El conflicto ruso-ucraniano ha impulsado nuevas fuerzas en el mercado internacional. Así se señalaba en la columna de Entorno Global del 18 de marzo, pues no sólo se ha gestado a través de la Unión Económica Euroasiática, sino en el comercio internacional de uno de los productos más importantes, el petróleo.
El comercio de hidrocarburos, se ha desarrollado a partir de 1973 a través de la venta del petróleo con el dólar, el petrodólar, moneda de referencia instaurada posterior a la suspensión de la conversión de dólar-oro (gobierno de Nixon en EEUU, 1971) y marcada por la Guerra del Yom Kipur o crisis del petróleo con el cual, se marcó efectivamente el abandono del sistema de tipo de cambio fijo de Bretton Woods (patrón oro) en favor del actual del sistema de tipos de cambio flotantes (con el patrón dólar) .
En este contexto, los países árabes productores de petróleo (miembros de la OPEP) decretaron un embargo contra Occidente para presionar a EEUU y a sus aliados para que dejasen de apoyar a Israel en la guerra del Yom Kipur y que Israel devolviese a Siria y Egipto los territorios ocupados en 1967, el cual consistió en aumentar el precio del barril de petróleo en un 17%, se decretaron recortes en la producción y un embargo total a EEUU y los Países Bajos.
La subida del precio del petróleo provocó un aumento de la inflación y el desempleo en las economías de EEUU y Europa occidental, produjo un cambio en el paradigma energético, con apuestas por las energías renovables y por la energía nuclear para reducir la dependencia de las economías occidentales del petróleo y tensaron las relaciones por las diferencias respecto al conflicto israelí-palestino.
Ahora, en este contexto del conflicto ruso-ucraniano, la geopolítica al igual que en 1973, ha acelerado un conjunto de medidas de occidente contra Rusia, sanciones individuales, financieras, comerciales, “autosanciones” de países vinculados a la influencia de la UE y el embargo del petróleo, gas y carbón ruso.
Esta última acción, generó contramedidas que son importantes hacer seguimiento por el impacto en el mercado global:
- Decreto que establece el procedimiento para el pago del gas ruso en rublos por parte de los países «hostiles» a Rusia, acción que generará la apertura de cuentas en rublos.
Esta decisión impulsará un trabajo jurídico, de negociación y redacción de nuevos contratos para adaptarlos a las circunstancias de fuerza mayor que le impiden a Rusia hacer un cobro efectivo del gas que vende, se fortalecería el rublo en relación a las otras monedas y aumentará el flujo de bienes a Rusia, movimiento de bienes que permanecerá fuera del control de Occidente.
En este contexto, China lleva varios años aumentando su reserva de oro. En el año 2016, el Fondo Monetario Internacional aceptó el yuan como moneda de depósito internacional, han establecido contratos de petróleo con Rusia en yuanes (2017), en 2018 lanzaron la Bolsa Internacional de la Energía de Shanghai, donde los contratos de futuro del petróleo son denominados en yuanes (moneda del pueblo), los cuales estarán respaldados en oro.
China, compra más del 25% del petróleo que exporta Arabia Saudita por lo que, se ha reseñado de importantes conversaciones en la cual los saudíes se encuentran evaluando la posibilidad de incluir contratos de futuros en yuanes. Arabia Saudita fue el principal proveedor de crudo de China en 2021, con 1,76 millones de barriles diarios, seguido de Rusia con 1,6 millones de barriles diarios, según datos de la Administración General de Aduanas de China. Teniendo una vez más Arabia Saudita un rol estratégico, no solo en 1973 con el Acuerdo con EEUU para protección y seguridad, sino que hoy juega un rol determinante en el marco de la producción y estabilidad del mercado.
El experto en geopolítica del petróleo Jalife Rahme señala que el contramodelo que está surgiendo ante el desmantelamiento de la globalización es el de la regionalización, donde a los liderazgos occidentales se contraponen la alianza de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica, conocida como Brics, la Unión Euroasiática y el Grupo de Shanghai y que un ejemplo del desmantelamiento del modelo en el marco energético, es la demanda de Moscú de que se pague su gas en rublos, así como el desarrollo de nuevos mecanismos de pago rublo–rupias.
Los acontecimientos se mantienen en pleno desarrollo, el FMI ha alertado que las sanciones económicas contra Rusia amenazan con debilitar el dominio del dólar. El sistema financiero se basa en la confianza y el respaldo de la moneda. Las sanciones internacionales unilaterales han demostrado la fragilidad y vulnerabilidad de las naciones ante el patrón dólar y han visibilizado la necesidad de un cambio en el orden internacional.
Estamos en un momento de redefiniciones, las criptomonedas, las monedas digitales (el yuan digital), las finanzas son determinantes en este gran tablero mundial y si bien el cambio es progresivo, indudablemente hay un nuevo orden en desarrollo.