"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

América Latina: elecciones en tiempos de pandemia

Informe basado en datos observados en los últimos comicios en la región, que dan cuenta de la necesidad de mantener los calendarios y supervisar las medidas de bioseguridad.

Resumen ejecutivo: diez hallazgos principales

  1. Las recomendaciones de los organismos multilaterales en relación con la pandemia han sido todas de carácter general y centradas en el manejo de protocolos sanitarios durante campañas y jornadas electorales. Ninguno recomienda postergar elecciones previstas a causa de la pandemia.

  2. No hay indicios de que las elecciones sean un factor que impacte en el número de contagios a nivel nacional. Los datos observados no muestran variaciones sustantivas en ese sentido. No obstante lo dicho, las personas más activas de la estructura de la campaña tienen un alto grado de riesgo de contagio debido al contacto permanente con otras personas como parte de la dinámica organizativa.

  3. Las candidaturas exitosas en términos electorales no sustituyeron las acciones presenciales y públicas por actividades virtuales. Las pocas candidaturas y partidos que centraron sus campañas en la virtualidad, como Verónika Mendoza en la primera vuelta de las elecciones peruanas, y Comunidad Ciudadana (de Carlos Mesa) en las recientes subnacionales de Bolivia, no impactaron sustantivamente en el electorado o no empeoraron sus resultados respecto de la elección previa, respectivamente. La utilización de redes sociales en las campañas viene creciendo por el uso masivo de éstas en distintas franjas etarias y segmentos sociales, pero su uso no es resultado de la pandemia y no reemplaza la presencialidad de las y los candidatos entre la gente para mejorar el potencial electoral y mediático.

  4. El manejo gubernamental de la pandemia, en términos sanitarios, no resulta el tema de campaña más prominente, aunque la crisis sanitaria sea una razón que desata preocupaciones sociales con impactos sobre las emociones sociales y haga visible las fisuras económicas y políticas de los Estados. Eso puede deducirse de las elecciones analizadas (principalmente los últimos comicios en Perú, Chile, Ecuador, Bolivia y EE. UU.) Los resultados de las votaciones y las preferencias electorales se explican por diversas razones, son multifactoriales, con un predominio de los temas estructurales.

  5. Las votaciones del año 2020 y las del año 2021 mostraron un comportamiento diferenciado en lo que se refiere a la participación, pero lo hizo en lógica anticíclica. Efectivamente, en 2020 en EE. UU., en Bolivia, Ecuador, Surinam, Belice, Chile (consulta) y San Vicente aumentó la participación, mientras que, en 2021 en Perú, Chile (elecciones regionales y constituyente), Guyana, Trinidad y Tobago, Jamaica, Bermudas, y República Dominicana disminuyó la participación. Si bien en casos como el de Perú podría existir una conexión directa –porque al momento de la elección estaba vigente el estado de excepción– en general resulta difícil correlacionar niveles de participación con pandemia.

  6. Las medidas de prevención adoptadas durante las campañas se circunscribieron a los cuidados básicos orientados por las agencias sanitarias, no hubo medidas específicas relevantes de los partidos o movimientos para la protección anticovid. Salvo en casos puntuales, las actividades proselitistas se han ejecutado con un alto grado de normalidad. Ni participantes ni organizadores han puesto el suficiente énfasis en el cuidado anticovid. Esto, sin embargo, no ha repercutido en el aumento de contagios de forma significativa, aunque las y los activistas de las campañas están más expuestos a enfermar por su contacto y movilidad.

  7. La penalización a las campañas y la incidencia de las fiscalizaciones por violación de las recomendaciones de los órganos electorales ha sido mínima, aunque en el caso de Pedro Castillo se evidenció que su popularidad se disparó al ser fiscalizado. En ninguno de los casos estudiados los organismos electorales pusieron obstáculos para la realización de actividades masivas y presenciales.

  8. En países con alta informalidad laboral, como los estudiados, la pandemia no impide que la gente salga diariamente a trabajar; al parecer el riesgo al contagio es menor que el temor a no conseguir el sustento personal y de las familias de las y los trabajadores. La necesidad de seguridad económica siguió siendo el principal anhelo de las mayorías.

  9. Las campañas enfrentaron problemas logísticos el día de la votación, especialmente las ausencias de testigos electorales por temor a la infección de COVID-19. La ausencia de testigos o veedores electorales de los partidos no justificó las denuncias de fraude que buscaron instalarse en Bolivia, EE. UU y Perú. Los derrotados no lograron que prime el fantasma del fraude. La votación se dio con relativa normalidad.

  10. De la experiencia electoral reciente surgen las siguientes recomendaciones:

    1. Realizar la campaña combinando todas las acciones presenciales, virtuales y de redes sociales, afinando mecanismos alternativos de cuidado y autocuidado. Entre ellas destaca nombrar una coordinación sanitaria en el buró o comité nacional de campaña con capacidad de decisión y de coordinación con los comités a escala municipal o local.

    2. Preparar con mucha anticipación el trabajo de la campaña el día de las elecciones, dotando de elementos de bioseguridad a quienes trabajen de jurados, testigos o fiscales electorales. Cuidar el voto es fundamental, como también cuidar a los militantes o activistas.

    3. Se recomienda desarrollar de forma presencial todas las actividades de democracia interna, como elección de candidaturas, desarrollo de primarias o preparación de listas. Las plataformas de streaming y los programas de votación virtuales pueden generar roces y malentendidos internos, así como complicaciones logísticas.

    4. Se sugiere realizar presencia territorial y visual en las calles y en las redes sociales. La publicidad es cada vez más virtual, pero no es recomendable abandonar, a causa del COVID-19, la cartelería y otras formas de propaganda tradicional.

    5. Se sugiere proponer a los organismos electorales al menos cuatro recomendaciones: 1) ampliar los puntos de votación para que no se presenten aglomeraciones, o realizarlas en lugares muy bien ventilados o al aire libre; 2) ampliar los horarios de votación para que todas las personas puedan votar sin aglomeraciones; 3) exigir implementos de protección para jurados de votación y para testigos o fiscales de mesa y 4) realizar una campaña publicitaria incentivando la votación cuidada.

    6. Ante la eventualidad de ampliación de puntos de votación y ante la posibilidad de una extensión de la jornada electoral, se recomienda preparar (buscar y capacitar) más personas para cubrir los numerosos puestos de votación y dotarlos de implementos de bioseguridad.

 

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