En la visión estratégica del libertador, primero debió ser Carabobo antes que Vargas y Boyacá. Las circunstancias históricas y la visión estrecha de algunos de los jefes patriotas, determinaron que no fuese así. En Oriente, Occidente, Llanos y Centro, los caudillos se aferraban a mantener sus parcelas. ¡NO HUBO UNIDAD DE MANDO ¡

Ayer, como hoy, algunos distraídos en mirar el árbol, no veían el bosque. Bolívar como visionario y estratega, jamás perdió de vista el bosque. Más allá de una provincia estaba la naciente República de Venezuela. Y más allá, su visión de la Patria Grande.

Al no hallar la unidad y respaldo necesarios en el país que lo vio nacer, Bolívar cambia de estrategia y decide centrar sus esfuerzos en la liberación del Virreinato de la Nueva Granada. Santander y demás oficiales patriotas deciden, bajo la jefatura de Bolívar, acompañarlo en los nuevos planes.

El Libertador, en mayo de 1819, emprende la memorable hazaña de El Paso de los Andes, rumbo a la Nueva Granada. El Hombre de las Dificultades, vence no sólo las inclemencias del clima, sino también intentos de algunos de desistir de la campaña. El 5 de julio de 1819, 8 años después de aquel memorable día de 1811, con una tropa exhausta culmina el descenso del Páramo de Pisba. Luego de un merecido descanso, se inician los preparativos de los combates en tierras neogranadinas.

Ahora sí, con UNIDAD DE MANDO, vinieron las Victorias de Vargas, el 25 de julio de 1819 y la decisiva Batalla de Boyacá, el 7 de agosto del mismo año. Para Bolívar era sólo el inicio de sus planes de Libertad e Integración de la Gran Colombia.

Hoy como ayer estamos en guerra. Guerra de otro tipo y más compleja, y ante un imperio más sanguinario. La necesidad de UNIDAD DE MANDO y cohesión de las fuerzas patriotas es clave para lograr la Victoria Estratégica. Hoy como ayer, algunos no ven el bosque.