El título de este artículo significa la contradicción principal y fundamental de las dos primeras décadas del siglo XXI:
El antagonismo social y político, que dinamiza el combate por la emancipación del pueblo venezolano y la independencia de la patria.
Esta lucha es prolongada, y solo con la victoria ante el imperialismo nos serán dadas, la paz y la felicidad.
El 5 de julio de 1811 tomamos la decisión de ser libres de toda dominación extranjera y con la Revolución Bolivariana vamos avanzando en la construcción y la defensa de nuestra soberanía:
Libres de toda dominación y explotación; y ese horizonte es posible con base del Socialismo Bolivariano del siglo XXI y la capacidad de existir del chavismo.
En rumbo histórico, nos hemos apropiado del ideario bolivariano para asumirlo en correspondencia con el legado del Comandante Chávez y su programa de la Patria, proyecto histórico que avanza bajo la dirección constitucional, legítima e histórica, del Presidente Maduro.
Estamos en una guerra antiimperialista y no tenemos otra opción que la victoria total. Con base de la concepción de la guerra del pueblo y la unidad nacional cívico-militar; la política del diálogo y la diplomacia de la paz.
Nuestros análisis tácticos se centran en la valoración de la coyuntura política y en la evaluación de las formas de organización y lucha antiimperialista; en la implementación creativa de nuestras acciones políticas; y en la comunicación permanente de nuestras ideas y consignas políticas.
Y particularmente, en los balances políticos direccionados a reordenar y potenciar las fuerzas populares como a dotarnos de una consistente solidaridad mundial, y de un frente de aliados estratégicos
La defensa de la soberanía de nuestra nación, se fundamente en tres componentes
- Información, enseñanza y formación.
- Producción de bienes y servicios en el territorio nacional.
- La defensa militar popular.
La revolución bolivariana está dotada de fundamentos teóricos-políticos , de la ética y de la fuerza militar, claves y decisivos, para asegurar la victoria frente a la insolente la bota yankee; y lograr, como diría Bolívar el Libertador: “La Soberanía del pueblo, única autoridad legítima de la Nación».
La operación Escudo Bolivariano demuestra la fortaleza de la unidad cívico militar.