores y Paz colombiano, Álvaro Leyva Durán, en el estado Táchira.
«Una reunión virtuosa y de unión en el espíritu de Bolívar»
En el encuentro, que duró aproximadamente tres horas, se abordaron 14 temas y se reflexionó sobre todas las oportunidades que se abren para toda la región fronteriza y toda el área occidental del país. Maduro habló sobre los planes de paz y seguridad para la frontera conjunta de 2 mil 219 kilómetros, así como su apertura progresiva.
Además, calificó la cita de «virtuosa, exitosa, extraordinaria» agregando que «Colombia y Venezuela nos reencontramos, en paz y en amor, viendo al futuro».
En febrero de 2019, Maduro anunció el cierre total de las fronteras con Colombia debido a que el gobierno neogranadino llegó al colmo de la injerencia bajo la batuta de Estados Unidos. Iván Duque y su gobierno se sumaron al fallido intento del presidente fake, Juan Guaidó, de ingresar sin autorización una supuesta ayuda humanitaria a Venezuela a través de la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Ya desde agosto de 2015 la frontera había sido cerrada al paso de vehículos ante la impasibilidad de las autoridades colombianas ante las actividades ilegales y de sabotaje a la economía venezolana. Posteriormente ambos países rompieron sus relaciones diplomáticas después de que Duque, reiterando su subordinación a la administración Trump, reconociera a Guaidó como «presidente interino» de Venezuela.
En ese momento, Marta Lucía Ramírez, en su posición de vicepresidenta, dijo: «Maduro no puede romper relaciones diplomáticas que Colombia no tiene con él. Nuestro gobierno no ha nombrado embajador allá ni reconocemos el embajador de Maduro, pues su mandato terminó el 9 de enero. Es un simple dictador que ocupa por la fuerza Miraflores».
El declive de una relación altamente conveniente
Ambos países prefiguran una nueva etapa de relaciones, puesto que el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, anunció durante su campaña que si llegaba a la Casa de Nariño restablecería las relaciones diplomáticas y consulares de Colombia con Venezuela debido a que resultaría en el aumento de ingresos por 10 mil millones de dólares para su país y en la creación de un millón de empleos.
Las relaciones entre Colombia y Venezuela han atravesado una crisis continua debido a que, tanto el gobierno de Juan Manuel Santos como el de Iván Duque, se sumaron a la estrategia de cambio de régimen en Venezuela que ya cumplió 20 años y se intensificó luego del llamado Decreto Obama en 2015.
Algunos datos permiten reconocer la importancia vital de dicho vínculo:
Un estudio de opinión de la encuestadora Indicador Global de julio de 2017 señalaba que el 85,9% de los tachirenses estaban de acuerdo con la apertura de la frontera.
En 2008, 37% de las exportaciones salían para Venezuela desde Bogotá, siendo el principal comprador, de acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico de la capital colombiana.
El deterioro comenzó en 2008, cuando el intercambio comercial formal binacional descendió de los 7 mil 289 millones de dólares a los 4 mil 613 millones de dólares en 2009 y a los 1 mil 728 millones de dólares en 2010, según cifras aportadas por Jorge Forero, investigador del Centro de Investigación y Estudios de Frontera.
El de 2010 fue el punto más bajo del intercambio antes de 2015, lo que significa una reducción proporcional del 36,7% y del 76,3% respectivamente.
Según la Cámara de Comercio de Cúcuta en 2019, el 95% del tejido empresarial de Cúcuta, Ocaña y Pamplona se dedica al suministro y comercio de bienes al mayor y al detal para la población venezolana.
Fedecámaras (patronal venezolana) estimó en septiembre de 2015 que el cierre fronterizo estaba generando pérdidas superiores a los 4 millones de dólares por día, el 75% de esa cifra por el nodo Táchira-Norte de Santander. Aseveró que para ese año, cerca del 15% de los productos y materias primas que ingresan al país lo hacen a través de la frontera colombo-venezolana.
En otro reporte posterior (junio de 2016), otra vocería de la patronal venezolana afirmó que se habían cerrado el 70% de los comercios en las localidades fronterizas venezolanas, con un saldo de 15 mil empleos perdidos, detalló Forero.
Los sectores principalmente afectados son el industrial y agrícola, también el sector minero-energético a través del carbón. Otros como el transporte han perdido espacio mientras ya existen, por lo menos, 247 rutas ilegales o trochas (CEPAL 2016), la gran mayoría de ellas entre el estado Táchira y el departamento del Norte de Santander.
Un esperado reinicio
Luego de la victoria de Petro el pasado 19 de junio, el presidente Nicolás Maduro y el mandatario electo de Colombia conversaron sobre la disposición de restablecer la normalidad en las fronteras. Este proceso tuvo como quiebre el vaciado «plan Guaidó» en el ámbito regional, lo que fue apuntalado de alguna manera por los matices que la administración Biden ha establecido en su relación con Venezuela.
Los pasos reales de apertura gradual de la frontera fueron coordinados por autoridades venezolanas y del Departamento de Norte de Santander en octubre de 2021, lo que constituyó un punto de inflexión en el declive del intercambio comercial. Algunos países de la región latinoamericana y el Caribe comenzaron a normalizar sus relaciones con Venezuela, unos con mayor discreción que otros.
En paralelo, el presidente del Senado colombiano, Juan Diego Gómez Jiménez, mediante una carta proponía iniciar un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas, proteger a las empresas de ambos países y verificar las buenas prácticas comerciales binacionales. Ante esta iniciativa la Asamblea Nacional de Venezuela, en voz de su presidente Jorge Rodríguez, confirmó su «plena disposición de comenzar el proceso».
Aunque el gobierno colombiano su rectoría en las relaciones internacionales, tal cual lo establece la legislación del país, la reactivación no se detuvo.
Distintos niveles de conflictividad mediática y tensión militar con acusaciones cruzadas han pasado antes de que Leyva y Faría se reunieran en el estado Táchira y reafirmaran su voluntad de hacer esfuerzos conjuntos para garantizar la seguridad y la paz en la frontera entre ambos países. También agradecieron la presencia del representante adjunto del secretario general de la misión de verificación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Colombia, Raúl Rosende, en la que calificaron como una primera histórica reunión entre ambas naciones.
El canciller venezolano Carlos Faría manifestó que en la reunión analizaron la cooperación comercial que han tenido por años ambos países que ha cambiado estructuralmente. Así lo han confirmado actores como la Asociación Nacional de Comercio Exterior de Colombia (Analdex) cuyo presidente, Javier Díaz, explicó que el tipo de relación existente ahora es diferente, dado que los compradores en muchos casos son entidades estatales.
Según cifras del gobierno colombiano, con corte a febrero, las exportaciones desde Colombia a Venezuela fueron por 109,1 millones de dólares mientras que las importaciones fueron de 10,9 millones de dólares, lo que refleja cómo la balanza entre ambos países ha sido superavitaria para Colombia.
Esto respondía a la alta demanda que había en Venezuela gracias a la renta petrolera, lo que permitía acceder a una gran cantidad de bienes, que en este caso se adquirían en Colombia. Analistas afirman que mucho del comercio que hay en Cúcuta y otras zonas de frontera se toma como consumo interno pero es, de hecho, internacional. Muchas actividades están condenadas a la ilegalidad por la misma falta de coordinación entre gobiernos, lo que propicia delitos como el cobro de vacunas en las rutas ilegales (trochas).
La agenda de Estados Unidos en la región ha afectado el desarrollo de las complementariedades de ambas economías y causado perturbaciones al crecimiento y equilibrio del intercambio comercial. Esta crisis continua ha profundizado los niveles de empobrecimiento en la población fronteriza y, sumado a la acción de grupos armados, funge como foco de inestabilidad política que amenaza tanto el bienestar de los pobladores como de la región en general
30 Jul 2022