"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Civilización Artificial

“El camino del infierno está plagado de buenas intenciones, el del desarrollo, de malas…” sabiduría popular

Llama la atención la atracción y los temores que genera la inteligencia artificial  (IA), es decir, el “conjunto de instrucciones sistemáticas y previamente definidas que se utilizan para realizar una determinada tarea”. Muy pero muy distante de  la capacidad de percibir, intuir, comparar, asociar, razonar, crear… de nuestra  inteligencia natural.

Los seres vivos hemos convivido desde hace siglos con lo artificial entendida como “…lo hecho por el ser humano y no por la naturaleza” con el propósito  de buscar el maíz y el trigo , de dar la comida, de prestar abrigo…, en síntesis,  de garantizar la continuidad y disfrute de la vida.

También con lo artificial entendido como lo que  “no se ajusta a lo que ya hay en la naturaleza”. Creado por seres humanos auto percibidos como distintos y superiores   a la naturaleza con el propósito ya no de garantizar la vida sino de aprovechar al máximo  los recursos naturales y el trabajo vivo en función de la acumulación de la riqueza  y poder  de las élites dominantes.    Propósito  llevado  a su apogeo (y a su decadencia) por la civilización occidental y el capitalismo ctistiano, eurocéntrico, colonialista y autodestructivo, lamentablemente  mundializado.

Lo grave o temible no es la artificialidad en sí sino su intencionalidad y uso. Artificiales y/o artificiosos son los conceptos de libertad, democracia, desarrollo, igualdad…las divisiones y relaciones de clase, territoriales, políticas, raciales, culturales, religiosas… la propiedad privada, el mercado, los  sistemas monetarios y  financieros… la supremacía de unos… la neutralidad e inocuidad de  las ciencias y  la filosofía… la linealidad del devenir histórico, la universalidad de las ideas… la tecnología… los medios de difusión y sus contenidos… los productos sintéticos, las modas, los gustos… las cosmovisiones y los relatos  soporte de lo anterior.

Artificiales,   artificiosas y especialmente demagógicas   las campañas distractivas y evasivas montadas por entidades religiosas y laicas a través de medios oligopólicos orientadas a enfrentar  la pobreza, la violencia, la  drogadicción,  la trata de seres humanos y otros “males” sociales sin relacionarlos con  la  civilización que los  produce y   ni promover su transformación.   Igualmente,  las campañas asumidas por organizaciones como la ONU Mujer para la incorporación activa de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres  a esa misma  realidad civilizatoria,  responsable de   la Crisis Ambiental Planetaria que nos tiene al borde de la extinción.

La clave es tratar de entender y calibrar la artificialidad que nos invade y rodea para descolonizarnos y acabar con  el dominio y explotación de la  naturaleza  -incluida nuestra especie. Para propiciar alternativas de organización social  basadas en la igualdad, la equidad y la justicia, soportes de  la  Vida y de la  Paz.

También te puede interesar

Deja tus comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *