Decir David Nieves, es decir también, quién dijo miedo, ¡carajo!

Escrito por Agustín Calzadilla

Así era, así se fue

Mi querido hermano David camarada  del alma que hoy se nos transforma y vuela alto, allá lejos en el infinito.

Se despide cubierto de honores y glorias de un pueblo a quien encarnó en su cuerpo y en su alma. Y ahí vuelan junto a él mis recuerdos y los mil amores que sentí por este hermano de la vida, de la lucha dura.

Un verdadero revolucionario.

Guerrero y honesto, leal a los principios como pocos. Lleno de talento y de valores humanos. Lleno de bondad y amor.

Hace dos días hablamos y cómo siempre, allí en el teléfono quedó grabada su sonrisa, su humor y su temple, burlando sus dolores.

Cumplió hasta el final de la vida con su condición de verdadero revolucionario.

Me embarga un dolor profundo como nunca en mi pecho.

Un abrazo fuerte a mi querida camarada Sara, y a toda su familia.

Un abrazo a los viejos camaradas de la ls/or.

Hasta siempre, mi queridísimo camarada David. Sigue tu vuelo hermano. La lucha sigue.

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