La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, recientemente realizó una visita provocadora a la región de Taiwan de China sin tener en cuenta la fuerte oposición de China y sus gestiones solemnes. La visita es una seria violación al principio de una sola China y a las disposiciones de los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos. Tiene un severo impacto sobre el cimiento político de las relaciones China-Estados Unidos, viola seriamente la soberanía y la integridad territorial de China, y socava gravemente la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwan.
Al visitar Taiwan, Pelosi cometió seis errores: renegar de los compromisos pasados, pisotear el Estado de derecho, socavar la paz, inmiscuirse en los asuntos internos de China, manipulación política y abuso de poder con fines egoístas. La visita enfrentará el juicio y el castigo de la historia.
Renegar de los compromisos pasados
La visita constituye una flagrante violación a los compromisos de Estados Unidos en los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos. En 1972, Estados Unidos asumió un claro compromiso en el Comunicado de Shanghai de que «Estados Unidos reconoce que todos los chinos de ambos lados del estrecho de Taiwan sostienen que sólo hay una China y que Taiwan forma parte de China. El Gobierno de Estados Unidos no desafía esa posición». En 1979, Estados Unidos claramente prometió en el Comunicado Conjunto China-Estados Unidos sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas que «Estados Unidos de América reconoce al Gobierno de la República Popular China como el único Gobierno legal de China. En este contexto, el pueblo de Estados Unidos mantendrá relaciones no oficiales culturales, comerciales y de otro tipo con el pueblo de Taiwan». En 1982, Estados Unidos claramente prometió en el Comunicado Conjunto de la República Popular China y Estados Unidos de América que «Estados Unidos de América reconoció al Gobierno de la República Popular China como el único Gobierno legal de China, y reconoció la posición china de que sólo hay una China y Taiwan forma parte de China», y que «el Gobierno de Estados Unidos… reitera que no tiene ninguna intención de infringir la soberanía y la integridad territorial de China, o de interferir en los asuntos internos de China, o de buscar una política de ‘dos Chinas’ o de ‘una China, un Taiwan’». Los tres comunicados conjuntos constituyen el cimiento político de las relaciones China-Estados Unidos.
En los últimos años, Estados Unidos, con su doble juego, ha seguido amañando y vaciando el principio de una sola China y desafiando la línea roja de China con tácticas de salami. El Congreso estadounidense sigue expresando una retórica tóxica con respecto a Taiwan y ha propuesto y adoptado muchas iniciativas negativas en relación con Taiwan. Esto ha socavado seriamente el cimiento político de las relaciones China-Estados Unidos.
Desde la toma de posesión de la administración Biden, en lugar de corregir los graves errores de la administración previa, ésta ha ido más allá al confabularse con los aliados de Estados Unidos para jugar la «carta de Taiwan», difundir la idea de que «el estatus de Taiwan es indeterminado» e intentar convertir la cuestión de Taiwan en un problema internacional, transmitiendo así una señal muy equivocada a las fuerzas separatistas que buscan la «independencia de Taiwan».
Sólo puede haber una sola política exterior de Estados Unidos como país. La Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, como parte del Gobierno de Estados Unidos, está obligada a cumplir estrictamente la política de una sola China del Gobierno de Estados Unidos y a no participar en ninguna interacción oficial con la región de Taiwan de China. Pelosi es la tercera figura política de más alto rango de Estados Unidos y la segunda en línea después de la vicepresidenta para suceder al presidente. Su visita a Taiwan, en cualquier forma y con cualquier pretexto, conlleva una alta sensibilidad política, y marca una importante provocación política que eleva las interacciones oficiales entre Estados Unidos y Taiwan, y constituye una violación al compromiso político de Estados Unidos.
Pisotear el Estado de derecho
La visita de Pelosi a Taiwan es una seria violación al principio de una sola China. Este principio es el consenso predominante de la comunidad internacional y una norma básica ampliamente aceptada en las relaciones internacionales.
En octubre de 1971, la 26° sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Resolución 2758, la cual decidió «restablecer todos los derechos de la República Popular China y reconocer a los representantes de su Gobierno como los únicos representantes legítimos de China ante Naciones Unidas, y expulsar inmediatamente a los representantes de Chiang Kai-shek del sitio que ilegalmente ocupaban en Naciones Unidas y en todas las organizaciones relacionadas con ella». Esta resolución no sólo resolvió de una vez por todas en términos políticos, legales y de procedimiento el asunto de la representación de la totalidad de China en Naciones Unidas, incluyendo a Taiwan, sino que también dejó en claro que no hay más que un sitio para China en Naciones Unidas, no dos, y que nunca ha habido un tema de «dos Chinas» o «una China, un Taiwan». El principio de una sola China ha sido parte integral del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. Hasta la fecha, 181 países de todo el mundo han establecido relaciones diplomáticas con la República Popular China sobre la base del principio de una sola China.
Pelosi argumenta que la visita no contradice la política estadounidense de larga data guiada por la Ley de Relaciones con Taiwan de 1979, los Comunicados Conjuntos China-Estados Unidos y las Seis Garantías, citando esto como excusa para la visita a Taiwan. De hecho, tanto la llamada Ley de Relaciones con Taiwan y las Seis Garantías para Taiwan fueron inventadas unilateralmente por algunas fuerzas de Estados Unidos. Esto, por naturaleza, es ubicar las leyes internas de Estados Unidos por encima del derecho internacional y las obligaciones internacionales, e ignorar e infringir el derecho internacional y las normas de las relaciones internacionales.
Socavar la paz
La causa de raíz de las tensiones actuales a través del estrecho de Taiwan es que las autoridades taiwanesas han seguido buscando apoyo de Estados Unidos para su agenda de independencia, mientras que algunos en Estados Unidos pretenden utilizar a Taiwan para contener a China. La visita de Pelosi a Taiwan es el más reciente ejemplo de la colusión de Estados Unidos con las fuerzas separatistas que buscan la «independencia de Taiwan» y de su apoyo para ellas. Socava gravemente la paz a través del estrecho de Taiwan y la estabilidad regional. Estados Unidos debe y tiene que asumir todas las responsabilidades por esto.
En los últimos días, muchos países han emitido declaraciones oficiales de condena a la visita de Pelosi a Taiwan, la cual condujo a una escalada de la situación en el estrecho de Taiwan, y constituye una deliberada provocación política y militar, así como un acto malicioso que socava la paz y la seguridad en la región. Estos países han expresado un firme apoyo a China para que tome todas las medidas necesarias en defensa de su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo. Muchas personas sensatas en Estados Unidos también se opusieron y criticaron la provocadora visita de Pelosi a Taiwan. Muchos declararon públicamente que la visita arrogante de Pelosi fue extremadamente peligrosa e irresponsable. Una encuesta realizada en la isla de Taiwan mostró que cerca de dos terceras partes de los encuestados consideran que esta visita ha socavado la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwan.
El principio de una sola China es el pilar de la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwan. La historia y la práctica han demostrado una y otra vez que cuando el principio de una sola China es apoyado plenamente y observado sinceramente, el estrecho de Taiwan permanece en calma y tranquilo y las dos partes a través del estrecho de Taiwan disfrutan de paz y desarrollo; pero cuando el principio de una sola China es desafiado deliberadamente o incluso saboteado, hay nubes oscuras o incluso intensas tormentas en el estrecho de Taiwan. La posición del Gobierno y el pueblo chinos sobre la cuestión de Taiwan ha sido consistente. Es el firme compromiso de más de 1.400 millones de chinos salvaguardar decididamente la soberanía del Estado y la integridad territorial.
Quienquiera que actúe contra la abrumadora tendencia histórica de paz y desarrollo se convertirá en una enorme desgracia en la historia.
Inmiscuirse en los asuntos internos de China
Durante la visita a Taiwan, Pelosi aprovechó varias ocasiones para lanzar indignantes calumnias contra China en asuntos como democracia, derechos humanos, Hong Kong, Tíbet, Xinjiang y religión, las cuales reflejaron su posición de mucho tiempo contra China.
Durante años, Pelosi ha estado utilizando la carta anti-China y el odio contra China para conseguir ganancias políticas y ha interferido gravemente en los asuntos internos de China. En 1991, Pelosi perturbó el orden público al vociferar en nombre del apoyo a la llamada «democracia» durante su visita a China. En 2008, Pelosi se esforzó por provocar problemas en relación con el Tíbet e instó al presidente George W. Bush a boicotear los Juegos Olímpicos de Verano de Beijing. En 2019, Pelosi se reunió en D. C. con fuerzas desestabilizadoras anti-China de Hong Kong y describió las manifestaciones violentas en Hong Kong como «un bello espectáculo para la vista» . En 2019, Pelosi se reunió con Rebiya Kadeer, una importante figura de los separatistas que buscan la «independencia de Xinjiang» . En 2021, utilizó el mismo viejo truco al defender un «boicot diplomático» de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing. Sobre la cuestión de Taiwan, la influencia de Pelosi seguramente está detrás de las llamadas iniciativas «amistosas con Taiwan» aprobadas por el Congreso de Estados Unidos en los últimos años.
Pelosi ha hecho caso omiso al sinfín de desafíos domésticos en Estados Unidos y ha mostrado poco interés en el bienestar del pueblo estadounidense. En su lugar, está obsesionada con repetir lo que en muchas ocasiones se ha demostrado que son las mentiras del siglo. Esto revela plenamente cuán lejos está dispuesta a ir sólo para perseguir su agenda anti-China. Bien puede elegir hacer un espectáculo de cualquier forma, pero al final lo que haga será en vano. En todo caso, esto sólo será recordado en la historia como una evidencia adicional de la grave intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de otros países.
Manipulación política
Pelosi afirmó que «hoy el mundo enfrenta la decisión entre democracia y autocracia» y que «la visita de nuestra delegación legislativa a Taiwan cumple el compromiso inquebrantable de Estados Unidos de apoyar la democracia vibrante de Taiwan» . Sin embargo, en realidad, lo que Pelosi ha hecho de ninguna manera tiene que ver con la defensa de la democracia, sino con infringir la soberanía de China, socavar la estabilidad de China y retrasar el desarrollo de China en nombre de la democracia. Es una absoluta manipulación política.
La democracia es un valor común de la humanidad. Es un derecho de las personas en todos los países, no una prerrogativa sólo de un puñado de países. Que un país sea democrático o no, sólo a su propio pueblo corresponde decidirlo. Esto no debería estar sometido a señalamientos de algunas personas del exterior. Pelosi y algunos otros políticos estadounidenses, autoproclamándose defensores de «la libertad, la democracia y los derechos humanos» , han definido a otros países como una democracia o de otra manera simplemente con base en su propio gusto y han lanzado la narrativa de «democracia versus autocracia» en la comunidad internacional. Su comportamiento es, en esencia, un anacronismo de la mentalidad de la Guerra Fría y de la mentalidad de suma cero. Se caracteriza por el uso de la ideología y los valores como una herramienta para crear bloques de confrontación e impulsar una agenda geopolítica con el propósito de proteger el poder institucional adquirido de Estados Unidos y otros países occidentales y de defender el occidentalismo y la supremacía blanca centrada en la cultura anglosajona.
Durante años, Estados Unidos ha utilizado la democracia como etiqueta, herramienta política y arma para impulsar la «transformación democrática» y orquestar «revoluciones de colores» , causando consecuencias desastrosas. Desde 2001, las guerras y operaciones militares que Estados Unidos ha librado con el pretexto de la democracia en Afganistán, Irak, Libia y Siria han cobrado decenas de miles de vidas y han dejado millones de heridos y decenas de millones de desplazados. Lo que Pelosi está haciendo ahora no es diferente. Es tan sólo otro ejemplo de la vil búsqueda de la hegemonía de Estados Unidos con el pretexto de la democracia, lo que será condenado enérgicamente y a lo que se opone la comunidad internacional.
Abuso del poder con fines egoístas
Como señalaron medios estadounidenses, con las próximas elecciones intermedias de Estados Unidos y un Partido Demócrata en declive, Pelosi busca ganar puntos políticos jugando la «carta de Taiwan» y dejar atrás el llamado legado político. Pero «los logros de Pelosi en Taiwan son en gran medida personales, simbólicos y de corto plazo» . Las tensiones en la seguridad regional así causadas, así como otras consecuencias serias, van a tener efectos a largo plazo y causarán un profundo daño a las relaciones China-Estados Unidos.
La congresista estadounidense Marjorie Taylor Greene censuró a Pelosi en Twitter y señaló que el viaje de Pelosi a Taiwan, al poner tanto en riesgo, es sólo para que su esposo Paul Pelosi se beneficie de su reciente inversión en la industria de los chips. «Los estadounidenses ya han tenido suficiente de una mujer obsesionada con su propio poder, ostentado durante décadas, mientras que TODO EL PAÍS SE DESMORONA» .
Las palabras de Greene no surgieron de la nada. Recientemente, Pelosi y su esposo han tenido repetidos escándalos y han quedado bajo un riguroso escepticismo. Varios informes de cobertura mediática en Estados Unidos han revelado que Paul Pelosi, quien se ha convertido en un renombrado personaje del mercado accionario estadounidense en los últimos años, siempre puede tomar la decisión de inversión correcta justo antes de la implementación de políticas del Gobierno. En 2020, el rendimiento de las inversiones de la pareja fue de 56 por ciento, en comparación con el 26 por ciento del legendario Warren Buffett durante el mismo período. Como resultado, el patrimonio neto de la familia Pelosi ahora supera los 100 millones de dólares. Antes de viajar a Taiwan, cuando se le preguntó en una conferencia de prensa si «su esposo alguna vez ha comprado o vendido acciones con base en información recibida de usted», Pelosi rápidamente lo negó y se apresuró en irse.
El imprudente drama de Pelosi con Taiwan es otra debacle de la política, diplomacia y credibilidad de Estados Unidos. Está condenado a ser repudiado por el mundo y a ser arrojado al bote de la basura de la historia.
Fuente:Xinhua