Ante el ataque inusitado del enemigo invisible el COVID-19, el cual sigue causando estragos con tanta mortandad que nos deja a su paso, tenemos que tener conciencia del enemigo al cual nos estamos enfrentando.
La conciencia tiene que ver con el conocimiento, con los pensamientos, la ideología y las acciones que impulsamos diariamente, evidentemente existen distintos tipos de conciencia, por ejemplo, la alta conciencia política que nos ha demostrado nuestro pueblo, apoyando permanentemente a la revolución bolivariana, y en estos momentos de pandemia la gran mayoría del pueblo ha demostrado disciplina y responsabilidad.
Pero en estas últimas semanas hemos visto a un sector de la población, que en definitiva no perciben conscientemente el estado de alarma en que nos encontramos, recientemente vi un video por las redes sociales, una multitud en la parroquia Catia en Caracas, como si estuviésemos en una situación normal, contradictoriamente en otras parroquias como el 23 de Enero, si se asume la situación con disciplina y una de las razones es la intervención del Poder Popular organizado llamando a la conciencia a sus parroquianos.
Ya en distintos reportes, se informa diariamente que los casos comunitarios superan a los importados y esto debe prendernos las alarmas y tomar las debidas medidas de prevención, para que no se masifiquen los casos, no podemos dejar solo al gobierno que intervenga, el poder popular debe coadyuvar a que el virus no se propague.
Debemos tener sentido del deber, para preservar la vida, ante esto debemos acentuar el sentido ético, de modo que, a la hora de obrar, podamos tener un accionar de acuerdo a los valores de solidaridad y responsabilidad. Cuidemos nuestra vida, pronto nos alcanzará un abrazo, un día amanecerá lleno de esplendor patrio, y con mayor profundización de nuestro socialismo bolivariano.