Estimadas y estimados camaradas:
Presentamos ideas iniciales sobre la “Ley de Ingresos Petroleros y uso de divisas”: la finalidad es dinamizar la elaboración democrática y colectiva de la propuesta. Esperamos haber consolidado, en este papel de trabajo, la enriquecedora conservación sostenida el miércoles 8 de agosto.
En nuestro conversatorio validamos la derogatoria, por la ANC, de la “Ley del Régimen Cambiario y sus Ilícitos; consideramos que es pertinente permitir a cualquier persona natural, jurídica, nacional o extranjera comprar y vender sus divisas libremente, y que los capitales, nacionales y transnacionales traigan sus divisas y las transe entre ellos.
Efectivamente, estamos de acuerdo que los grandes capitales traigan las divisas que tienen en las cuentas bancarias del extranjero, que produzcan, sin que el papá Estado provea divisas baratas, de gratis y sobre todo robadas amparados por una red de corrupción.
La derogatoria de la Ley en cuestión, implica que quedan derogados los actuales convenios cambiarios. Entonces:
Dada la situación jurídica actual, es un asunto de extrema urgencia e importancia el marco jurídico que establezca cómo serán administradas las divisas del patrimonio público, las del pueblo, el 99% que ingresa por exportaciones del Estado y las que provienen del endeudamiento público externo.
En la sesión de la ANC , Tarek el Aisammi, vicepresidente para el área económica dijo que “ahora las divisas del Estado serán destinadas a la inversión social”. Y Diosdado Cabello, refiriéndose claramente a los particulares, a los empresarios y a los capitales transnacionales, dijo “…que no se le entreguen más dólares a esta gente, bajo ninguna figura. Que no haya manera de entregarle dólares a esta gente”.
La decisión, de la ANC, de permitir que los capitales nacionales y transnacionales tengan libertad de mercado para traer y transar sus divisas, acompañada de lo planteado por el presidente de la ANC de no entregarle una sola divisa del Estado a esa gente, es histórica. Es un gran paso para superar el modelo rentista. Equivale a romper con la transferencia de la renta petrolera hacia los capitales privados, los que por décadas y con distintas modalidades se han apropiado y vivido de ella al mejor estilo parasitario.
Es un asunto crucial que se valide constitucionalmente, que las divisa del sector público no sean transferidas, bajo ninguna forma al privado. Es clave evitar e impedir la asignación de divisas al capital privado, mediante con bonos permuta, con bonos emitidos en bolívares por la República que luego, al vencerse, son cancelados en divisas; ni mediante monedas convertibles encriptadas.
En la conservación, también validamos que trabajemos (inmediatamente) para elaborar referida a los ingresos y usos de las divisas públicas. Divisas que deben ser destinadas, desde lo público, para cumplir los objetivos del Plan de la Patria y con la protección solidaria del pueblo venezolano. Las Divisas deben ser usadas para fortalecer los servicios básicos, la empresa petrolera y las básicas, la defensa integral de la nación, el desarrollo científico y tecnológico, la construcción de carreteras, el transporte de personas y bienes, para consolidar los sistemas públicos de salud, educación, seguridad social, vivienda, deporte, telecomunicaciones. Y para construir la economía del socialismo del siglo XXI.
Es importante que nuestra propuesta incluye controles estrictos, la ejecución de las divisas por parte del gobierno, , debe ser transparente y pública; basada en sistemas automatizados integrales, que permitan conocer el recorrido de las divisas desde que ingresan al país hasta que llegan los bienes y servicios importados o hasta que pasan a formar parte de nuestras reservas internacionales. Los sistemas automatizados deben permitir hacer seguimiento a los precios a los cuales el gobierno, adquiere e importa los bienes y servicios, para evitar y penalizar la sobrefacturación tanto pública como privada. Un objetivo primordial de la Ley, es evitar que los capitales transnacionales, al verse impedidos de recibir las divisas en nuestro territorio, busquen apropiarse de ellas por la vía de la sobrefacturación, desde sus sedes.
En el marco de la guerra no convencional, la derogatoria de la Ley nos permitirá recuperar nuestras reservas internacionales, fortalecernos, aumentar nuestro arsenal y nuestras provisiones para alimentar a nuestros soldados, es decir, a nuestro pueblo. Nos hará menos dependientes y más soberanos.
El uso eficiente y eficaz de las divisas no significa vivir con menos, sino el rendimiento efectivo de las divisas públicas y el ahorro en términos de fortalecer las reservas internacionales y Fondos que aseguren la independencia y soberanía de la patria, así como descartar endeudarnos.
La Ley que propondríamos, debería establecer que las divisas públicas serán administradas por la banca pública. No luce muy lógico que en socialismo, entreguemos los recursos públicos, que representan el 99% de las divisas y que dinamizan la economía nacional, a la banca privada para que nos los administre y/o guarde.
- Por cierto, vale la pena también escribir las normas del juego, antes de que éste comience. Debe quedar claro para los particulares, que el tipo de cambio que establezca el “libre mercado” donde transarán sus divisas, regirá para el momento en que las traigan y también para cuando les toque repatriar sus ganancias y calcular el valor de sus acciones.
Los capitales extranjeros están aceptando las reglas del juego, son conscientes que mientras mayor sea el tipo de cambio en ese nuevo mercado en el cual ahora libremente transarán sus divisas, o mejor dicho, mientras más aceleradamente se “deprecie” la moneda en ese mercado el cual se anclará al arma de guerra, menor valor registrarán las acciones de sus empresas y menos cantidad, en divisas, podrán repatriar.
- Otra de las reglas de ese mercado de los particulares, la cual debe quedar por escrito para que el viento no haga estragos, es que toda empresa filial que resida en el país está obligada, tal como lo establecen los manuales internacionales de la Organización Mundial del Comercio, a mantener su contabilidad de manera consolidada. Esto significa que al final del ejercicio fiscal, sus ganancias o pérdidas operativas, como filial, deben sumarse, es decir, consolidarse, a los resultados operativos de todas las demás empresas filiales que están en cada lugar del mundo más la de la empresa matriz.
Esta suma o consolidación se hace en divisas, porque como comprenderán no se pueden sumar bolívares con pesos argentinos, con euros y con dólares, deben llevarse a una misma moneda, la que rige para la casa matriz, esa conversión en el caso de las empresas que residen en nuestro país, deberán hacerla al tipo de cambio que el confiable “mercado” les marcará en ese momento. Así funciona en cualquier parte del mundo donde hay “libre mercado cambiario”.
Por supuesto, y como en cualquier parte del mundo, entre las reglas que deben regir el juego del “libre mercado” debe incluirse la obligatoriedad de declarar el origen de los capitales, no se vale que algunos se aprovechen de la “libertad” que les da el mercado para lavar dinero mal habido.
Insistimos en que seguir dando las divisas del sector público a los capitales privados equivale, en el marco de esta guerra económica, a entregar nuestro arsenal al enemigo, es darles el arma que nos ha permitido resistir y defendernos durante estos años, es rendirnos, es ceder nuestra soberanía. Pero además, transferir las divisas públicas a los particulares es transitar por el camino contrario al socialismo, es privatizar.
Al momento de escribir, cuando estén redactando los considerandos, no olviden incluir las palabras de Chávez: “parecemos pendejos entregándole divisas a la burguesía