"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

En búsqueda de nuestro rumbo histórico

“Enseñen y tendrán quien sepa.
Eduquen y tendrá
quien haga”

Simón Rodríguez

Algunas precisiones necesarias para entender la naturaleza, la sociedad, la historia, la filosofía, la política y la geopolítica  del siglo XXI

La naturaleza adquiere conciencia en sí misma, en la persona de la mujer o el hombre,  entramos en la historia como seres humanos, como humanidad en forma activa, pero somos finitos… no infinitos.

Finitos como la vida,  la humanidad,  las sociedades, el Sol, las galaxias, la combinación química.  Lo eterno es la materia, su  movimiento y transformación: la indestructibilidad del movimiento de la materia le da sentido a la filosofía y a la ciencia natural, y el marco teórico del materialismo dialéctico e histórico nos permite conocer la realidad objetiva, histórica, concreta.

Todo lo demás, es interpretación metafísica, que generalmente conduce al idealismo, a las religiones, a las creencias, a la ideología, sin embargo debemos decir que respetamos la diversidad cultural y espiritual de los pueblos.

Manuel Gutiérrez, define a la materia así:

“Es toda realidad objetiva que existe independientemente de nosotros y que es reflejada en nuestra conciencia a través de las sensaciones y percepciones. La conciencia es la cualidad más desarrollada de la materia, reflejo de la realidad objetiva. La conciencia puede influir sobre el mundo material y transformarlo, conociendo sus leyes objetivas”.

(Para Lenin, la conciencia dice: “es una función de ese fragmento especialmente complejo de la materia que es llamado cerebro humano”).

Manuel Gutiérrez, en un documento titulado “Material de exposición sobre el materialismo dialéctico” de octubre de 1990, señala que:

“La evolución del idealismo dialéctico hacia el materialismo dialéctico, lo expresa Federico Engels así: “Marx y yo fuimos seguramente casi los únicos que tratamos de salvar la decadencia del idealismo de la dialéctica consciente para atraerlos a la concepción materialista de la naturaleza. La naturaleza es la piedra de tope de la dialéctica y hay que decir que las ciencias naturales modernas, que nos han brindado materiales extraordinariamente copiosos y que aumentan cada día que pasa, que muestran con ello que la naturaleza se mueve, en últimas instancias por causes dialécticos y no carriles metafísicos … Para la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado, en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del devenir y el perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior, cuyo mero reflejo es el cerebro pensante, es esta misma filosofía”.

Por otra parte,  Alan Woods y Ted Grant en «Razón y Revolución» hacen un llamamiento a la juventud y a los trabajadores,  a  estudiar, analizar y apropiarnos del materialismo dialéctico: «la filosofía más moderna de todas, una filosofía que se corresponde perfectamente con las necesidades del siglo XXI … es la filosofía de la Revolución Socialista, la filosofía del futuro, que inscribe sobre su bandera las palabras proféticas del joven Marx: «los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, ahora de lo que se trata es de transformarlo». Razón y Revolución nos ubica en una visión global del mundo, su evolución y cambios, y en el tiempo del universo que se estima supera los 14 mil millones de años de existencia de las estrellas, sistemas planetarios y galaxias, analizado por  las teorías de Newton y Einstein, pasando por la microbiología, el átomo, el ADN, en fin acerca de qué es lo finito y lo infinito en la humanidad y la naturaleza: se trata de una serie de análisis alejados de todo misticismo.

El actual Secretario General del partido Comunista Chino y Presidente de la República Popular China , Xi Jinping, ha ratificado la vigencia del marxismo como doctrina para el análisis de las realidades y nos dice que “El marxismo es un sistema teórico-científico completo, creado por Carlos Marx y Federico Engels, que abarca la concepción científica del mundo, la doctrina del desarrollo social e histórico, la teoría sobre la revolución del proletariado, así como la teoría sobre la construcción del socialismo y del comunismo, y es la base teórica y el pensamiento guía para la clase obrera y sus partidos políticos. Surgió en la década del 40 de siglo XIX, producto de la agudización de las contradicciones del capitalismo y del desarrollo del movimiento obrero. Abarca tres componentes: la filosofía, o sea, el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, la economía política y el socialismo científico. De las postrimerías del siglo XIX hasta los albores del siglo XX, el capitalismo entró en la etapa del monopolio o la etapa del imperialismo, Vládimir Ilich Lenin, resumiendo las experiencias de la revolución proletaria y la construcción socialista en Rusia, desarrolló de modo creador el marxismo, llevándolo a una nueva etapa, la del leninismo. El Partido Comunista de China, desde el momento de su fundación, consignó solemnemente el marxismo-leninismo en su bandera y aplicó creadoramente los principios fundamentales de estos a la lucha revolucionaria China, a la práctica de la revolución socialista y de la reforma, enriqueciendo y desarrollando el marxismo-leninismo. Al adaptar al marxismo a las condiciones del propio país, el Partido Comunista de China, cosechó frutos teóricos: El pensamiento de Mao Zedong y el sistema teórico del socialismo con peculiaridades Chinas. Entre ambos conforman un sistema teórico científico que representa la continuación del marxismo-leninismo y avanza a la par del tiempo…

La teoría de Deng Xiaoping es un importante componente del sistema teórico del socialismo con peculiaridades Chinas y pensamiento guía del Partido Comunista de China. Esta teoría responde preliminariamente, por primera vez y de modo relativamente sistemático, a una serie de problemas básicos relativos a cómo construir, consolidar y desarrollar el socialismo en China, un país relativamente atrasado económica y culturalmente. Su creador principal fue, como su nombre lo indica, Deng Xiaoping.” (Véase, Xi Jinping (2014), La Gobernación y Administración de China .

Para el intelectual argentino, Nestor Kohan, “el marxismo es un método como diría Luckás, pero es mucho más que un método. Es una concepción social del mundo y de los sujetos, una teoría crítica de la sociedad capitalista y su crisis… una concepción materialista de la historia, una filosofía de la praxis, una teoría política de la revolución y una filosofía de la vida».

Volviendo a la historia,  Arnold Toynbee en  “Estudio de la Historia” señala que la humanidad tiene más de 300 mil años de existencia,  pero que solamente   se han estudiado  las civilizaciones de los últimos 5 ó 6 mil años, las llamada civilizaciones antiguas y modernas que abarcan menos del 3% del desarrollo histórico de la humanidad.

La Universidad de Trabajadores Jesús Rivero, y en particular el Profesor Jesús Martínez hablan de 3 largos períodos históricos de la humanidad: La construcción de la sociedad humana, caracterizada por  una relación armoniosa entre la naturaleza y los seres humanos, sin la presencia de la propiedad privada, clases sociales, estados y ejércitos de dominación: son las sociedades primitivas.

El segundo período,  las sociedades divididas en clases sociales, donde aparecen los modos de producción, esclavista, feudal y capitalista y  los imperios antiguos y modernos.

El tercer período, la recuperación humana, es decir,  la transición, del capitalismo al socialismo.

El capitalismo surge en los siglos XII y XIII de la era cristiana. Se consolida en los siglos XV y XVI, y en el siglo XIX aparece el imperialismo, que nos conduce en el siglo XX a la primera y segunda Guerra Mundial. En el actual siglo XXI, se agudiza su crisis estructural y su declinación histórica con el imperialismo yanqui.

Como  señala Francisco Cedeño  en  Red Angostura:

“La crisis actual del capitalismo, hasta ahora imparable, se expresa como un prolongado período de ralentización o de  crecimiento extremadamente débil de la economía mundo-capitalista (que incluye a las principales potencias capitalistas) combinado con efímeros momentos de recuperación económica: la causa fundamental de tan agudo y sostenido  agotamiento capitalismo consiste en la caída de la tasa de ganancia o del beneficio de la inversión de capital en  las últimas décadas, y sobre a partir de la crisis del 2008-2010.

Los amos del capital, topados con tal atolladero, han logrado impedir el desenlace de una gran depresión o la destrucción masiva de los ejes económicos fundamentales del capitalismo tardío,   mediante el saqueo de las finanzas públicas y de los bienes comunes, el crecimiento de la deuda global, el incremento de desigualdad social o de la brecha entre ricos y pobres; y masificando el trabajo precario y el desempleo.

En tal límite cero, las estrategias políticas y económicas del G-7, G-20 y del Foro Económico Mundial con la finalidad de relanzar el sistema mundo capitalista, han carecido de la capacidad y empuje para hacer efectivo tal objetivo. Una y otra vez, las políticas del capital se han evidenciado, desde la crisis capitalista de la década de 1970 sin la potencia de emplazar una tendencia de recuperación de la tasa de ganancia que asegure la resolución de la crisis estructural del capitalismo tal como lo conocemos.

Los actuales programas de “salvación económica” de la administración Biden y del Consejo de la Unión Europea, si bien expresan el alcance del control del Estado por las finanzas globales y las corporaciones transnacionales, hasta ahora, están imposibilitados  para avanzar otra  “época de oro” del capitalismo. Ese mega cortocircuito del capital que no puede pasar desapercibido por las fuerzas democráticas anti-neoliberales y anti-capitalistas”.

El mundo marcha en el siglo XXI hacia un mundo pluripolar y multiéntrico.

Volviendo a nuestros orígenes como pueblo, de lo que hoy llamamos Venezuela, en agosto de 1498 por las costas de Macuro, nos llegaron los barcos de Colón con la espada, la cruz, el idioma castellano y la doctrina del mercantilismo. Entonces, acontecen la invasión del imperio español,  los procesos de, conquista y colonización,  y se estableció un modo de producción  y de dominación, una especie de combinación  de esclavismo, feudalismo y capitalismo elemental, que asegura la extracción y apropiación de nuestras riquezas

Los antropólogos  Iraida Vargas y Mario Sanoja, en dos libros: “Arqueología, Ciencia y Sociología” y “La Fragua del Pueblo Bolivariano”, han demostrado la existencia de una población aborigen con una existencia de más de quince mil años, a la que caracterizan  de modo de producción cacical, sociedad  en la que predomina  la etnia Caribe, extendida hasta el Matto Grosso (Brasil) y por el Mar Caribe. La etnia Caribe  peleó, resistió y sobrevivió, durante más de 3 siglos,  al dominio del imperio español.

Traicionado Simón Bolívar por las oligarquías de Caracas y Bogotá, es implantada la IV República (1830-1998) del mantuanaje y la burguesía estéril, sistema antidemocrático y ajeno a los intereses de la Patria que  el pueblo venezolano y  el liderazgo del Comandante Chávez fracturan con el texto constitucional de 1999 y el desarrollo de la  Revolución Bolivariana: la Patria que hoy es nuestra, se reconoce soberana e independiente, multicultural y multiétnica y avanza erradicando la herencia maldita y odiosa,  los agravios tan combatidos por El Libertador.

Con el esfuerzo supremo de la Guerra de Independencia y la Guerra Federal en el siglo XIX, no fue posible construir la Patria Bolivariana y tampoco con los  movimientos comunistas, socialistas y nacionalistas del siglo XX:  parecía que se había consolidado  el sistema oligárquico  edificado, fundamentalmente, por la dictadura del gomecismo y el puntofijismo, es decir, mediante el modelo minero-petrolero yanqui con la cabronería de una burguesía apátrida y su proyecto liberal burgués, que  histórica y políticamente está agotado en la Venezuela del siglo XXI.

El Presidente Maduro, con su legitimidad constitucional, popular e histórica nos señala en su discurso del 2 de septiembre del 2014, titulado: “5 Revoluciones para avanzar hacia el socialismo”, en el escenario promisorio  de la Patria sometida a presiones y amenazas desde varios flancos. Y puntualiza las siguientes etapas:

De 1999 hasta 2009, caracterizada por los avances del proyecto constitucional de 1999, en medio del acoso de las fuerzas contrarrevolucionarias.

2004 y 2006, Chávez define  la Revolución Bolivariana como antiimperialista y socialista, y la construcción del Socialismo del Siglo XXI.

2009 y 2019, etapa signada por  el Plan de la Patria.

2019 y 2029, la etapa de avanzar las Cinco Grandes Revoluciones: la económica o productiva; la  de la educación o educativa; la revolución de las misiones socialistas, la política de transformación del Estado y la  del socialismo territorial.

La construcción de una sociedad eco-socialista enfrenta retos formidables en medio de una guerra económica que se manifiesta en la especulación, el acaparamiento, la proyección internacional de expectativas negativas sobre la economía nacional.

No hay que olvidar que estamos en una confrontación con el imperialismo yanqui y sus aliados europeos en el marco de una guerra de IV generación, que nuestra lucha ha sido y será prolongada, difícil, compleja y exigente, como pueblo, clase trabajadora y Nación venezolana.

Nuestro objetivo estratégico es conquistar, como diría El Libertador: “la soberanía del pueblo, única autoridad legítima de la Nación”… Hoy podemos  decir: padre Bolívar, abriste caminos de libertad para el mundo, consolidar tu obra es nuestro compromiso.

En la búsqueda de un rumbo para la Patria, el 15 de diciembre de 1970 y en el contexto de circunstancias difíciles, de división, desmoralización por la derrota de la lucha armada en la década del 60, y de oscilación del   movimiento revolucionario   entre el reformismo y el foquismo:

Un grupo de soñadores, siete hombres y una mujer, desde un punto de apoyo secreto, en Guachizón (estado Mérida), lanzamos un documento “A Todo el Pueblo Venezolano, a Todos los Revolucionarios Venezolanos”. En ese Manifiesto analizamos la coyuntura política y presentamos la consigna “Perseveraremos, no nos derrotarán, triunfaremos”.

Después de un trabajo intenso de debates con Jorge Rodríguez (padre) al frente y en medio de combates antiimperialistas, de agitación, propaganda y de organización,  el  proyecto Organización de Revolucionarios-Liga Socialista define la necesidad de fortalecer la conciencia del pueblo venezolano  acerca de  la necesidad de resistir organizadamente y de combatir por el socialismo,  “de levantar el socialismo como alternativa frente a la crisis; conquistar victorias en los combates populares y derrotar las ilusiones que levantaban los electoralistas; educar a las masas, a través de su propia experiencia, e ir construyendo sólidas organizaciones revolucionarias al calor de los distintos conflictos de clases y en el curso de una profunda lucha en el terreno de la teoría”.

Con toda precisión señalamos que en nuestro país no existía “un partido revolucionario del proletariado. La lucha por la formación del Partido revolucionario del Proletariado, constituye una tarea de inmenso valor estratégico”.  Declaramos por  tanto, que el combate por ese objetivo, era el eje de nuestro compromiso político. Esto significa, desde el punto de vista práctico, que la clase obrera es la columna vertebral de la construcción organizativa” (tomado del libro “El Pensamiento de Jorge Rodríguez”).

Con el huracán Bolivariano del 4F, despertado por el Comandante Chávez, y que ya se había manifestado en febrero de 1989 contra el paquetazo neoliberal de CAP, a nosotros, a la Liga Socialista, no nos fue difícil el encuentro político con Hugo Chávez y el Programa Bolivariano; y luego dimos el salto de integrarnos al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV): dada nuestra identificación con   los lineamientos programáticos, definidos en el Libro Rojo del PSUV, y en particular con el artículo 2 de sus Estatutos (título I, disposiciones fundamentales) que señala: “El propósito fundamental del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) es la construcción del socialismo Bolivariano, la lucha antiimperialista, anticapitalista  y la consolidación de la democracia Bolivariana, participativa y protagónica, mediante el reconocimiento y fortalecimiento del Poder Popular.

En su esencia antiimperialista, la Revolución Bolivariana tiene vocación internacionalista y por tanto, de unidad y alianza con los pueblos explotados del mundo y los movimientos populares y progresistas, a fin de acabar con el capitalismo.

El PSUV, como partido de masas y de cuadros, tiene la responsabilidad de formarse y educarse en la historia y las experiencias humanas para afrontar con criterios propios las tareas de creación e invención permanente del socialismo”.

Pregunto… ¿Este no es el sueño de Jorge Rodríguez (padre) y de los que aspiramos a ser militantes de las rojas auroras?

En Red Angostura, hemos definido, para este momento histórico, de asedio imperialista yanqui y de un COVID-19 letal, nuestro  un pueblo virtuoso, rebelde y chavista, que frente a las circunstancias extraordinarias de hoy, nuestra misión es:

CONSOLIDAR LA SOBERANÍA NACIONAL, LA DEFENSA DE LA PATRIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA VENEZUELA ECOSOCIALISTA Y POTENCIA ECONÓMICA.

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