"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Lucha de clases y pandemia. La súper-oligarquía mundial vs los pueblos

Aunque existe una gama de teorías de conspiración respecto de la famosa pandemia del coronavirus, creo necesario establecer algunas precisiones.  Es sabido que la siempre sospechosa oligarquía mundial además de asesina, lucra billones con todo lo que someta la libertad. Hace poco vi un programa en Vale-TV, en donde para ejemplificar que en Europa no son xenófobos, ponían de ejemplo a un  aristócrata belga casado con una alemana que parecía modelo, jajaja, lo cómico era que vivían en un medio castillo rodeado por un bello bosque. Me pregunto, ¿acaso  los europeos viven en un medio castillos?, lo que me da más risa (para evitar otra cosa), es que ni recuerdo los nombres de tan “humildes” europeos, quienes seguro en su medio castillo tienen cancha de tenis, piscina y sótano o bodega para envejecer vino. ¿Qué más no tendrán?

Seguro, ellos no limpian el castillo, otra pregunta, ¿les será muy jodido o sacrificado a esos “nobles”, aguantar cuarentena como si fueran de la plebe? Y esos, seguro son de la plebe aristocrática que a lo más, están vinculados a la “chusma” del sanedrín del grupo Bilderberg. Los verdaderos oligarcas, multibillonarios, no salen ni en documentales, permanecen más ocultos. Después dicen que el coronavirus no distingue clases, pero el sistema capitalista y esa plebe oligárquica SÍ. Hasta los empleados como Trump, se dan el lujo de jugar GOLF mientras exigen al resto de sus súbditos, al pueblo, que salga a trabajar, a riesgo de contraer el virus, porque ellos no pueden dejar de incrementar sus fortunas. Si eso no es explotación no sé qué es. Ese es el capitalismo realmente existente, el de “lucha de clases”, haya o no coronavirus, pero para esa oligarquía no hay “Covid 19”, no llega a esas alturas de la pirámide económica.  Gracias a la explotación de las mayorías ellos viven en otro mundo, el que ha construido para ellos y sólo para ellos, la acumulación del capital. Los demás que se jodan. Esa es la verdadera solidaridad de la oligarquía y su hegemonía.

Por otro lado esa oligarquía hace que sus representantes políticos se enfrenten a muerte contra cualquier país, pueblo, gobierno o región que amenace su hegemonía. La Pandemia del coronavirus no ha detenido la lucha por el dominio mundial, más bien, la ha matizado. Qué paso con “ocupy Wall street”, el 1% y el 99%, las protestas raciales y lo demás como el “black life matter” y así seguiremos en un carrusel de circo que la oligarquía mundial nos pone pa’ que pasemos el rato, mientras ellos perduran en su hegemonía, en vez de unirnos internacionalmente, para subvertir su poder. Nos engañan y manipulan desde que nacemos, por medio de valores inculcados a nuestros padres y a nosotros, por todos los medios (y después dicen que la izquierda adoctrina), ¿cómo llamar a lo que hace el capitalismo para reproducir sus valores?, cuando hasta la llamada educación para el capitalismo no hace sino tergiversar hasta la historia, tratando de tergiversar la vida misma. Por ejemplo, la manipulación de la oligarquía mundial es tal, que la educación que hacen que se imparta y aprueban para y en escuelas, liceos, universidades, y demás medios de comunicación o confusión, es la que oculta que las riquezas arrancadas de América latina y áfrica constituyeron los recursos económicos que posibilitaron el despegue de su capitalismo en Europa, de su “desarrollo” y/o privilegios y su nivel de vida.  La explotación del resto del mundo fue la base de su enriquecimiento, que en sólo un siglo y medio triplicaron las existencias de metales preciosos en Europa con las cientos de miles de toneladas de oro y plata que llegaban desde Latinoamérica y áfrica, y que como buenos ladrones seguro nunca devolverán, o creerán que el trascurso del tiempo “legitima y condona” sus robos asesinatos y genocidios de sangre azul. El coronavirus ha desnudado al capitalismo, y su proclamada superioridad de lo privado. Las trasnacionales le llorarán al papá Estado para compartir cualquier posible “disminución” de su fortuna, pero las ganancias serán sólo para ellos. Como siempre, las ganancias son de ellos, peros las pérdidas son del pueblo y serán compartidas y pagadas por todos. Dice el refrán, que en río revuelto ganancia de pescadores, y seguro no es el pueblo llano el que pesca, es la oligarquía mundial, la que siempre encuentra cómo lucrarse, si no es ella la que crea la crisis.

En el período final del feudalismo, ese sátrapa al servicio de la aristocracia europea que fue Amschel Rothschild (quizás el mayor precursor  o prócer de la oligarquía mundial) dictó cátedra de cómo crear crisis y beneficiarse, al hacer creer que Napoleón había ganado la batalla en Waterloo, y por un lado vender a precio de gallina flaca, y por otro lado, cuando los incautos corrieran a imitarlo, comprar el quíntuple y más, a precio regalado de la siempre ignorante  e imitadora clase media o plebe oligarca que en la actual pandemia venderá todo desesperada por las pérdidas del coronavirus. De allí en adelante, hay que desconfiar de toda crisis que afecte a “todos por igual”, pónganse a creer que el coronavirus afecta at todos por igual.

Ni siquiera la Historia escapa de su robo, pues la tergiversan a su conveniencia ocultando todo aquello que la mal ponga, así, ocultan que su riqueza se origina o proviene de la explotación de los pueblos por la realeza y sus cortes aristocráticas, por ejemplo el fundador de la dinastía Rockefeller, y el de la dinastía de John Pierpont Morgan (dueño fundador de J.P. Morgan y Chase Manhattan) quienes comenzaron como testaferros en América de esos granujas o “realeza” europea, precursores de la  industrialización de EEUU, y precursores de Wall street, lavando las fortunas de esa oligarquía asesina, genocida y hambreadora que saqueaba a los pueblos de Europa. No en balde algunos autores hablan de imperio anglo-sionista; si algo logró el neoliberalismo fue borrar las fronteras que trataron de afectar al capital internacional. Así tenemos a la oligarquía inglesa, siempre añorando volver a ser imperio. Como ejemplo, en 1981 Henry Kissinger (ideólogo del neoliberalismo) -quien sustituyó a zbignew Brzezinski como cabeza de la llamada Comisión Trilateral, organismo al servicio de la oligarquía mundial- al dar un discurso en Chatham House  (el  Instituto Real ingles de Asuntos Internacionales, el mismo cuya normativa es usada en las reuniones del grupo Bilderberg), informando sobre su gestión como Secretario de Estado de EEUU señaló: Los Británicos fueron participantes de las deliberaciones internas del gobierno norteamericano en un grado, probablemente nunca practicado entre naciones soberanas, bajo mi gestión mantuve al ministerio británico de asuntos exteriores mejor informado que lo que hice con el ministerio norteamericano. ¡Habrase visto mayor lacayismo!, tal para cual (evidente quienes eran los verdaderos amos. Por eso se habla de imperio anglo-sionista).

Como ñapa otro botón. Habría que escribir varios tomos para exponer tan sólo unos pocos botones; pero como en el gobierno del norte habla tanto de nosotros, permítanme otro botón. Esa testaferra y lacaya oligarquía que inició wall street financió al “inocente electo” presidente Abraham Lincoln y una mal llamada guerra civil, para que el norte de EEUU sometiera al sur, imponiéndole un 40% de impuesto a lo que importaran los estados del sur desde Europa, para que se vieran obligados a sólo comprar a los estados del norte de EEUU, donde el 75% de esos impuestos financiaban la industrialización y el fortalecimiento de la industria naciente representada en Wall Street, y dos años después de iniciada la guerra civil, cuando la cosa se ponía difícil, esa oligarquía inventó lo de la libertad de los esclavos pa’ que los negros se incorporaran a la lucha del norte por subyugar al sur, y pa’ que buena parte de la población (aquellos que no apoyarían tal guerra sólo por impuestos, lo cual podría ser no muy bien visto) apoyaran la guerra contra el sur, y pelearan (bajo engaño) por un ideal más libertario (la supuesta libertad de los negros que aún siguen esperando). Es así como dijo Churchill, la historia la escriben los triunfadores. Y claro, como les conviene, y esa “historia” la apoyan con prensa, películas, libros y todo lo que esté a su alcance. Tratando que se cumpla aquello de la mentira repetida mil veces (pa’ los incautos).

¡El interés nacional que hoy invoca la burguesía no es el nuestro!  Este año JP Morgan, el banco más grande de los EE.UU., reportó las mejores cifras que jamás haya tenido en un trimestre. Y mañana, nos querrá hacer tragar la misma mentira cuando después de los estragos económicos causados por la pandemia, exigirá que los explotados se aprieten más aún el cinturón, ¡acepten aún más explotación y miseria! (Se calcula un mínimo de 250 millones de desempleados que trabajaran en condiciones infrahumanas por subsistir, y comprarán empresas quebradas a precio de gallina flaca. La crisis perfecta para las oligarquías nacionales e internacionales. Invertir por el futuro de la humanidad no rinde. Los estudios científicos sobre los coronavirus se abandonaron en todas partes hace unos 15 años porque se consideraba que desarrollar vacunas ¡no era… “rentable”!). Para las trasnacionales farmacéuticas, «sus ganancias valen más que nuestras vidas». Es un ataque a las condiciones de vida de los pueblos explotados. Es lucha de clases. Y todavía alegaban un supuesto “fin de la historia”, cuando apenas nos acercamos a su inicio.

Pensaba escribir un solo artículo, pero la verdad, para tratar el tema aunque sea superficialmente, y que quede algo, habré de escribir uno o dos más, según lo vayan requiriendo las circunstancias.

Para ir cerrando esta entrega, y por ahora, baste agregar que, siendo la pandemia, el capitalismo, el imperialismo, un acontecimiento o hecho internacional, los pueblos no lograrán victorias verdaderas actuando aisladamente.  La lucha será larga, pero hay que darla. La clave del futuro, la promesa de otro mundo, verdaderamente humano, sin naciones ni explotación, reside sólo ¡en la unidad y la solidaridad internacional de los pueblos en lucha!. Deben articularse, y eso llevará su tiempo, seguramente, varias generaciones, pero con visión de colectivo, pensando en las generaciones futuras, sin egoísmos, o estaremos retroalimentando el individualismo capitalista. Sin falsas ilusiones, (valga la redundancia).

Lo primero, será impulsar un mundo multicéntrico o pluripolar, y paralelamente, ir creando una nueva forma de Democracia, la cual habrá de ser Participativa y Protagónica, basada en nuevas formas de Poder y de Estado (Popular o Comunal). Y eso llevará su tiempecito para ser dominante a nivel mundial. Habrá que pasar del mundo dominado por la triada EEUU, Europa y Japón, al de la triada EEUU, Rusia y China, no es cuestión de si me gustan o no, es la dura realidad. Podría haber que realizar alianzas o políticas duras, como el pacto Brest-Litovsk, el llamado comunismo de guerra, la NEP, o el llamado periodo especial cubano, la realidad lo dirá, lo importante será mantener el corazón puro y el timón hacia el horizonte –la utopía de un mundo mejor “El Socialismo”-. La velocidad la pondrán los pueblos.   Parafraseando lo que señalaba Federico Engels, Unas veces, pasan veinte años y parece que pasó un día, y otras, en 24 horas parece que pasaron veinte años. Como el 04 de febrero de 1992 o el 11, 12 y 13 de abril del 2002, en Venezuela.

Solo así, nuestros héroes y mártires no habrán vivido y luchado en vano.  Es una lucha (de generaciones), como una carrera de relevos. Comenzó en 1492. Ya hace años. Unos corrieron el primer tramo y a nosotros nos corresponde correr el nuestro. ¿De quién será el triunfo final? ¡Será de todos los que han participado en la lucha!. Honra, a quienes han participado y a quienes les corresponda correr el último, “tirar el remate” como decimos en criollo.

 

¡Perseveraremos, no nos derrotará, Triunfaremos!

Unidad, Lucha, Batalla y Victoria

 

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