"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Evo Morales renunció al MAS, Con el Que Consiguió Todas Sus Victorias y Ya Tiene Nuevo Partido

Por Susana Bejarano

Con la dirección de Morales, el MAS logró encolumnar a las organizaciones sociales del país y a casi todos los partidos de izquierda. Un hecho inédito en la historia boliviana. El partido representó demandas de todo tipo, incluso contradictorias entre sí, que provenían de la emergencia, a principios de siglo, de grupos de la sociedad históricamente excluidos.
El MAS produjo una cohesión identitaria. Logró despertar la esperanza de que las mayorías podrían ser parte de un Estado que antes no las veía, pues era gobernado por élites políticas que tenían dominio incuestionable del sistema político y que lo usaban para trasvasar recursos desde el Estado hacia la creación o el engorde de sus fortunas.
En ese contexto, Evo Morales obtuvo victorias electorales nunca antes vistas en las historia democrática boliviana.
¿Qué pasó con el MAS?

El golpe de Estado de 2019 obligó a Morales y a la plana mayor del MAS a salir del país. Esto empujó a las organizaciones a autogobernarse, por primera vez en décadas, sin la tutela de su jefe histórico. Hasta entonces nadie operaba sin la venia de Evo. La nueva situación dio autonomía a las bases respecto de él. No se trataba de rupturas o deslealtades, sino de la necesidad política de resistir la presión del gobierno de facto.
Con el retorno de Evo al país, con Luis Arce ya investido como presidente, se hizo evidente que dentro del MAS había un sentimiento de «renovación» que se asoció a Arce y al vicepresidente David Choquehuanca.

El apoyo a Arce de estas organizaciones ha sido sólido, en la medida que éste les ha dado un poder inédito dentro del gabinete
Pocos meses después, comenzó la larga batalla entre este grupo y los denominados «radicales» de Evo. Muchos de ellos, la mayoría, expresaban lealtad con su líder; otros estaban molestos con Arce por la falta de espacios de poder dentro del gobierno.
El equipo del presidente estaba formado por los burócratas profesionales formados durante los tres gobiernos de Morales. Su mayor mérito era conocer el funcionamiento del Estado; en cambio, era un grupo político de “segunda línea”.

Luego ocurrió lo que ha pasado varias veces en la historia del país. El oficialismo logró cooptar a la mayoría de las organizaciones sociales que forman parte del MAS y que reclamaban como suyos los cargos del Estado. El apoyo a Arce de estas organizaciones ha sido sólido, en la medida que éste les ha dado un poder inédito dentro del gabinete. El oficialismo también formó una bancada parlamentaria fuerte, que estaba cerca de ser la mayoritaria. Arce tenía todas las posibilidades de convertirse en el nuevo caudillo de la izquierda, pero se le cruzó la crisis económica del país, que estalló en febrero de 2023. Con esto, el debilitamiento del MAS se volvió integral.

El perjuicio interno más grande para Evo Morales fue su entorno. Algunos de ellos y ellas se creyeron tan «imprescindibles» como Evo
La tensión entre las dos alas comenzó muy temprano, apenas iniciado el gobierno de Arce. El MAS, que siempre había tenido como líder a Morales, no tuvo la capacidad democrática de resolver este diferendo. No contaba con los instrumentos institucionales y tampoco con las voluntades necesarias para hacerlo.
Durante los primeros tres años, el MAS se dividió por la mitad casi de forma milimétrica. Los renovadores sacaron su energía del deseo interno de refrescar las cosas, no solo por Evo Morales, a quien la gran mayoría de masistas respetaba, sino sobre todo por su entorno, conformado por «el ministro de educación más largo de la historia» o «el embajador más largo de la historia», etc. La prolongada permanencia de los mismos individuos en el poder habían mandado el mensaje a la militancia de que nunca iba a poder ascender internamente, de que ciertos cargos que estaban literalmente «tomados». El perjuicio interno más grande para Evo Morales fue su entorno. Algunos de ellos y ellas se creyeron tan «imprescindibles» como Evo.
No hubo cómo frenar las cosas

Ante la imposibilidad de encontrar una salida consensuada, estalló una guerra interna muy cruda. El «evismo» se convirtió en la más eficiente oposición al gobierno de Arce. Y el «arcismo» se vinculó al Poder Judicial para lograr sus objetivos políticos. El Tribunal Constitucional inhabilitó cualquier candidatura de Evo en el futuro. Luego, se desató la persecución judicial contra Morales por un caso de estupro que venía del pasado y que fue reabierto en el momento más agudo de la confrontación. Esta acusación hirió profundamente, en lo moral, al expresidente.

Increíblemente, el gobierno popular propició una normativa para evitar los bloqueos de caminos, herramienta de lucha social en Bolivia. A raíz de esto, hoy 120 campesinos están presos y acusados por el delito de “terrorismo”, por haberse puesto en primera fila en los bloqueos que Evo organizó en agosto del año pasado para tratar de liberarse de su inhabilitación como candidato, objetivo que no logró.

El partido en disputa

Evo Morales era el presidente del MAS y “tenía la llave” del partido, al que representaba en cualquier circunstancia. Pero su mandato había caducado. Así que debía convocar a un congreso, para lo que necesitaba la participación de las organizaciones sociales que conformaban el MAS, varias de ellas “arcistas”. Al final hubo dos congresos, uno de cada ala. Quien debía definir cómo arreglar las cosas era el Tribunal Supremo Electoral, pero no fue así, porque el ala arcista apeló al Tribunal Constitucional, que, interviniendo en competencia ajena, le entregó el partido a las organizaciones oficialistas (como, por otra parte, “estaba cantado”).
Por esta razón, Evo Morales debió buscar otra sigla política para participar de las elecciones. Él insiste en que será candidato, pero esto jurídicamente no es posible dado que el TCP falló en dos oportunidades en contra.

En todo caso, Morales se «prestó» la sigla de un pequeño partido que ya ha servido a candidatos de las más disímiles tendencias. Se llama Frente para la Victoria. Después de conocer la alianza con Evo se conoció que el FPV está observado por el TSE, el presidente del partido Eliseo Rodríguez, dijo que subsanaran las observaciones que si Evo no puede ser inscrito de todas maneras participaran de las justas electorales de agosto y que no permitirán que Evo les imponga ninguna candidatura, está declaración surge luego de que la prensa le presionará sobre qué tanto espacio se le dará a Evo.

A continuación, el expresidente llamó a sus seguidores a renunciar a la militancia del MAS, que tiene algo más de un millón de inscritos. El gesto es simbólico; resulta difícil lograr una desafiliación masiva porque cada renuncia se debe concretar mediante un trámite ante el Tribunal Electoral. Hasta ahora ha renunciado, según este Tribunal, el 4% de la lista completa de militantes.
Es probable que el evismo siga encontrando trabas en su camino hacia las elecciones de agosto, toda vez que la estrategia de sus rivales es hacer todo lo posible para evitar que en ellas hayan otros candidatos de izquierda además del presidente Arce
Morales presentó su renuncia por medio de un apoderado, porque en este momento no puede salir del Chapare, donde sus leales cocaleros lo protegen de la orden de aprehensión que pende en su contra por el caso de estupro que se sigue en los juzgados. Figuras como la ex presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, también presentaron su renuncia, acusando al arcismo de hacer vaciado al MAS de su contenido ideológico.

A la vez, los arcistas han criticado la renuncia de sus rivales como una “traición al movimiento popular”, cuya expresión, según ellos, sigue siendo el MAS.
¿Se han resuelto las cosas, finalmente? No, tampoco. Es probable que el evismo siga encontrando trabas en su camino hacia las elecciones de agosto, toda vez que la estrategia de sus rivales es hacer todo lo posible para evitar que en ellas hayan otros candidatos de izquierda además del presidente Arce. Su cálculo es que, en un escenario así, los antiguos electores de Morales terminarán apoyando al actual mandatario, que por la crisis económica hoy puntúa muy bajo en las encuestas.
Fuente: Diario Red
09/03/25

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