"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Por un Partido que corone la Patria Bolivariana

Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz. Un gobierno que haga triunfar bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad.

Simón Bolívar
Discurso de Angostura
15 de febrero de 1819

 

Presentación

En este documento desarrollaremos un conjunto de ideas políticas y organizativas relacionadas con las 3R, NET y las perspectivas estratégicas de la Revolución Bolivariana, es decir con el reordenamiento de las fuerzas chavistas que hará posible la consolidación del PSUV en tanto el partido que corone la Patria Bolivariana.

1. Precisiones necesarias

1.1. El planeta Tierra de acuerdo con las últimas investigaciones científicas tiene una existencia aproximada de 4500 millones de años.  Y la especie humana, la mujer y el hombre,  aparecen aproximadamente hace 4 millones de años según los investigadores de la Universidad Bolivariana de Trabajadores Jesús Rivero.

1.2. La humanidad tiene, aproximadamente,  300 mil años de existencia organizada en torno de sociedades y civilizaciones antiguas y modernas. Al respecto, el historiador Arnold Toynbee en su libro “Estudios de la Historia”, puntualiza  que solamente se ha investigado y estudiado las civilizaciones antiguas y modernas de los últimos 6 o 7 mil años, periodo que representa  menos del 3 % del desarrollo histórico de la humanidad, que de acuerdo con una visión evolucionista pueden ser distribuidos como sigue 4.000 años de  la historia de  los modos de producción esclavista; 1.000 años del régimen feudal y el capitalismo 800 años aproximadamente. La  transición histórica universal del capitalismo al socialismo, la cual tiene su partida a mediados del siglo XIX, con el surgimiento del socialismo utópico y el Célebre Manifiesto Comunistas de Marx y Engels del año 1848  que alumbra el camino a los pueblos del mundo y da pleno sentido a  la lucha de clases.

El Manifiesto Comunista y la Asociación Internacional de los Trabajadores, presidida por Carlos Marx y centro político organizador de las luchas obreras por la jornada laboral de ocho (8) horas, el aumento de los salarios y la abolición del trabajo asalariado, vislumbran la necesidad  de organizar el partido político revolucionario, las organizaciones de la clase obrera y los pueblos con base de programas de lucha orientados a la destrucción del Estado constituido y a constituir en un nuevo Estado para liberar el conjunto de la sociedad de todo tipo de opresión, explotación  e injusticia social. Los acontecimientos históricos, el desarrollo de la lucha de clases, antes de 1848 carecían del alcance para  consolidar, cualitativamente,  las victorias de los pueblos  mediante la articulación dialéctica de la emancipación y la libertad: ese fue el extraordinario aporte teórico de Marx y Engels a la humanidad.

En ese horizonte de emancipación y de libertad, para Mao Tse Tung, “El comunismo es la ideología completa del proletariado y, a la vez, un nuevo sistema social. Difiere de cualquiera otra ideología y sistema social, y son lo más completo, progresistas, revolucionarios y racionales de la historia humana.”

1.3. El capitalismo surge entre los siglos XII y XIII (de la era cristiana) en Europa; en los siglos XV y XVI se consolida como capitalismo en el marco del Estado nación y de los ejércitos nacionales, dando lugar a los procesos de invasión, conquista y colonización de los otros continentes, para así  trasplantar  el capitalismo en territorios no europeos e instituir el Sistema Mundo Capitalista. A Venezuela nos llega,  en agosto de 1498 con la invasión del imperio español, ese sistema colonialista y expoliador  por Macuro, en las costas del estado Sucre, Venezuela.

1.4. Entre  fines del siglo XIX y la primera década del XX, el  capitalismo se transforma en un orden imperialista, y se aceleran con la agudización de las contradicciones inter- capitalistas  y la configuración de  bloques de poder capitalista con el desenlace de la I y II  Guerra Mundial  por el reparto del mundo que nos condujeron.

Desde 1945 surgen dos bloques de poder confrontados, los Estados Unidos y  Europa occidental de naturaleza capitalista y  el Bloque de países socialistas. Este sistema bipolar es desplazado en la década de 1990 al desplomarse el socialismo real y emergen la unipolaridad estadounidense, el proyecto neoliberal y el proceso de financierización del capitalismo o la hegemonía de las finanzas mundiales.

Y en éste siglo XXI avanza el movimiento geoestratégico  que dinamiza la ruptura con la unipolaridad yanky y el tránsito geopolítico hacia  el nuevo mundo, pluripolar y multicentrico y sin centro hegemónico, que es hoy. Con la guerra en Ucrania vendrá una redefinición de la geopolítica mundial.

1.5. Veamos la dimensión temporal desde  nuestro pueblo originario, con más de 16 mil años de existencia, que forma parte de una diversidad de formas de organización social que se extienden en un amplio territorio,  desde el Mato Grosso en Brasil hasta el Mar Caribe y sus islas. Fueron pueblos sin propiedad privada, estados, sin economía mercantil, vivieron y viven en armonía con la naturaleza, parte de esta historia está compilada  en los escritos de Miguel Acosta Saignes, Iraida Vargas y Mario Sanoja. Sanoja en su libro “La Fragua del Pueblo Venezolano”, narra  la resistencia de la etnia Caribe al coloniaje del imperio español con base en un  trabajo impecable de investigación. Y recientemente Vládimir Acosta nos alerta a consolidar la resistencia al colonialismo cultural y plantea volver a Bolívar, “resucitado en el siglo XXI con la Revolución Bolivariana”. Muchos de esos pueblos no perdieron la guerra por vía de la fuerza y la violencia física, sino por la vía de la lengua y la colonización cultural, según Mar de Civreux, aún viven en territorio amazónico, etnias que se desplazaron al sur como los Yanomamís que mantienen la rebeldía ancestral.

1.6. No fue posible construir el sueño de Angostura, se impuso la IV República de los mantuanos, la élite de la renta  de la tierra. Con la Guerra Federal (1859-1863),  el esfuerzo y sacrificio del General Ezequiel Zamora y un pueblo rebelde trataron de retomar el proyecto bolivariano, pero no fue posible. Y se consolida la IV República (1830-1998) y el modelo capitalista agropecuario; que después es desplazado por el modelo minero-petrolero, bajo el dominio de los imperialistas de Inglaterra, Estados Unidos y de sus corporaciones transnacionales.

Movimientos nacionalistas, socialdemócratas,  socialistas y comunistas, enfrentaron heroicamente a esa estructura de poder imperial, pero sin  unidad política,  programática necesaria, y sin una instancia organizativa como de unidad de mando único cívico militar, y son derrotados.

La rebelión popular de febrero de 1989 y las rebeliones militares de febrero y noviembre de 1992, definen una nueva época de resistencia del pueblo venezolano conducida por el Comandante Hugo Chávez que retoma las ideas del Libertador, para así dar el salto de la  Revolución Bolivariana  en las circunstancias del siglo XXI.

1.7. La crisis estructural del capitalismo, analizada por la teoría marxista, actualmente se profundiza en términos de una prolongada recesión económica que ha sido  agravada por el COVID 19. La expresión máxima de este periodo terminal de crisis capitalista es la decadencia histórica del imperialismo yanky y el agotamiento del fundamentalismo neoliberal. En este atolladero, sin salida en términos del neokeynesianismo y del monetarismo, avanzan las luchas de los pueblos que dinamizan la transición  del capitalismo al socialismo, en un contexto de una nueva crisis del sistema mundo-capitalista cuando las potencias mundiales pugnan por un nuevo control territorial, de la geopolítica comercial y los recursos energéticos necesarios para la cultura consumista capitalista.

En América Latina y el Caribe, con la resistencia y rebeliones de nuestros pueblos, soplan nuevos vientos emancipadores. Y las dictaduras militares clásicas, el régimen representativo liberal y las políticas neoliberales se agotan en el estallido de una crisis multiforme del poder de las oligarquías  políticas-económicas de la región.

2.- Concepción leninista del partido

El teórico del partido proletario es el revolucionario ruso Vládimir Ilich Ulianov Lenin (1870-1924), el  líder de la Revolución Socialista Rusa de 1917. Lenin en diversos escritos (tales como  Carta a un camarada, ¿Qué hacer?, Un paso adelante y dos atrás) junto a otros documentos, desarrolla y sistematiza los elementos fundamentales del partido proletario (para dirigir una revolución socialista), al que define como  el partido del pueblo y del programa histórico  de la clase trabajadora.

Para Lenin, el partido revolucionario es expresión de una de las diversas formas de organización que asumen los  pueblos en el curso de la lucha de clases, es la forma de organización a través de la cual, los pueblos y la clase proletaria, se unen en torno a un programa de transformación anticapitalista y de transición socialista.

Esta es la conceptualización que define Lenin cuando dice que el partido proletario resulta de la fusión de la teoría revolucionaria, que es esencialmente un programa de lucha de los explotados, los campesinos y de los sectores populares, y de las prácticas de los movimientos revolucionarios. El partido proletario fundamenta sus estrategias, el logro de sus objetivos y el virtuosismo de sus acciones en el conocimiento científico de la realidad histórica concreta.

La teoría fundamental del partido revolucionario es la de Marx, que orienta su qué hacer político y se recrea en función del producto o los resultados políticos de sus acciones y de la articulación democrática con los combates del  pueblo, el reconocimiento de sus necesidades y esperanzas.

En ¿Qué hacer? Lenin afirma que “solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir su misión de combatiente de vanguardia”. Este es un lineamiento político que tiene su real contenido en la participación democrática y activa de  los militantes en la elaboración de la política del partido, de los análisis de coyuntura, de su estrategia y táctica, de la  plataforma de lucha y planes de acción.

Marx y Engels en el Manifiesto Comunista de 1848 definen los conceptos de Programa Popular, Plataforma de Lucha y Medidas Revolucionarias o de Gobierno.

La esencia del programa popular, no es más que el mismo curso de la lucha de clases, sus saltos y etapas que conducen al acontecimiento de la revolución que nos libera de todo tipo de explotación, opresión y lucha de clases.

La plataforma de luchas resume o condensa el programa popular en cada lucha concreta, momento y coyuntura política y en las circunstancias específicas que se aplican las medidas revolucionarias o de gobierno con la participación del pueblo. En resumidas cuentas, el partido revolucionario es el pueblo y la clase obrera conscientemente organizados para desarrollar su programa en su lucha contra la burguesía o la clase oligárquica dominante.

Los principios de dirección y estilos de  trabajo del partido proletario tienen que ver con elementos democráticos e ideológicos. En cuanto a los métodos de dirección y estilos de trabajo debemos rechazar las prácticas antidemocráticas y burocráticas que no liberan, ni emancipan. Y por otra parte, es crucial que el partido esté dotado de una consistente ética socialista, bolivariana, en nuestro caso.

Lenin, definía como militante bolchevique o comunista, al camarada que comparte y asume conscientemente el programa y los estatutos de la organización, milita en una instancia organizativa, cotiza regularmente y es elegido a un determinado nivel de dirección, de acuerdo con las circunstancias políticas del momento.

Los principios de la dirección revolucionaria  comprenden  los métodos y estilos de trabajos participativos y democráticos:   la dirección colectiva; los balances colectivos de la política del partido; la práctica de la  crítica y autocrítica;  la disciplina consciente; y  el centralismo democrático, el cual en esencia contiene tres principios: el centralismo, la democracia y la desconcentración administrativa, donde la democracia juega el papel principal en el proceso de elaboración política y el centralismo en el momento de ejecución, mientras que la desconcentración administrativa garantiza la efectiva participación de todas y todos desde su organismo de base.

El centralismo democrático es propio de la forma como se toman las decisiones políticas y del momento de ejecución de la misma, mientras que la desconcentración administrativa garantiza la efectiva participación de todas y todos desde sus instancias políticas-organizativas. Y  la articulación dialéctica de estos principios nos permite sostener la acción del partido revolucionario, conscientemente aferrado al programa popular y mediante el control riguroso, pero democrático y en función de la ética socialista, de los líderes, cuadros y militantes del partido.

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en su Declaración de Principios, Bases Programáticas y las Normas Constitutivas y Rectoras  en lo fundamental desarrolla la concepción leninista del partido, pero adaptada a la circunstancia de hoy con el aporte esencial de la Doctrina Bolivariana y el legado del Comandante Chávez. Por eso el PSUV define como sus principios generales: la democracia participativa y protagónica, el antiimperialismo y el internacionalismo, el socialismo y el humanismo  socialista, la  defensa de los derechos humanos y de la madre Tierra, la igualdad y equidad de género,  y el  poder popular.

Es oportuno recordar con relación a los métodos de dirección y estilos de trabajo, las contribuciones de Mao Tse Tung, tales como las siguientes orientaciones:

“Un partido disciplinado, pertrechado con la teoría marxista-leninista y que practica la autocrítica y se mantiene ligado a las masas populares; un ejército dirigido por tal partido; un frente único de todas las clases revolucionarias y grupos revolucionarios dirigidos por tal partido; estas son las tres armas principales con que hemos derrotado al enemigo”. (Sobre la Dictadura Democrática Popular. 20 de junio de 1948, Obras escogidas T-IV)

“Debemos tener confianza en las masas, debemos tener confianza en el partido. Estos son dos principios fundamentales. Si dudamos de ellos, nada podemos cumplir”. (Sobre el problema de la cooperativación agrícola. 31 de julio de 1955.)

Una recomendación final sobre este punto, me refiero a la necesidad de estudiar y aprehender las definiciones del Manual del Militante del PSUV (Véase el libro rojo).

3.- Algunas conclusiones básicas sobre la experiencia histórica de los partidos políticos del siglo XX en Venezuela

Está por investigar, sistematizar y escribir, la historia política de la República de Venezuela; debe seguirse reescribiendo como los intentos de la llamada historia insurgente; abundar en investigaciones que indaguen en información aún por escribirse, sobre la confrontación de ayer contra el imperio español y de hoy contra el imperialismo yanky, así como hacernos cargo, con rigurosidad analítica de  la resistencia aborigen y de su cultura. Hay que recusar a la narración  positivista  de nuestra historia y abonar a una nueva historiografía, donde los excluidos se hagan visibles, y así hacer justicia con el pueblo venezolano.

El pensamiento de José Gil Fortoul, Pedro Manuel Arcaya y José Manuel Siso Martínez sigue en las escuelas, liceos, universidades y en las academias, fortaleciendo la lógica de la dominación. Es decir, está  pendiente profundizar la revolución de la educación, la revolución política del Estado, en definitiva consolidar la revolución cultural de nuestro Socialismo del Siglo XXI.

El pensamiento de los partidos políticos venezolanos del siglo XIX y XX, es en lo fundamental eurocentrista, positivista y empirista, salvo el pensamiento de Simón Bolívar y de Simón Rodríguez. Expresión del modo positivista de analizar la realidad de Venezuela, es el documento llamado Plan de Barranquilla, escrito por Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Fortoul  entre otros, en la década del 30 del siglo XX. Documento que con base a un análisis elemental del agotamiento de gomecismo y de Venezuela, postulan tres iniciativas políticas: a) convocatoria de  una asamblea constituyente democrática; b) un plan social mínimo de reivindicaciones sociales para satisfacer las necesidades del pueblo y c) constituir  un gobierno de civiles sin presencia de militares por cuanto eran autoritarios y corruptos.

Por su parte, el partido  comunista, en su documento fundacional denuncia la injerencia del imperialismo yanky, atacan las inversiones extranjeras y el régimen de concesiones petroleras, y plantean el derrocamiento del gomecismo y la instauración de una sociedad de soviet de obreros y campesinos socialistas, termina el documento así:

“¡Trabajadores! Luchando vosotros mismos con la ayuda del proletariado (los trabajadores) mundial, sin caudillos ni generales extranjeros, ni nacionales, sabréis derrotar la tiranía y el régimen explotador.

Adelante compañero. Vivan los trabajadores. Viva el gobierno obrero y campesino. Viva la Rusia Soviética. Viva el Partido Comunista. Mueran los verdugos del pueblo trabajador.”

Comité Central Provisional del Partido Comunista Venezolano. Sección de la Internacional Comunista. Caracas 1 de mayo de 1931.

“El fúsil en el hombro de un obrero, es la única garantía de la democracia”. Lenin.

Este documento fue publicado en Colombia y repartido clandestinamente en Venezuela. Tomado del libro de Hemmy Croes, El movimiento obrero venezolano, publicado en la editorial San José (1973, p. 66).

Una élite de  católicos y conservadores, asumen el fascismo del dictador español Francisco Franco;  entre ellos destacan Rafael Caldera, Pedro del Corral, Godofredo González y un grupo de estudiantes de la UCV, desde las primera décadas del siglo XX.

Juan Vicente Gómez, muere en diciembre de 1935 y asume la presencia el General López Contreras, y es ratificado por el Congreso gomecista el 24 de abril de 1936. Durante esos meses hubo movilizaciones populares en Caracas, Maracaibo y otras ciudades del país, luchando contra la burocracia gomecista que seguía en el poder, la represión, por la democracia y por la unidad del pueblo. En septiembre se constituye el Comité Organizador del nuevo partido político de isquierda y se conformó con la militancia y dirigentes de las corrientes comunistas, socialistas y nacionalistas, que se agrupaban en el llamado Partido de la Revolución Venezolana (PRV), la Organización Venezolana ORVE, el BND FEV-OP, organización que adoptó el nombre de Partido Democrático Nacional (PDN), con Jóvito Villalba como Presidente, Rómulo Betancourt como Secretario General y Rodolfo Quintero, Secretario de Organización; apoyados por algunos dirigentes obreros, como Manuel Tabordas, José González Navarro, Malavé Villalba, Bernardo Pérez Salina, Oropeza Castillo y otros dirigentes estudiantiles y populares. Ese intento de logró consolidarse y para 1937, ya se habían dividido.

Se consolida el régimen de López Contreras y Medina Angarita y se conforman los partidos políticos: Acción Democrática (1941) de tendencia socialdemócrata, Partido Comunista de Venezuela (1937) de tendencia marxista-leninista y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (1946) de ideología socialcristiana (COPEI 1946)  cuyas consignas principales eran: “Por una Venezuela libre y de los venezolanos” (AD); “Por una sociedad del bien Común” (COPEI);  y “Pan, tierra y trabajo” del PCV. Y en  1947, se funda Unión Republicana Democrática (URD) cuyo líder principal era Jovito Villalba, de pensamiento liberal-burgués.

AD, con el golpe militar del 18 de octubre de 1945 en alianza con las compañías petroleras (Creole, Standar Oil Rockefeller) y una facción militar del ejército, liderada por los mayores Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez y Mario Vargas, derrocan al gobierno democrático del presidente Isaías Medina Angarita, violando de esta manera las iniciativas propuestas en el Plan de Barranquilla.

En la coyuntura del 23 de Enero de 1958 los partidos AD, COPEI y URD, asumen el llamado Plan de Nueva York, y excluyen al PCV por instrucciones del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Este plan se concreta como el Pacto de Punto Fijo, firmado por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jvito Villalba, consolidándose durante 40 años el régimen liberal burgués puntofijista.

El régimen puntofijista se  caracteriza por: a) la corrupción administrativa, b) entrega de la soberanía y de los recursos minero-petroleros al imperialismo y c) violador de los derechos humanos, con base a una brutal represión, el asesinato, la tortura y la política estatal de los desaparecidos, presos y exiliados políticos.

El PCV, por limitaciones de carácter teórico, político y organizativo no comprendió las dimensiones históricas de las diversas coyunturas políticas el siglo XX, y ahora en el siglo XXI con la Revolución Bolivariana, y experimentó el proceso traumático de múltiples divisiones  y sub-divisiones durante sus casi 90 años. Aunque tuvo un periodo de resistencia heroica, y fue víctima  de la violencia y represión puntofijista.

Las luchas políticas del siglo XX es extremadamente relevante que Pio Tamayo, el teórico fundador del socialismo en Venezuela, hizo siempre un llamado a “construir el socialismo con el conocimiento científico, con la libertad, la belleza y la poesía”;  su llamamiento tiene plena vigencia.

Al final todos estos partidos entraron en descomposición política, no fueron consecuentes, ni coherentes con sus propuestas programáticas. Dado sus consistentes compromisos y relaciones con la burguesía estéril y el capitalismo dependiente atado a la hegemonía yanky. En la actualidad, sobreviven en el ostracismo político vía al sepulcro.

En cuanto a los sectores progresistas y de izquierda de este periodo, durante el puntofijismo, militaron en esos partidos y luego estructuraron sus propias organizaciones políticas (MIR y PRV) con el desarrollo de los acontecimientos y en particular los de la década del 60, derivaron en procesos de luchas internas y divisiones que los condujo a luchas fraccionales y por ende al fracaso y al aislamiento popular.

Estimo necesario tomar de la orientación política de Jorge Rodríguez (padre) planteada  en su informe a la Primera Asamblea Nacional de la Liga Socialista (1 de junio de 1975, véase “El pensamiento Revolucionario de Jorge Rodríguez”), organización de la cual fue su fundador. El Maestro Jorge, nos  exigió luchar por la formación del partido revolucionario del proletariado cuando señaló la necesidad de, cito:

“de fortalecer en las masas la conciencia sobre la necesidad de la resistencia organizada y orientarla para que se prepare en función de este objetivo: levantar al socialismo como alternativa frente a la crisis; conquistar victorias en los combates populares y derrotar las ilusiones que levantan los electoralistas; educar a las masas a través de su propia experiencia e ir construyendo sólidas organizaciones revolucionarias, al calor de los distintos conflictos de clases y en el curso de una profunda lucha en el terreno de la teoría. Con toda precisión señalamos que en nuestro país no existe un partido revolucionario del proletariado. Luchar por la formación del Partido Revolucionario del proletariado, constituye una tarea de inmenso valor estratégico. Declaramos, por lo tanto, que el combate por este objetivo, constituye el eje de nuestra actividad, esto significa, desde el punto de vista práctico, que la clase obrera es la columna vertebral de la construcción organizativa”.

Con los acontecimientos populares, políticos y militares de febrero de 1989 y 1992 se puso de manifiesto el vacío político puntualizado por Jorge Rodríguez, la ausencia de un partido revolucionario, comprobado con el surgimiento del liderazgo del Teniente Coronel Hugo Chávez impactó en sus raíces a la Patria y a la conciencia de las venezolanas y de los venezolanos, a las mujeres y hombres de a pie y a pedal y hace efectivo un reagrupamiento de las fuerzas del pueblo que determinan una nueva época de nuestra nación, cristalizada en la Revolución Bolivariana, por el Socialismo del Siglo XXI.

4.- El chavismo y el PSUV

El chavismo es el pensamiento, la doctrina y el ejemplo histórico de nuestro libertador Simón Bolívar; resume las luchas de nuestro procerato civil y militar y del pueblo venezolano, por la independencia y la libertad contra el imperio español ayer, y  las de hoy contra el imperialismo yanky. En las circunstancias del siglo XXI, liderada por el Comandante Chávez, en el escenario de la transición histórico universal del capitalismo al socialismo.

El chavismo es el bolivarianismo de hoy.

En el Texto Constitucional de 1999 y en su preámbulo  contiene los principios y conceptos que hacen posible la refundación de la República Bolivariana de Venezuela, como una patria libre y soberana.

He allí, nuestro programa histórico en función de la unidad de nuestro pueblo, de la clase trabajadora y de la nación venezolana, la clave para luchar y establecer una república socialista, libre de toda dominación, explotación y opresión.

El Comandante,  entendió que el proceso de lucha del huracán bolivariano se sitúa y avanza más allá de nuestra frontera, en la confrontación histórica contra el imperialismo yanky y el neoliberalismo. Y se hace cargo de la urgencia de una dirección estratégica, es decir, de la construcción de un partido que expresase la unidad programática de nuestro pueblo, de sus combates que significan un acumulado espiritual y material en el rumbo de su emancipación y de la soberanía de la Patria.

De allí, el permanente llamado de la consigna de Bolívar “Unidad, unidad, unidad debe ser nuestra divisa” y la vigencia de las palabras del Comandante “yo ya no soy Chávez … Chávez es un pueblo”.

Después de muchas conversaciones, reuniones y análisis políticos, son vencidas las  dificultades que obstaculizan la fundación del PSUV,  hace 15 años. El PSUV es un partido joven dotado de una vasta y enriquecedora experiencia, siempre en construcción constituyente y en reorganización permanente, de acuerdo a las difíciles, complejas exigencias de los momentos coyunturales.

En el Libro Rojo se compila  la guía teórica y política fundacional de nuestro partido; en el primer Congreso Extraordinario del PSUV en el año 2009, es aprobada La Declaración de Principios, que define el partido como antiimperialista y anti-capitalista, socialista y humanista, y basado en una ética socialista y en la construcción del poder popular.

Las Bases Programáticas establecen que las fuerzas motrices de la Revolución Bolivariana son los trabajadores y trabajadoras, el pueblo trabajador. Y  precisa que “la tarea central de la Revolución Bolivariana es desmontar el poder constituido de la burguesía y el imperialismo, y refundar un poder radicalmente distinto, al servicio del pueblo venezolano y de  los demás pueblos del mundo, es decir, la construcción del poder popular y revolucionario. Todas las tareas políticas están dirigidas a su consolidación como la única garantía de la victoria definitiva

Ello implica, “la construcción de una conciencia revolucionaria, como la forma de superar la alienación de la conciencia social propia del capitalismo”, y en “la comuna, como forma organizada de la comunidad y  célula fundamental de la nueva sociedad y del nuevo Estado socialista”, que el Comandante Chávez postula como “Comuna o nada”.  Es decir, la humanización del trabajo como condición de vida de los seres humanos.

En los estatutos, están definidas las normas rectoras y constitutivas del partido, cuyo nombre es Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sus propósitos, valores y principios organizativos y la estructuración política del partido, su sistema de formación de cuadros y militantes y sus normas disciplinarias (código de ética). Posteriormente el Comandante Chávez postula las líneas estratégicas  de las 3R al cuadrado: revisión, rectificación, reimpulso, reunificación, repolitización y repolarización para transformar al partido-movimiento en una organización al servicio de las luchas del pueblo, a través de la propaganda, agitación, movilización y la comunicación de acuerdo al pensamiento de Simón Rodríguez: “enseñen y tendrán quien sepa… eduquen y tendrán quien haga”.

Luego en enero de 2011, la Dirección Nacional del PSUV aprobó el reglamento de funcionamiento del partido.

Nuestros militantes deben tener consciencia histórica, comprensión geohistórica de Venezuela, de la región latinoamericana y del Mundo. De nuestro compromiso con el pueblo, esto es que la “educación empieza con la vida y no acaba sino con la muerte” como lo dice el apóstol cubano, José Martí.

En ese proceso de análisis, lucha y construcción popular hemos realizado cuatro (4) Congresos y vamos para el V Congreso en este año 2022. “No hay quinto malo” dice el dicho popular.

En este V Congreso debemos desarrollar una jornada motivadora, pedagógica, popular, comunera y clasista, que estimule la participación democrática y el poder creador del pueblo y de su amor por la  Patria Grande, soberana, hermosa, libre como siempre nos lo recuerda Hugo Chávez, el Comandante del pueblo (El Estado Comunal).

5.- ¿Qué hacer en las actuales circunstancias de hoy? y ¿Cuál debe ser la direccionalidad del partido en la consolidación y profundización de la Revolución Bolivariana?

Con la desaparición física del Comandante Chávez, el 5 de marzo de 2013, se inicia en Venezuela una nueva coyuntura política, en la que  el liderazgo del Presidente Maduro ha jugado un papel crucial, en una situación de un asedio imperialista yanky y de  pandemia mundial del COVID 19, que ha afectado, fundamentalmente a los pobres del mundo, y que nosotros  como pueblo y gobierno hemos logrado controlar, evitando  la expansión del coronavirus y sus efectos letales vidas venezolanas con pocas personas fallecidas, que lamentamos profundamente.

Para el control de la pandemia y la reducción de sus impactos sociales y económicos, el apoyo de Rusia, China y Cuba es decisivo, así como la resistencia heroica de nuestro pueblo y dispositivo sanitario gestionado por la Vicepresidencia de la República.

Ha sido derrotada, coyunturalmente, la política injerencistas de los presidentes Obama, Trump y Biden; de  los gobiernos neoliberales de Europa y de las oligarquías latinoamericanas  congregadas,  en torno de la OEA y el fenecido Cartel de Lima, y la apátrida burguesía local, con sus oposiciones pitiyankis y terroristas.

La guerra multiforme, multidimensional y difusa que ha sido avanzada contra la Patria, ha sido enfrentada y derrotada, de acuerdo  con la concepción de lucha de todo el pueblo,  la unidad cívico-militar-policial. El mando único de la revolución conducido por el presidente Nicolás Maduro y  la organización-movilización político-militar del pueblo venezolano.

En todas las batallas han sido derrotados y se ha consolidado la salida política del diálogo y de la paz. Y en lo fundamental se ha reactivado, progresivamente la economía real o productiva en un clima de paz política en el país. Ya la jugada o artimañas políticas del gobierno interino está colapsada y a Juan Guaido solamente falta decidir el momento político de poner los ganchos y de enjuiciarle como corresponde.

Por otra parte, en la región y el mundo, la avanzada  neoliberal se diluye, en un escenario imparable de recesión económica, de recrudecimiento de los antagonismos constitutivos del capitalismo y de confrontación con los pueblos del mundo.

Los dogmas del fundamentalismo neoliberal son, como bien sabemos: el mercado y su mano invisible,  la oferta y la demanda, como el Dios que lo resuelve todo, y sus centros de poder (el Fondo Monetario Internaciona (FMI) y  el Banco Mundial (BM), la Organización Económica de Cooperación y Desarrollo (OCDE), la Organización Mundial del Comercio (OMC), y el Foro Económico Mundial). La política económica de: a) liberalizar las finanzas, privatizar los bienes públicos y comunes como de depurar los presupuestos gubernamentales del gasto social; b) avanzar una dinámica de híper competencia inter capitalista; d) liquidación del Estado de bienestar.

Theotonio Dos Santos, lamentablemente fallecido a principios del año 2004, en su libro titulado “Del terror a la esperanza  (auge y decadencia del neoliberalismo)”, demuestra la incoherencia, inconsistencia y las patas cortas de la salida neoliberal para determinar el relanzamiento de la economía mundo capitalista postrada por una prolongada recesión económica.

Hay que estar claro que esta es la real condición de un sistema económico cuya pieza fundamental es los Estados Unidos y que estamos en guerra contra el imperialismo yanky, contra un imperio invasor, corrupto, narcotraficante y terrorista, que aún pretende ser fiscal, juez y policía del mundo.

Sin embargo, la correlación de fuerzas geopolíticas se ha transformado. La República Popular China, la Federación de Rusia, la República Islámica de Irán, La república Democrática de Norte, la República Bolivariana de Venezuela, la República de Cuba, La república de Nicaragua y el Estado Plurinacional de Bolivia, así como el conjunto de fuerzas populares, de izquierda,  e institucionales  (Foro de Sao Paulo, CELAC, ALBA, gobiernos democráticos y progresistas) configuran un clima mundial de paz, anti guerrerista y anti hegemónico.

El imperialismo yanky, tendencial y crecientemente, experimenta la pérdida de su  hegemonía y un proceso de decadencia histórica; este  será el imperio más corto en la humanidad, aunque sigue siendo poderoso y peligroso, y  puede cometer cualquier locura guerrerista y fascista.

Los elementos de la decadencia de los Estados Unidos, podemos señalarlos así: a) paridad atómica; b)  Crisis estructural del capitalismo;   c) Descomposición ideológica y política de las doctrinas  socialdemócratas,  socialcristiana y  fascista; d) emergencia de potencias económicas que desafían la hegemonía de EEUU; y e) la crisis el dólar como  mecanismo de intermediación financiera o divisa clave del capitalismo carente de sustentabilidad.

El dólar, impuesto por los acuerdos de Bretton Woods en 1944, luego la imposición del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon en 1971, de obligar a la OPEP,  con complicidad de Arabia Saudita y la Venezuela puntofijista de la IV República, de vender el petróleo en dólares y del lanzamiento por la Reserva Federal, de masas millonarias de dólares fiduciario al mercado.

El dólar ya no es la moneda confiable del capitalismo; es puro papelillo verde, la monedad de un Estado nación, que histórica y políticamente, ha perdido su condición de divisa clave o hegemónica. El mundo marcha hacia otro sistema monetario que debiese fundamentarse en la economía productiva o real.

En estas diversas circunstancias históricas de la socidad de clases y del capitalismo ha surgido toda una problemática  social y de contradicciones que están presentes en la escena política de hoy, como la contradicción imperio-humanidad, imperio-nación que es la principal y la contradición capital-trabajo y en la República Bolivariana de Venezuela, esas contradicciones se han agudizado, y también la crisis ecológica.

En consecuencia, tenemos que estar muy atentos a lo que está ocurriendo en la Región y en el mundo;

Es imperioso que investiguemos y reflexionemos, colectivamente, sobre la coyuntura y momentos políticos, para así olfatear la dialéctica de los cambios que van definiendo, en este presente dinámico y complejo las tendencias del futuro que se está ya prefigurando, en el marco de  la vieja crisis estructural del capitalismo analizada por Marx y recuperada entre otros intelectuales de izquierda como István Mészáros en su libro “Más allá del capital”; cito: la globalización capitalista no funciona ni puede funcionar porque no puede superar las contradicciones y los antagonismos inconciliables, manifiestos a través de la crisis estructural global del sistema. La globalización capitalista en si misma constituye la manifestación contradictoria de esa crisis y trata de trastocar la relación causa-efecto en un vano intento por remediar algunos efectos negativos mediante otros efectos proyectados ilusamente porque es incapaz estructuralmente de abordar sus causas”.

Las tendencias políticas nos indican que los trabajadores, las trabajadoras y los pueblos del mundo, desarrollan  sus luchas  en la perspectiva de salir del capitalismo, en tanto la alternativa democrática y popular que dinamiza la larga transición de un capitalismo global a un socialismo global.

Como lo señaló Enrique Dusell en sus 20 tesis políticas; lo que viene es una nueva civilización transmoderna, y por ello, transcapitalista, más allá del liberaismo y del socialismo real y esa experiencia la ha y está desarrollando el pueblo venezolano con la Revolución Bolivariana.

La crisis de la unipolaridad yanky, el agotamiento del sistema de dominación burgués en Latinoamérica fundamentado en los regímenes  militares y  liberal representativo burgués y la configuración de bloques de poder antineoliberales, evidencian que se ha posicionado, a nivel global y regional, una crisis de poder imperialista.

Sobre todo, ha sido  detenida la contraofensiva neoliberal; y  el proceso de restauración  del dominio de los Estados Unidos en nuestra región, el cual se inicia en Honduras con el derrocamiento del Presidente Zelaya (2012) y adquiere su máxima expresión con la configuración del Grupo de Lima, brazo político y hasta militar del intervencionismo yanky contra Venezuela.

Hoy vivimos los tiempos de “La Patria es América, patria es humanidad” como diría  el apóstol cubano José Martí.

El Presidente Maduro el 15/01/2022 en el discurso ante la Asamblea Nacional con motivo de su balance de memoria y cuenta del 2021 nos llama a prepararnos para una campaña liberadora, a dar batallas victoriosas. No es nuevo este llamamiento, el 02/09/2014 planteó la necesidad de impulsar Cinco Revoluciones: a) la revolución económica o productiva, b) la revolución de la educación, c) la revolución de las misiones socialistas, d) la revolución política del Estado y e) la revolución del socialismo territorial.

También ha definido fases de la Revolución Bolivariana periodizándolas así: entre 1999 hasta 2009 se promueve el proyecto constitucional en medio del acoso de las fuerzas contrarrevolucionarias. En esta fase, entre los años 2004 hasta el 2006, la revolución se define como antiimperialista, anticapitalista y socialista en términos del socialismo del siglo XXI. La segunda fase comprende entre 2009 hasta 2019 y se expresa en el Plan de la Patria. La tercera fase se sitúa temporalmente entre 2019 hasta 2029 y ahora es alargada hasta el año 2030, coincide con el bicentenario del fallecimiento del Libertador Simón Bolívar.

El V Congreso del PSUV,  el IV Congreso de la JPSUV y el Congreso Bolivariano de los pueblos, se realizarán en medio del asedio yanky y el COVID-19  seguirán presentes en la escena.

El presidente ha llamado al debate de las ideas, al balance de la gestión bolivariana y a aplicar los instrumentos organizativos del pueblo y de la clase trabajadora, a la reflexión; y a las 3R.Nets, resistencia frente a las agresiones imperialistas, renacer del espíritu originario de la patria, el ideario bolivariano y el legado del Comandante Chávez y a la Revolución que significa la profundización para consolidar la Revolución Bolivariana.

Tenemos en nuestro pensamiento y en nuestras manos la misión de esclarecer el panorama estratégico de la Revolución Bolivariana, la alternativa de apreciar objetivamente la situación planteada y la posibilidad real de  sistematizar una política y  un plan en base a un diagnostico histórico-científico, y así trazar la idea de maniobra ajustada a la correlación de fuerzas que nos conduzca  a una victoria contundente  en todos los órdenes, y coronar victoriosamente como pueblo en el  2030.

Para tal fin,  debemos evaluar y afinar nuestros métodos de pensamiento y acción, me viene a la memoria el viejo recuerdo del siglo XX pasado: “de la historia venimos, hacia ella vamos, construyamos presente y garanticemos futuro, poder para el pueblo” y el siguiente pensamiento  que  comparto con Néstor Kohan, “el marxismo es un método, como diría Lukcas, pero es mucho más que un método, es una concepción global del mundo y de los sujetos, una teoría critica de la sociedad capitalista y su crisis… una concepción materialista de la historia, una filosofía de la praxis, una teoría política de la revolución y una filosofía de la vida”.

He ahí, un antídoto contra  nuestro pensamiento y acción política saturados de  contenidos empíricos que nos conducen al pragmatismo y al tareísmo. De ahí, la urgencia de apelar a la dialéctica materialista.

Hoy podemos decir ante el llamamiento del Presidente Maduro a nuestro pueblo, a la nación venezolana, al polo patriótico y en particular ante al PSUV, que asumiremos el reto sobre la base del plan estratégico y practico que es las 3R.Nets, por una Patria Bolivariana, ecosocialista y feminista en la dimensión temporal 2022-2030 en la batalla para las elecciones del 2024, que será muy decisiva para el futuro de nuestra Patria y la Región, debe ser una victoria contundente.

Tenemos todo en lo fundamental para esa victoria: el proyecto bolivariano, el programa histórico popular de la emancipación, el ideario bolivariano, el legado del Comandante Chávez, El Plan de la Patria y la experiencia frente a esta guerra imperialista yanky, multiforme, multidimensional y difusa en medio del COVID 19.

El V Congreso del PSUV debe ser un evento esclarecedor y de apreciación de la realidad objetiva, donde debemos fortalecer el mando único con una dirección colectiva y democrática en todos los niveles de la Dirección Nacional, de las Direcciones Regionales y de las organizaciones de base, con el Presidente Maduro al frente para fortalecer el PSUV y la defensa integral de la Revolución Bolivariana.

Fernando Soto Rojas.

 

 

Bibliografía consultada

  • Mao Tse Tung, Obras Escogidas.
  • Hemmy Croes, En Movimiento Obrero Venezolano.
  • Theotonio Dos Santos, Del Terror a la Esperanza (Auge y decadencia del neoliberalismo).
  • Karl Marx, Antología.
  • Jesus Martínez, El partido, el programa y el Estado en la transición bolivariana.
  • Jorge Beinstein, Marx: Temas pendientes.
  • Alcaldía de Caracas, El pensamiento revolucionario de Jorge Rodríguez.
  • Mario Sanoja, La fragua del pueblo venezolano.
  • Vladimir Acosta, Salir de la Colonia.
  • Simón Bolívar, Discurso de Angostura.
  • Marx- Engels, El Manifiesto del Partido Comunista.
  • PSUV, Manual del Militante.

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