"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

¿Es Nicolás Maduro, el pretendido ingenuo e ignorante que algunos insinúan que es?

En relación al hecho de que hay un rezago de los salarios con respecto a los precios de bienes y servicios, es un asunto que nadie objeta. También sobre el  efecto nocivo y perverso que tiene la manipulación de nuestra moneda en el poder adquisitivo de los venezolanos, es algo en el que los distintos analistas, parecieran coincidir. En lo que es evidente que no hay coincidencia es en el cómo hacemos para superar el rezago aludido y adoptar una política que contrarreste de manera definitiva la manipulación de nuestra moneda y estabilice el ingreso de los asalariados. He ahí el meollo del problema.

Tratemos de analizar lo que se dice en contra, y lo que desde el gobierno se argumenta para adelantar ciertas medidas que han sido objeto de innumerables cuestionamientos por parte de algunos que dicen ser afectos del proceso bolivariano. La controversia, en lo fundamental, pareciera ser entre “los de casa”, sólo que el debate es “fuera de casa” y produce, en mi opinión, desconcierto, incertidumbre y, lo que es peor, escepticismo y desconfianza en no poca gente de este lado de la acera, vale decir “en los de la casa”, en momentos en que se precisa la mayor unidad y confianza. Se trata de enfrentar y derrotar al imperio más sanguinario y cuento que haya conocido la humanidad.

Hay cosas no totalmente ciertas que se afirman como “verdades” inapelables, por parte de unos y otras que enrarecen y le restan seriedad al debate. Esto ha sido así en el debate alrededor de la Ley Antibloqueo y, más recientemente, con la Ley Orgánica sobre las Zonas Especiales, y cada vez que se alude al tema económico.  Se dice y reitera que   los “errores” económicos del gobierno tienen su explicación a que quienes lo asesoran,  continúan apegados a una tesis “monetarista y neoliberal”. Sobre este “monetarismo”, en mi opinión, no terminan de explicar con claridad en qué consiste, y la mayoría del pueblo llano e incluso no tan llano, “quedan en las nebulosas”.

Suponen un Presidente Maduro, que a la par de “ingenuo”,  es un total ignorante en el asunto .económico, y por tanto fácilmente manejable por quienes fungen de asesores y ocupan los cargos de competencia en la materia.  Debemos decir que no la ha tenido fácil el Presidente Maduro, desde que le ha tocado conducir el barco de la república, luego de la desaparición física de nuestro amado comandante Chávez. Pero algunos hechos evidencian que en mucho se subestima la capacidad del Presidente y se le critica con absoluta predisposición y se prefiguran escenarios, en muchos casos, sólo sobre suposiciones que se dan por ciertas.

Observar lo que ha acontecido en el país desde que Maduro asumió las riendas del gobierno hasta hoy, nos permite afirmar que nada de “ingenuo e ignorante” tiene Nicolás, como afirman algunos. La ingenuidad y pretendida ignorancia, habría que buscarla en otra parte y no en nuestro Presidente. Quienes adversan a la Revolución Bolivariana desde adentro, manejados desde fuera por el poder imperial, pensaron que tenían el “mandado hecho” al no estar Chávez al frente de ella. Veamos someramente algo de lo acontecido.

Desde el mismo 2013 arreció el plan para derrocar a Maduro.  Desconocieron, entonces; los resultados electorales, y como siempre hablaron de fraude llamando a sus seguidores a “descargar su arrechera”.   En el 2014 iniciaron las guarimbas  violentas que no cesaron, incluso luego de obtener una victoria inobjetable en las  elecciones parlamentarias de diciembre de 2015. El control absoluto del Poder Legislativo y el grado de inestabilidad política que propiciaban en el país  les hacían pensar que la permanencia de  Nicolás Maduro en Miraflores tenía sus días contados.

Ramos Allup, al frente entonces del Poder Legislativo vaticinó que en 6 meses Maduro estaría fuera del gobierno. Resulta que han hecho de todo lo imaginable y no tan imaginable, con una agenda dictada   desde Washington, y no han logrado su objetivo. Lo que pretendían fácil no lo ha sido tanto. Nicolás no la ha tenido fácil, es cierto,  pero, además, se las ha puesto bien difícil.

El sorpresivo llamado a Constituyente el 1 de mayo de 2017 y su elección el 3 de julio del mismo año, fue una señal innegable, no la primera ni la última, de la habilidad política de  Nicolás Maduro. Algunos aspiraban que también  los problemas económicos fuesen resueltos o se avanzase en su solución.   No fue así, pero el haberle devuelto la tranquilidad y una paz relativa a los venezolanos, así como el neutralizar a una Asamblea Nacional al servicio de los planes golpistas diseñados desde el norte, son suficientes, en mi opinión, para valorar como  positivo el logro de la Constituyente.

Vistas las cosas hasta aquí, debe admitirse que Nicolás Maduro, ha sido exitoso en lo político, y en lo militar ha sabido sortear todas las asechanzas de golpes de estado, intentos de magnicidio y toda suerte de planes desestabilizadores. Ha conducido a la oposición,  por lo menos a una parte de ella al plano que se ha propuesto. A Guaidó lo ha puesto ante la mirada nacional e internacional, como lo que siempre ha sido: un auténtico pelele. La llamada “comunidad internacional” ha tenido que ir retrocediendo en su reconocimiento casi unánime del Presidente “interino”. Y en lo estrictamente económico, aunque sigue difícil la situación, la misma se ha atenuado y manejado con habilidad, apelando a los menguados recursos con que ha contado el país en los últimos años.

El estar hoy en la situación en que estamos en el plano político, no es obra de la casualidad, sino el resultado de una acertada conducción del Comandante en Jefe. Ha sido logrado con un actuar ponderado, pensado y sin precipitación alguna, con “nervios de acero”, como el mismo suele decir. Creo que aún cuando subsisten, en lo fundamental, los problemas económicos y la situación de los asariados es, sin dudas,  difícil, nadie puede negar que el gobierno no se ha quedado de manos cruzadas.  En mi opinión, salvo el fracaso de la reconversión y medidas de agosto de 2018, ese actuar ha sido coherente. . Si no se ha dado la implosión social que nuestros enemigos esperaban, y que otros, sin ser enemigos, vaticinaban, no es tampoco obra de la casualidad.

La flexibilización que ha adoptado el gobierno en la circulación de divisas ha contribuido a palear la situación de no pocos hogares humildes. Se demoniza una supuesta “dolarización”, que saben muy bien que no es tal, porque nuestra moneda, tal como lo establece la CRBV, continua siendo el Bolívar, con todo lo disminuido que sea hoy. Esa flexibilidad en la circulación, según me comentó un comerciante de padres sirios, le ha dado un “respiro” a la economía y él ha podido mejorar el salario de sus empleados que, en presencia de ellos, dijo que era el equivalente a 80 $ mensuales. En la zona que vivo, el salario de un jardinero de un condominio es de 40 a 60 $, y la de un vigilante de 50 a 80 $, pagada en bolívares al cambio del día. Esa es una realidad que puede palparse en la cotidianidad del pueblo humilde. No estamos diciendo que  esta sea la situación deseada, o que todos los de poco recursos estén en esa situación, pero si es necesario recalcar que lo del salario mínimo oficial no es el ingreso que le permite a una familia “vivir” en una situación que todos conocemos   y que el presidente no ignora.

Para que la situación sea distinta a lo que es hoy y podamos disfrutar nuevamente de salarios como los que tuvimos entre 2004 y 2013, cuando llegamos a tener un salario mínimo que era de los más altos de Latinoamérica, es necesario que los ingresos del país mejoren sustancialmente y la economía interna se recupere. Como siempre sucede, no es suficiente con los deseos para que las cosas sean distintas. Aunque suene odioso, no se puede distribuir lo que no se tiene. Cuando afirmamos que el gobierno ha sido coherente en su estrategia, es porque hay signos evidentes que es así.

Se ha venido mejorando los ingresos de los trabajadores petroleros, indexando beneficios como la alimentación y el transporte al Petro, porque una leve recuperación en la producción y ventas en nuestra industria petrolera ha permitido que eso sea posible. La producción se va acercando a los 700.000 b/d y las ventas superan ya los 600.000 b/d. Todo esto logrado con el esfuerzo, organización y mística de los Consejos Productivos de Trabajadoras y  Trabajadores (CPTT) y algunas estrategias “silenciosas” que hace el gobierno, para sortear el bloqueo a la venta de crudos. El presidente ha expresado que esto se irá haciendo extensivo al resto de los trabajadores en la medida que el ingreso de divisas aumente. Por lo pronto, las prestaciones de los trabajadores se ha ordenado que sean también indexadas al Petro y que las Contrataciones Colectivas en discusión y por discutirse tomen como referencia lo logrado en el sector de los trabajadores petroleros.

Siento un profundo respeto por la opinión ajena y por aquellos y aquellas que plantean una indexación de salarios en lo inmediato. También por quienes alertan sobre los peligros que encierran determinadas leyes, como la ley Antibloqueo y la Ley Orgánica de las Zonas Económicas Especiales. En mi opinión están equivocados, pese a que algunos como Luis Brito García, merece y goza del aprecio y respeto de quienes no pensamos igual.

Concluyo, por ahora, con una anécdota personal, me decía una hermana, palabras más, palabras menos, “he auxiliado en ciertas oportunidades a algunos de los míos, porque algunos ingresos me lo han permitido, sin esos ingresos eso no hubiera sido posible aunque hubiese querido”. Cada quien saca sus propias conclusiones.

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