I.- La ausencia física de Chávez parecía volverse hálito en la canícula del 8 de agosto. Su espíritu se paseó entre las largas colas de votantes. Lo sentíamos al inhalar el aire ardiente, como un éter que revive valores perseguidos por el poder transnacional: Patria, solidaridad, dignidad, soberanía.
El éxito de la jornada es la victoria de la reserva moral de este país.
No fue suficiente la estirada noche, las horas interminables, el cansancio, incluso, el desaliento de algunas personas que con razón hacen reclamos elementales.
La muchedumbre nacional que colmó los centros electorales, fue la movilización de una ciudadanía dispuesta a sostener el antiguo y siempre renovado ideal de la igualdad.
Somos el chavismo, una fuerza con mucho músculo y coraje, pero fundamentalmente, con mucha espiritualidad, doctrina, convicción de futuro. Somos una cultura política original de marca venezolana.
II.- A quienes ganaron la consulta, felicitaciones. Es un privilegio tener las preferencias del pueblo, no para hacerse de privilegios, sino para servirle y merecer su amor.
A quienes compitieron, felicitaciones por los cientos o miles de votos alcanzados; tienen sus méritos y su espacio en nuestras filas para seguir siendo útiles a la revolución.
El primer reto: la unidad sin fisuras.
El segundo reto: construir juntos una nueva hegemonía política que recupere los estadios de bienestar alcanzados en los primeros doce años de revolución bolivariana.
No perdamos un día más en diatribas, ni en burocratismos.
La tarea de gobernar nos necesita en unión y buena acti
La resistencia antiimperialista nos requiere firmes y en permanente disposición combativa.
La acción política-organizativa junto al pueblo nos exige ser más consecuentes, acertados, inclusivos, inteligentes.
Lo electoral seguirá siendo principal por la próxima elección de poderes estadales y municipales fijadas para el 21 de noviembre.
Pero no sigamos posponiendo la misión esencial de una revolución: provocar un cambio radical en la conciencia colectiva que no sólo haga irreversible la posesión del gobierno, sino que sea capaz de crear una cultura política nacional transformadora del modo de producción capitalista dependiente y la mentalidad colonizada por la ideología individualista del consumismo y la sumisión neocolonial.
Enhorabuena mi pueblo bolivariano.
Vamos por más.