Hay un consenso en la nación sobre la necesidad política de un cambio en la conducción de la próxima Asamblea Nacional a elegirse el 6D, más allá del desastre de la actual y de la traición de la oposición dirigida por el apátrida amamantado desde Washington.
Debemos tener una comprensión histórica y política de la necesidad del urgente cambio cualitativo de esa institución en tiempos de la Venezuela Bolivariana del siglo XXI.
La IV República (1830-1998) se desarrolló en el marco del capitalismo dependiente y subdesarrollado, y sobre la base de un estado oligárquico con dos formas de gobierno: la dictadura militar clásica (como las de Páez, Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez,) que se agotó con los acontecimientos políticos del 23 de enero de 1958; y la democracia libera representativa liberal burguesa del Puntofijismo de AD y COPEI
Todos los intentos de golpe de estado fracasaron en el siglo XX y XXI, dado su agotamiento histórico y político.
Y el régimen liberal-burgués se agota con los acontecimientos de enero de 1989, la presencia del liderazgo del Comandante Chávez en 1992 y el surgimiento de la Revolución Bolivariana con la forma de democracia participativa y protagónica del pueblo.
La victoria electoral de la oposición en de diciembre de 2015, se agota por la carencia en el conjunto del campo opositor de de un proyecto histórico y de una idea de nación soberana e independiente: esa es la causa esencial de las derrotas políticas, electorales y de las conspiraciones de la oposición venezolana, que nunca ha asumido y comprendido el preámbulo del texto constitucional de 1999, la síntesis magnífica que orienta el Plan de la Patria 2025 y así romper los lazos de la dependencia y del subdesarrollo que son impuestos a Venezuela por los imperios españoles, ingleses y yanquis.
Otro problema central de la oposición es que política y financieramente dependen de Washington y del Departamento de Estado, desde por lo menos la década del 40 del siglo XX hasta hoy. Esa es su tragedia, anarquía y angustias, que se agudizan con la deriva del imperialismo yanqui, que entró definitivamente, como todo imperio, en decadencia: y éste que será el periodo imperial más corto, en la historia de la humanidad.
Veremos, después del 5 de enero de 2021, qué van a decir: en el terreno de la filosofía, de la política y de la economía, y ante las propuestas de Agenda Legislativa que las fuerzas chavistas estamos construyendo.
El chavismo se prepara en todos los órdenes para el debate de las ideas que demanda el mundo complejo y exigente de hoy, y en medio del asedio imperialista yanqui y el COVID-19.
Viviremos y Venceremos