Mercenarios aseguran: “el capitalismo de mercado parece estar haciendo bien su trabajo: ha sacado de la pobreza a muchos centenares de millones de habitantes en el mundo…” la difusión del Estado de Derecho y sobre todo la protección de los derechos de propiedad han fomentado todo un movimiento emprendedor a escala mundial. (Greenspan)
Este dogma nutrió las escuelas económicas y se les impuso a los países. Era “el fin de la historia” y la “no hay alternativa” de la Thatcher.
Chávez terco y conmovido por centurias de expoliación, pobreza y humillación del pueblo venezolano, insurge como anomalía salvaje, desafiando al Estado liberal y convence en un proceso constituyente a millones con la idea luminosa del Estado Democrático, Social, de Derecho y de Justicia.
Enfrenta la reestructuración neoliberal que pretende cortar todo proceso de autovaloración, cuestionando la concentración del ingreso que produce desigualdad social, la jerarquización vertical del poder, desbaratando la redistribución regresiva del ingreso como privilegio bastardo que un grupo minúsculo posee sin ninguna justificación productiva. Antes del 99 ese 2% se apropiaba del 113% del ingreso nacional, lo que el Estado producía más lo que se endeudaba para que ese sector parasitario se enriqueciera, después del 99 esa relación bajo a sólo un 40% del ingreso nacional en medio de ataques y saboteos.
El Estado social interventor, potencia la sociedad, no la socava sino que sabotea la ley del valor capitalista, asumiendo funciones de procura existencial y distribuyendo, actuando contra la desigualdad social, para que la igualdad jurídica y la libertad individual no se conviertan en expresiones vacías. Un Estado generador de autovaloración ciudadana con conciencia emancipatoria.
Atacan al Sistema República Bolivariana de Venezuela en su condición de terrateniente petrolero y minero, distribuidor de los ingresos nacionales, prestacional y productor de bienes, servicios y equidad social. El reto Constituyente debe blindarlo, incorporando disposiciones que garanticen frente a los vaivenes neoliberales y las condiciones políticas y económicas de cada época, derechos sociales plenos que permitan oportunidades y condiciones materiales a los venezolanos excluidos, garantice la dignidad, solidaridad, justicia social y el crecimiento real de los ciudadanos, evitando la reconstitución del dominio despótico neoliberal, hacia un Estado más revolucionario.