Por: David Gómez Rodríguez
Renacer como revolución implica retomar las luchas que resultan esenciales en nuestro camino al socialismo. Hoy, cuándo el presidente Nicolás Maduro nos llama a asumir una nueva etapa de transición al socialismo, tiene una importancia suprema reivindicar la corriente científica de nuestro proyecto emancipatorio, es decir, enarbolar la contribución de José Pío Tamayo Rodríguez en la Revolución Bolivariana.
Si nuestra lucha fuese un árbol, una de sus raíces ha sido Pío Tamayo, quizá esta raíz ha estado oculta en las entrañas de la tierra, pero siempre ha sido fuente de alimento para el desarrollo de nuestra revolución. Esto me hace recordar una pregunta que el Comandante Soto Rojas nos hacía hace 12 años al equipo de Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela en Lara ¿Por qué el precursor del socialismo, del marxismo y de las organizaciones de izquierda en Venezuela, ha permanecido en un espacio opaco en el territorio del olvido recurrente? Esa pregunta hizo que despertara en nosotros una necesidad de justicia histórica, desde entonces esa llamarada militante se ha manifestado en una demanda: llevar a José Pío Tamayo Rodríguez al Panteón Nacional.
Algunos de los que asumimos esta bandera hace 12 años hoy continuamos convencidos y militando en la «idealidad avanzada» del joven poeta y revolucionario que hizo temblar a parte del continente y a la oligarquía venezolana con su militancia. Wilmer Peraza, Luis Torres, Fransay Riera, Blanca Romero, Pedro Alastre, David Hernández, Gaspar Camacho, Jesús «Chucho» Díaz, Roraima Mujica, Carlos Roberto Gómez, Ramón Querales, Edery Rodríguez, Aracelis Morr, Mervin Rodríguez, Julio Chávez, José Miguel Méndez y los poetas del Colectivo Cultural «El Cuarto de los Duendes» guiados por el Comandante Soto Rojas, fuimos algunos de los que impulsamos aquellos primeros esfuerzos en pro de reivindicar a José Pío Tamayo y llevarlos al sitial que le corresponde junto al Padre de la Patria.
No podía pasar un año más sin despertar nuevamente esta gesta, por eso comenzamos nuevamente a convocar y agitar al pueblo que cree en el legado de Pío y al cumplir 87 años de la siembra del Floricultor de hazañas, hemos organizado una plenaria política con diversos sectores vinculados al Congreso de la Nueva Época en el estado Lara, ahí hicimos junto al Comandante Soto Rojas y la Ministra Greicys Barrios un sentido homenaje y celebramos el aniversario del Círculo de Formación Política impulsado por los trabajadores y trabajadoras del CIARA-MINPPAU, el cual lleva el nombre de Pío.
Fue un acto masivo, de mucha cualidad revolucionaria. Esto sirvió de preludio para que el Comandante y diputado Fernando Soto Rojas, llevara nuevamente a la Asamblea Nacional la propuesta que inmortalizará al precursor del socialismo venezolano como un héroe de la patria, proyecto que finalmente fue aprobado.
¡Aprobado! Los argumentos cruzan los tiempos
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José Pío Tamayo Rodríguez fue un intelectual orgánico que produjo desde el punto de vista literario una obra rica y profunda en la que podemos encontrar el ensayo político, la poesía, los artículos periodísticos y la novela. Toda su obra está cruzada por un profundo respeto por la belleza, el conocimiento y la clase trabajadora.
Es a través del Tonel de Diógenes que comienza a recibir y compartir la literatura más vanguardista de su época. Tanto la poesía como la filosofía forjaron su espíritu inquieto y ávido de conocimiento. Pero la teoría revolucionaria lo haría ir más allá de las páginas, impulsándolo a convertirse en un cuadro revolucionario ejemplar.
Ya hecho un marxista comienza una militancia que lo lleva a transformar la realidad que lo rodeaba. Es el Tocuyo el primer lugar que conoce de su fuerza movilizadora, generando políticas reivindicativas junto a los trabajadores y trabajadoras del campo. En ese ejercicio y siguiendo los consejos de su familia, que quiso resguardar su seguridad, comienza un viaje que lo llevará a Puerto Rico, donde se vinculó con los círculos patrióticos e independentistas que tenían como principal líder a Pedro Albizu Campos. En Puerto Rico continuó su labor como escritor y también como editor. Esto lo consideraba vital, pues lo vinculaba con la capacidad que tenían los países de estimular la democratización del conocimiento y educación. En este respecto Jóvito Villalba dijo “Era un hombre muy culto, un lector continuo de la mejor literatura. Él, por ejemplo, nos hizo conocer la literatura rusa. Conocía mucho el desarrollo de la revolución rusa. Y nosotros leíamos mucho juntos y él me enseñó cosas a mí. Leímos juntos la obra de Lenín. Él fue de gran utilidad para mí en cuanto a mi información intelectual”.
Asumiendo una visión internacionalista se va a Cuba, allí se convirtió en uno de los fundadores del primer Partido Comunista cubano, desde el cual movilizó a la clase obrera y al campesinado, acompañándolos en huelgas y asambleas, tal y como hizo en Panamá, México, EEUU y El Salvador. Es por esto que Rafael Ángel Array le advierte a Juan Vicente Gómez sobre el peligro que constituía que nuestro ilustre revolucionario se instalará en el país definitivamente, pues ya se había convertido » en un terrible agente del comunismo internacional». Era el miedo a la justicia social lo que se expresa en tal denuncia y una amenaza de persecución que lo acompañaría siempre.
José Pío Tamayo ciertamente vuelve a Venezuela y en medio de un intenso trabajo de organización y movilización es apresado. Algunos atestiguan que fue luego de la lectura del poema «Homenaje y demanda del indio», el cual es un canto a la libertad. Ese poema constituyó un manifiesto contra la dictadura y un llamado al levantamiento por parte de la juventud. Luego, en la cárcel, ese reclamo de libertad se convertiría en una escuela de formación político-ideológica llamada «La carpa roja», la cual dio base al Partido Comunista Venezolano y otras organizaciones políticas de importancia nacional. Fue toda una generación de notables la que José Pío Tamayo Rodríguez formó para desarrollar lo que él llamaba una «idealidad avanzada». En este orden de ideas Miguel Acosta Saignes declaró: “Se podría decir que el teórico del movimiento del 28 y el que sembró una orientación más justa en un gran número de individuos de la juventud que estuvo presa en el Castillo de Puerto Cabello, fue Pío Tamayo. Él fue quien le imprimió al movimiento el sentido colectivo de gran solidaridad. Y eso fue muy importante porque el pueblo respondió a él”.
José Pío Tamayo como Guía para nuestras luchas de hoy
Es por lo antes expuesto que el Comandante Soto Rojas asegura: “Es importante que la juventud venezolana y bolivariana conozca quién fue Pío Tamayo. Si la juventud venezolana no conoce ese liderazgo, difícilmente podrá dar el salto cualitativo necesario en torno al sueño de Angostura”. En tal sentido, la tarea ahora es ver a Pío Tamayo en el futuro, pues el verdadero Panteón Nacional es el amor y la conciencia del pueblo.
La consolidación de una juventud socialista formada, que haga la revolución en cada acción, es el homenaje que hará posible el renacimiento del que nos habla el presidente Nicolás Maduro. Los jóvenes que hoy asumimos las banderas del socialismo debemos impulsar el estudio de la vida y obra de José Pío Tamayo Rodríguez para incorporarlo como uno de nuestros referentes centrales a la hora de proyectar nuestra identidad y nuestra estirpe.
Las tareas que ahora tenemos son reivindicar y publicar las investigaciones de Ramón Querales, Yeo Cruz y Wilmer Peraza sobre la vida de Pío Tamayo, pues son fundamentales para entender con claridad su vida; movilizar a todos los sectores de la juventud y hacernos de Pío como un símbolo de unidad de los socialistas y las socialistas; desarrollar foros y actos culturales que enarbolen especialmente la poesía, de la cual él era un amante; levantar el nombre de Pío Tamayo en todos los espacios en los que la juventud vaya como vocera de la Revolución Bolivariana, es decir, hacerlo un símbolo de nuestro socialismo y parte de nuestra cultura como pueblo. ¡Que viva José Pío Tamayo Rodríguez y el socialismo!
FUENTE Red Radio Ve
7 octubre, 2022