POR OMAR ROMERO DÍAZ
El presidente venezolano Nicolás Maduro sella acuerdo trascendental con Rusia. Una isla que deja de resistir para comenzar a construir.
Cuba, esa isla sitiada durante más de seis décadas por el criminal bloqueo económico más largo de la historia moderna, acaba de lanzar una señal potente al mundo. A partir de ahora, operará con rublos rusos en su sistema bancario. Más allá de lo económico, este movimiento es una declaración de soberanía. Es el inicio de una arquitectura financiera alternativa, diseñada no solo para sobrevivir, sino para disputar el poder global dominado por el dólar.
El dólar, arma de dominación silenciosa
Durante años, el dólar ha funcionado como el látigo invisible de la hegemonía estadounidense. Controlar el sistema financiero global ha permitido a Washington imponer sanciones, vetos y bloqueos a cualquier país que se atreva a caminar fuera del guion. Cuba ha sido el ejemplo más persistente de esa estrategia de castigo. Pero el uso del rublo cambia las reglas del juego. No es solo una alternativa monetaria: es un acto de desobediencia internacional.
El eje Moscú-Caracas-La Habana toma forma
Mientras La Habana apuesta por los rublos y las tarjetas MIR, en Moscú, Vladimir Putin y Nicolás Maduro sellaron un acuerdo de asociación estratégica. Venezuela se consolida como actor geopolítico y aliado clave de Rusia en América Latina.
Cuba, por su parte, rompe el aislamiento financiero con un aliado histórico que vuelve a mirar al Caribe con ambiciones globales. Juntos, trazan un camino que desafía el sistema financiero occidental.
¿El principio del fin de la hegemonía del dólar?
Este giro no es anecdótico. Forma parte de una tendencia creciente: la desdolarización. Países sancionados o cansados del dominio financiero occidental exploran nuevas monedas, nuevos sistemas de pago, nuevas reglas. El dólar ya no es incuestionable. Y eso preocupa a quienes han basado su poder en su monopolio.
Si Cuba logra operar fuera del sistema SWIFT, otros países seguirán su ejemplo. El muro empieza a agrietarse.
Cuba como pionera de la soberanía financiera
Aceptar rublos no resuelve de inmediato los problemas estructurales de la economía cubana. Pero inaugura una nueva etapa: la de la reinvención desde la resistencia. Es una apuesta audaz, cargada de simbolismo. Una isla pequeña, bloqueada, castigada, desafía a una superpotencia desde su margen. No se trata de nostalgia soviética, sino de construir soberanía en un mundo multipolar.
Una grieta que puede volverse abismo
La decisión de Cuba es un acto político con repercusiones globales. Es un mensaje para quienes han monopolizado el poder financiero mundial: su tiempo no es eterno. Hoy es el rublo. Mañana, el yuan, el real, o una moneda común del Sur. Lo cierto es que el dominio del dólar ya no es absoluto. Y Cuba, desde su dignidad rebelde, ha tenido el coraje de romper el silencio.
FUENTE: CRONICON
MAYO, 2025