La familia Rothchild es un famoso clan bancario que controla una gran conglomerado financiero mundial a través de bancos, instituciones internacionales, comercio de oro etc…, este cártel bancario junto con muchos otros compraron grandes marcas e industrias en la era Yeltsin durante los noventa creando una élite económica internacional e internacionalista cuya lealtad era totalmente al capitalismo liberal internacional.

Obviamente de estos rusos que decidieron formar parte de las élites liberales, muchos eran antiguos agentes del KGB, ex militares y miembros de la antigua oligarquía comunista que, al mismo tiempo, en los noventa compartía poder con mafias y con la nueva oligarquía advenediza que no salió de los antiguos cuadros de la URSS.

Putin, sin embargo, desde que llegó al poder y tras haber formado parte del entramado liberal en los noventa lanzó una gran campaña contra los oligarcas rusos, especialmente contra Boris Berezovski, muerto en 2013, y con conexiones curiosas con Ahmad Zakaev, ex líder islamista y separatista checheno, el espía Alexander Litvinenko, muerto en 2006, o con el cineasta Andrei Nekrasov.

En todo caso Putin debía controlar un país destrozado por diferentes guerras (Chechenia, Osetia del Sur, Abjasia), mediar en conflictos como el de Yugoslavia, desplegar tropas en Tayikistán o Transnistria y sufrir una campaña de atentados yihadistas, pobreza extrema, reducción del nivel de vida, aumento de la inseguridad y, por si fuera poco, el caso del Kursk.

En este tiempo, los trabajo de Putin se han enfocado en estabilizar la situación socioeconómica, que ha mejorado notablemente desde que inició su mandato, la estructuración de su política exterior con varios objetivos:

Competir con Estados Unidos y otras potencias en el tablero internacional;

Retener influencia histórica ya sea por tradición religiosa-eslava o comunista;

Reforzar su soberanía social y económica.

La guerra contra la ideología postmoderna es un intento de reservar su soberanía social de la misma forma que su lucha contra los oligarcas, que tuvieron que huir de Rusia o someterse al Kremlin, intentaba cortar el césped bajo los pies de los Rothchild. El objetivo de Putin ha sido doble: liquidar su deuda externa y configurar un modelo financiero que le permita desarrollarse de forma independiente BRICS y, al mismo tiempo, salir del mercado del dólar.

En 2019 Vladimir Putin prohibió la entrada de Jacob de Rothchild en territorio ruso debido a los movimientos que el clan bancario está llevando a cabo tras irse de Londres, su sede histórica, hacia Hong Kong a la vista de preparar un nuevo un futuro económico mundial y los intentos de torpedear el desarrollo de los planes de Putin para Rusia a través de la capitalización de los liberales dentro de las estructuras estratégicas rusas, especialmente en el ámbito bancario, aduanero y financiero.

Putin, para retener su soberanía y la libertad del pueblo ruso apuesta por la creación de zonas monetarias individuales (el BRICS es un germen de esto) mientras que el clan bancario del cual Rothchild es la cabeza, aunque no su único líder, pretende centralizar todo el sistema financiero y económico con la creación de un gigantesco banco central. El Banco Central de los Bancos Centrales (privado, obviamente).

Esta sería una embestida en la economía del calibre de la ideología postmoderna en la sociedad y Putin, al conseguir una gran parte de sus objetivos a la hora de reforzar Rusia y dinamizar relaciones con China y obtener capacidad de maniobrabilidad, ha decidido concluir esta campaña de limpieza financiera que comenzó con la prohibición de Jacob de Rothchild de ir a Rusia por cualquier razón desde 2019 y que ha terminado con la expulsión de estas estructuras de todos los miembros de esta banca que pretenden someter Rusia al Banco de Pagos Internacionales, al FMI y el Banco Mundial frente a los miembros de la élite rusa que pretenden desarrollar un sistema económico y financiero propio y soberano, en pocas palabras (por ahora) los “putinistas” han logrado vencer a los “liberales”.

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