La estigmatización del gobierno de Daniel Ortega es la pieza clave de varios intentos de golpe de Estado que tienen su centro de operación en la Casa Blanca
La desarticulación de tales planes conspirativos por el gobierno sandinista implica la detención de aspirantes a candidatos presidenciales y de ex dirigentes sandinistas como Dora Téllez.
La derecha golpista (ex sandinista o no) y el poder mediático saben muy bien que la coyuntura electoral es inalterable e irreversible, están perfectamente informados (por sus encuestadoras) de que los sandinistas tienen el respaldo del 47% de las y de los votantes nicaragüenses que asegura la proyección de una victoria en las próximas elecciones presidenciales con una votación superior al 55%
Ese es el dato político que subyace en el desencadenamiento de la actual oleada golpista:
El gobierno de Daniel Ortega, hace pocos meses, había decretado una amnistía y la derecha golpista hizo caso omiso de esa medida y política de diálogo; optó una vez más por los planes golpistas y sanciones económicas y diplomáticas por parte de EEUU y la Unión Europea, contra Nicaragua
El centro financiero de esa conspiración suministro millones de dólares a las ONG antisandinista, por intermedio de la USAID y la NED, los ex sandinistas Sergio Ramírez, Dora Téllez y Gioconda Belli están al tanto de esa “movida” que tiene el nombre de traición a la Patria, el oprobio del malinchismo.
Mientras al sandinista eterno Daniel Ortega le corresponde el papel de instituir un nuevo escenario de paz, y de eso sabe bastante.