"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

El Genocidio en Gaza Provoca Acciones Desesperadas

Redacción El Salto

Un soldado se inmola y un primer ministro renuncia:

Ayer 25 de febrero un soldado ardía hasta morir frente a la embajada israelí en Washington para denunciar la complicidad estadounidense en el genocidio. En la mañana de hoy, el primer ministro de la Autoridad Palestina ha dimitido ante la incapacidad de su gobierno de poner freno a la ofensiva israelí en los territorios palestinos.

A 146 días de la masacre israelí contra Gaza, que ya se ha cobrado 29.782 víctimas palestinas, según las autoridades de la Franja (o al menos 38.066, siguiendo las cifras de la organización con base en Ginebra Euro-Med Human Rights Monitor), y a la espera de que Israel responda a los requerimientos de la Corte Internacional de Justicia sobre si está respetando la Convención sobre Genocidio, una vez agotado el plazo de un mes previsto por la CIJ en su resolución del 23 de enero. La desesperación ante la incapacidad de la comunidad internacional de detener la matanza de civiles palestinos tiene consecuencias en diversos planos, desde la autoinmolación de un soldado estadounidense ante la embajada israelí en Washington, a la dimisión del primer ministro de la Autoridad Palestina, pasando por las duras críticas del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, al Consejo de Seguridad de la ONU, por su incapacidad de detener la masacre en Gaza.

El soldado Aaron Bushnell no quería ser cómplice del genocidio y ayer, 25 de febrero, llevó su denuncia al extremo, quemándose a lo bonzo ante la sede de la diplomacia israelí en Estados Unidos. El joven de 25 años, gritó “¡Palestina libre!”, después de rociarse con gasolina y prenderse fuego. Mientras yacía en el suelo víctima de las quemaduras, que causaron su muerte pocas horas después, un agente de seguridad de la embajada israelí lo apuntaba con su pistola.

La acción de Bushnell no es la primera de este tipo en Estados Unidos contra el genocidio cometido por Israel, otra persona sin identificar sufría graves heridas tras inmolarse el 2 de diciembre ante el consulado israelí en Atlanta. Pese a las protestas de su ciudadanía, Estados Unidos no solo sigue siendo uno de los principales aliados de Israel continuando con su ayuda económica y militar, sino que también está endureciendo su campaña contra Yemen —entrando incluso en la capital Sanaa el pasado fin de semana— con el fin de impedir que las milicias Houthis continúen atacando embarcaciones israelíes como forma de presión contra la masacre en Gaza.

Por su parte, la Autoridad Palestina (AP) ha sufrido también una sacudida política esta mañana. El primer ministro Shtayyeh, al frente del ejecutivo palestino desde marzo de 2019, ha presentado su dimisión, junto a la de su gobierno a primera hora de este lunes 26 de febrero, aduciendo una “escalada sin precedentes” tanto en Cisjordania y Jerusalén Este (bajo la teórica gobernanza de la AP) como en Gaza, según informa Al Jazeera. El político ha señalado intentos de “convertir la Autoridad Palestina en una autoridad administrativa y de seguridad sin influencia política” y reconoce la necesidad de llegar a nuevas negociaciones y acuerdos que partan de la situación actual en la Franja, junto a consensos entre los diversos actores palestinos que conduzcan hacia la unidad.

El descontento con la AP es cada vez más evidente. Liderada por el presidente Mahmud Abbas desde 2008, la élite política entorno al gobierno es criticada por su presunta corrupción y connivencia con el estado ocupante. La situación de creciente colonización de Cisjordania y ocupación militar se ha radicalizado a partir del 7 de octubre, con más de 400 palestinos asesinados, por otro lado, Israel ha tomado más de 7.250 prisioneros, según la Palestinian Prisoner’s Society, los últimos 30 en la noche del domingo.

En los últimos días, medios israelíes han transmitido que Israel estaría acercándose a un alto al fuego con intercambio de prisioneros. Al estado sionista no le van a faltar cautivos palestinos a cambio de las 130 personas capturadas el 7 de octubre que siguen en manos de Hamás. La Organización por la Liberación de Palestina (OLP) denunciaba la semana pasada que Israel estaría sometiendo a inanición a sus prisioneros.

Mientras se espera que Israel aporte pruebas en respuesta a las disposiciones establecidas por la CIJ, la UNRWA ha denunciado que desde el 23 de febrero no llega ayuda humanitaria al Norte de Gaza. Euromed Rights documentaba hace algunos días la muerte por inanición de una niña de ocho años en esta zona arrasada de la franja. Las personas que han resistido a las bombas, no tienen con qué alimentarse y están empezando a comer animales domésticos o comida podrida, o incluso a aventurarse a viajar hacia el sur, a pesar del peligro de ser bombardeados durante el trayecto, y de que Israel esté amenazando con invadir Rafah.

Como ha denunciado Human Right Watch, recordando el mandato de la CIJ, Israel estaba obligado a posibilitar “la provisión de servicios básicos urgentes, y ayuda humanitaria”, mandato que ha “fracasado en cumplir”, impidiendo la llegada de estos mismos servicios y ayuda humanitaria necesaria, como parte de su “castigo colectivo” contra la población gazatí. El director de la organización para Israel y Palestina, ha afirmado incluso que el riesgo de hambruna provocado por Israel es ahora mayor que antes de que la CIJ se pronunciara.

Último día de audiencias sobre la ocupación israelí

La impotencia ante el genocidio israelí, está intensificando las críticas contra el estado sionista: un escenario de esto ha sido el proceso contra la ocupación israelí que comenzó el pasado lunes 19 de febrero en la CIJ y cuyas audiencias concluyen hoy.  A pesar de los esfuerzos de Israel de generar alianzas con los países africanos en los últimos años, la Unión Africana se ha manifestado firme hoy ante la Corte, “la comunidad internacional está decepcionando al pueblo palestino”; ha dicho uno de sus representantes, el profesor Mohamed Helal esta mañana, exigiendo el fin de la ocupación. “La traición de la confianza sagrada, es decir, la autodeterminación del pueblo palestino, es una injusticia duradera que debe ser remediada “, concluía. La otra ponente de la Unión africana, Hajer Gueldich, aseguraba que este proceso “supone una oportunidad para acabar con la impunidad israelí”; mientras que calificaba la ofensiva actual de Israel como “nueva Nakba”.

Por su parte, la Liga Árabe insistía también a través de uno de sus ponentes, Ralph Wilde, en el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, negado a través de un siglo de colonización marcado por la “dominación racial y el apartheid” contra los palestinos. Los países árabes, que en los últimos años han acercado posturas con Israel a través de los acuerdos de Abraham, han recordado, no obstante, la “ilegalidad existencial de la ocupación israelí de la Franja de Gaza y Cisjordania palestinas, incluido Jerusalén Oriental (Al Quds) desde 1967”. El otro representante de la Liga ante la CIJ, Abdel Hakim El Rifai, ha retomado el discurso anticolonial e insistió en la necesidad de poner fin a la ocupación para lograr la paz en la región. “No puede haber justificación moral ni jurídica para ocupar tierras, matar, aterrorizar y desplazar a sus poblaciones (…). Acabar con la ocupación es la puerta de entrada a la coexistencia pacífica”, afirmaba.

 

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