Por Alí Rojas Ramírez
La historia de Venezuela es extremadamente rica en acontecimientos de gran relevancia que han marcado hitos en el mundo, en donde todas y todos sabemos que la independencia la ganamos a pulso contra el imperio del momento y desde ese entonces hasta la actualidad, nadie nos ha regalado absolutamente nada. Si bien es cierto que todo eso ya es historia vieja, la historia continua y no podemos caer en el error de olvidar que esos acontecimientos nos marcaron y han definido por siglos nuestra forma de pensar, actuar y de ser.
Desde que llegó el fenómeno Chávez al poder político del país, Venezuela vive un profundo proceso dialéctico de liberación nacional en un ajedrez geopolítico multidimensional, en donde el enemigo de la humanidad y de la naturaleza es el mismo enemigo del Pueblo venezolano. Cualquier persona consciente e inteligente lo sabe por más que el sistema capitalista con sus títeres y redes sociales trate de crear un mundo mágico con un falso y vacío concepto de “libertad”.
Para poder ser políticamente conciente, tan solo se requiere estudiar, investigar y analizar con pensamiento crítico constructivo que vaya desde lo mundial hasta lo individual. Durante los últimos 9 años de sanciones económicas, financieras y comerciales, las venezolanas y venezolanos de bien hemos estado superando miles de retos particulares y desafíos en colectivo que nos han hecho resilientes para poder seguir existiendo en busca de mejores condiciones de vida, sin perder la espiritualidad, ni convertirnos en neocolonia gringa para sorpresa y frustración del imperialismo norteamericano.
La revolución bolivariana que siempre ha pensado en el beneficio integral del pueblo, tuvo una fuerte crisis económica principalmente por culpa de las sanciones internacionales que han afectado de múltiples formas al Estado y al Pueblo, pero sin duda alguna esos problemas que nos ha generado el sistema imperial por tan solo querer ser independientes, libres y soberanos con nuestro propio modelo de democracia, tiene que ser la gran oportunidad para el desarrollo nacional. Suena fácil decirlo, pero la oposición jamás lo haría porque ellos se mueven por sus pequeños intereses o los de EE.UU y no es imposible para la revolución bolivariana lograr el desarrollo de Venezuela.
Si realmente queremos un desarrollo nacional serio, humanista y con la perspectiva de ser una potencia regional, además de la inversión extranjera que pueda llegar, con bloqueo o sin bloqueo, es fundamental construir el carro del aparato productivo del país combinando estos 4 elementos básicos:
- El Sistema Educativo: Tenemos que diseñar un mejor sistema educativo en todos los niveles, que vaya acorde con la realidad e intereses del Estado Nación; con prospectiva científica, tecnológica y de innovación. No podemos seguir teniendo una Ley de Universidades del tiempo de Pérez Jiménez con una reforma parcial de hace 54 años. Todos los factores de la sociedad tienen que involucrarse en este debate constructivo para tener universidades de tercera generación que no solamente eduquen, si no también generen nuevos conocimientos, articuladas en el desarrollo económico nacional dentro del marco cultural del proceso social del trabajo.
- La Fuerza de Trabajo Física e Intelectual: Como bien sabemos, el trabajo es la fuente de toda riqueza y cultura, pero el moribundo sistema capitalista busca adaptar los métodos de explotación para concentrar la riqueza y poder.
Una Venezuela asediada por el imperialismo está obligada a abrir el debate sobre el proceso social del trabajo y el salario respectivo. Las circunstancias reales nos llevan a reformar leyes y replantear nuevos esquemas laborales con mayor disciplina, flexibilidad, sin olvidarnos de la protección a la clase trabajadora del país, pero haciendo agudo énfasis en la concreción y calidad del producto necesario, hasta generar una reacción química que permita cambiar la estructura molecular del Estado.
- Los Medios de Producción: Para diseñar el nuevo Plan de Desarrollo tenemos que ser muy sinceros en el diagnóstico exhaustivo de cuales son los medios de producción existentes, tanto públicos como privados y ponerlos en función pragmática para apuntar en una sola dirección con el debido respeto a la Constitución y leyes del país. Por otro lado, avanzar en el desarrollo de las distintas industrias que se necesitan a lo largo y ancho del territorio nacional, empezando por las que generen energía para que fluyan y operen en armonía los demás recursos económicos destinados al crecimiento del PIB, superando la devaluación y mejorando las condiciones del Pueblo con esfuerzo mancomunado.
- La Materia Prima: Podemos enumerar una gran diversidad de recursos naturales que tiene Venezuela, contemplados y caracterizados en la tabla periódica, que al asociarlos con el producto acabado podemos darnos cuenta que
sirve de muy poco exportarlos en bruto, porque al refinar o procesarlos en las industrias se pudieran comercializar mucho más caro a nivel internacional y la utilización de los mismos llevaría a un desarrollo económico nacional abismal, pero esto tiene que estar intrínsecamente en balance con el ecosistema.
El desarrollo nacional solo lo puede garantizar el chavismo en el poder, siempre y cuando se materialice el Socialismo Bolivariano como sistema económico político.