La negociación y discusión de estos importantes documentos que en sí recogen buena parte de las preocupaciones, de las inquietudes y las propuestas que se han hecho en el diálogo de hoy, verdaderamente hay que revisarlos, verlos. Y la preocupación siempre nuestra es cómo convertirlos en acciones, cómo convertirlos en políticas comunes de América Latina y el Caribe, en políticas públicas cada una de las manifestaciones de voluntad unitaria que deben saber nuestros pueblos, se recogen en la declaración central, 44 numerales con elementos sustanciales de la situación de la crisis del cambio climático, de la pandemia, de la crisis social. Igualmente con las declaraciones especiales.
Creo que ha sido extraordinario el proceso de preparación de esta Cumbre. Tuve la fortuna, en la vida, de haber sido canciller del comandante Hugo Chávez y haber participado desde el año 2008 en los pasos que dieron como resultado la construcción de estos primeros cimientos de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Fue el presidente Lula da Silva, de Brasil. Muy lamentable que el presidente Jair Bolsonaro, en una visión negacionista, divisionista, haya retirado a Brasil de esta Comunidad que tanto necesita a Brasil.
Fue el presidente Lula da Silva quien nos convocó el 17 de diciembre del año 2008 en Bahías, Salvador de Bahías, y allí se dio el primer paso en la Cumbre de América Latina y el Caribe, llamada la CAL. Fue el presidente Felipe Calderón, de México, quien nos convocó, siendo de la derecha mexicana y latinoamericana, quien nos convocó a todos, 23 de febrero de 2010 en Cancún. Y fue en Caracas, el 2 y 3 de diciembre del año 2011, con la presidencia del comandante Hugo Chávez, Comandante revolucionario, bolivariano, que se fundó (la CELAC) en la mayor diversidad ideológica que se conozca, aquel 2 y 3 de diciembre del 2011, en Caracas. Luego vinieron las cumbres de Chile, Cuba, Costa Rica, Ecuador. Pero teníamos 4 años sin Cumbre. Y la Celac empezó a menguar. Lamentablemente, una vez más en América Latina y el Caribe, comenzó a menguar el esfuerzo unitario. Ya le tocó vivir a los libertadores y libertadoras de nuestra América hace 200 años, ver la mengua de su proyecto unitario y emancipador.
Fue el Libertador Simón Bolívar quien nos convocó a todos, lo que era la América Meridional, antes colonia de España, en junio del año 1826 a Panamá. Dentro de unos años se estarán conmemorando los 200 años del Congreso de Panamá. Y luego vino la división, la mengua hace casi dos siglos, hasta que se retomó el camino a través de este instrumento: la CELAC.
Nosotros creemos profundamente en el diálogo de diversos y le digo al presidente de Paraguay, ponga usted la fecha, el lugar y la hora para un debate sobre democracia, en Paraguay, en Venezuela y en América Latina, y estamos listos para darlo, ponga usted el lugar. O lo digo un poco más, si me permite la pasión, ponga usted presidente Lacalle, la fecha, el lugar para un debate; o ponga usted presidente López Obrador, y Venezuela está lista para debatir de democracia, de libertades, de resistencia, de revolución y de lo que haya que debatir, de neoliberalismo; de cara a los pueblos, en transmisión en vivo y directo, en privado, como ustedes quieran, con respeto, sin exclusiones.
Me gustó mucho una frase que dijo uno de ustedes, que no debemos constituir clubs ideológicos. No debemos ideologizar las políticas internacionales, lo aprendí como canciller ¿y ustedes saben quién me lo enseñó? Hugo Rafael Chávez Frías. La política internacional debe estar al servicio del Derecho Internacional, de los grandes intereses de la humanidad, de los grandes intereses de la región, y debemos pasar la página del divisionismo que se insertó en la América Latina, del acoso a la Revolución Bolivariana, y ahora del acoso incesante de la revolución cubana y de la revolución nicaragüense. Ese no es el camino. Tendríamos suficientes piedras que tirar contra algunos de ustedes, pero no venimos a tirar piedras, venimos a tender la mano para el trabajo, para el diálogo y para la unión en los grandes aconteceres.
Hay que dar pasos de acción, todos los que estamos aquí somos jefes de gobierno, somos jefes de Estado y vivimos de la angustia permanente del qué hacer a tiempo para salvar a nuestros pueblos, para atender a nuestros pueblos, ¿qué hacemos con este bagaje de decisiones, con esta doctrina común que en la diversidad estamos generando?
Le ratifico la propuesta que le envié por escrito y que ayer a mi llegada intempestiva a México, hice públicamente: Creo que hay que ir a la construcción de una nueva institucionalidad de la CELAC, hay que retomar la que se empezó a construir, porque aquí se empezó a construir una institucionalidad que empezaba a funcionar, el Consejo de Ministros de Economía, el Consejo de Ministros de lo social, el Consejo de Ministros de la política, existía, funcionaban, hacían propuestas, había un diálogo interregional muy valioso.
Propongo que retomemos, en términos inmediatos, los tres consejos de ministros más importantes: el Consejo de Ministros social para que aborde de inmediato al agenda de la pandemia y del cambio climático; el Consejo de Ministros de lo económico para que aborde los planteamientos que se han hecho aquí sobre la integración comercial, sobre un Tratado de Desarrollo Económico. Y bueno, los cancilleres mantengan el rumbo, el ritmo del Consejo de Ministros de lo político.
También propongo, por qué no, claro que hay una contradicción, presidente Lacalle, entre la OEA y la CELAC, es la vieja contradicción del monroísmo y el bolivarianismo, América para los americanos, que nos consideran patrio trasero, eso sigue intacto, sigue así, más allá de lo que hoy se pueda decir. Y el bolivarianismo, el latinoamericanismo, el unionismo. Y la CELAC es nuestro camino, por eso propongo que se evalúe con mente fría, con equilibrio, la constitución de una Secretaría General de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que la dotemos de suficiente poder para que esa secretaría general lleve las riendas de la construcción de lo que es el sueño que algunos de ustedes han dicho.
Algunos sueñan con la Unión Europea, muy bien, excelente, pero hay buenas experiencias en la Unión Africana, en la ASEAN. Así que nos parece importante dar esos pasos en el desarrollo de una nueva institucionalidad de nuestros países.
Quiero agradecer públicamente al gobierno de México por todo el apoyo que le están dando a Venezuela en los diálogos de paz y soberanía que se están desarrollando. Pido el apoyo de todos los gobiernos de América Latina y el Caribe, porque el único camino que puede tener Venezuela es el diálogo, es la paz, es el reencuentro, es la reconciliación, y agradezco el apoyo mayoritario que aquí hemos recibido en función de ese diálogo.
Venezuela este año tiene elección, una megaelección el 21 de noviembre. Los invito, vayan, para que vean la campaña electoral, para que vean las elecciones, para que vean al dictador Maduro como convoca la elección número 29. Hemos tenido 28 elecciones. Nosotros hemos ganado 26 con votos, ahora vamos a la elección 29. Toda la oposición se ha inscrito, bueno, bienvenidos, que gane el que tiene que ganar.
Así que agradezco mucho el apoyo a todo este esfuerzo de democracia, de diálogo, y celebro el espíritu de debate, el espíritu unionista, que a pesar de algunas diferencias marcadas, a veces hirientes, se está manifestando el día de hoy aquí. Lo felicito, Presidente, muchas gracias.