La política es la ciencia y el arte de gobernar para poder administrar eficientemente los recursos que van dirigidos al bien común, establecidos en un Proyecto de país previamente determinado. Y si la política obviamente la diseñan y la materializan los seres humanos, por más que se tengan los diferentes recursos, estos tienen que tener la voluntad de servir al prójimo, sin egos.
La política como simple ciencia materialmente que es, no sirve de nada sino tiene alma y espíritu. Así que, cada cosa que se hace tiene que tener además se su parte material, una esencia, hay que darle un espíritu a las grandes y pequeñas obras de infraestructuras, al Sistema de Misiones y Grandes Misiones sociales y educativas, absolutamente todo tiene que llegar a tener la capacidad de hablar por sí solo, rompiendo esa concepción real de que al ser naturalizadas ya pasan por desapercibidas.
El Comandante Chávez, por ejemplo conectó con el pueblo no solo porque la 4ta República se agotó de múltiples maneras. Él conectó porque tenía vocación de
servicio por el Pueblo; porque sabía que no era cuestión de llegar al poder por aparentar, sino para construir un Proyecto histórico con objetivos claros de qué es lo que necesitaba y quería el pueblo; no le importaba si cantaba mal o bien; no le importaba comer chicle de la mano de un niño que no conocía; no veía problemas en tomarse un café con un ser humano desechado por la sociedad capitalista.
El Comandante Chávez tenía esencia, era humilde, una persona natural y tenía voluntad de fuego para hacer las cosas, los complejos que podía tener, no importaban para él. Si estuviera vivo seguiría siendo un buen comunicador social, un excelente influencer, cada temática sería un “trending topic”, todo un creador de contenido que estaría viralizado en las redes sociales por la formas sencillas de comunicar la política y llegarle a la psiquis del Pueblo a pesar de la guerra multiforme.
Entonces, hay que inyectarle energía a las cosas que se hacen, todo tiene que tener un alma y un espíritu por más que se trate de una obra con cabilla y cemento o una pequeña acción social comunitaria. Hay unos influencers en diferentes países que con pocos recursos han generado obras o acciones de impacto social en localidades, a tal punto de ganarle electoralmente a los partidos políticos tradicionales, movimientos sociales y políticas establecidas por la misma ONU.
Superar las formas de comunicar la política es un desafío revolucionario en estos tiempos líquidos, es un reto argumentar, explicar y conectar con la masa, pero aquí está el principal problema del asunto. Más allá del marketing y de las redes sociales de la comunicación digital como simples herramientas tecnológicas, hay que recordar que estas no son un fin, son simples medios que sirven para hacer brillar la gestión política en estos tiempos y en las nuevas generaciones que interactúan socialmente con la multi generacionalidad dentro de un mundo donde agoniza la sociedad capitalista y nace un mundo multipolar.
Por lo tanto, es de carácter vinculante no seguir viendo al pueblo como una simple masa, sino en las múltiples formas que tiene la masa, hay que observarlas metafóricamente hablando como aquel muñequito de mil caras que se debe caracterizar permanentemente y conectar con ellas desde sus intereses, necesidades y emociones. La revolución no puede vivir embriagada con los viejos métodos que nos han hecho ganar electoralmente en el pasado.
Entonces, el mensaje político de lo que se quiere transmitir tiene que ser ya no para la masa amorfa, sino hablar a cada uno de los sectores o diversas capas de la cebolla social de forma breve, con el contenido puntual correspondiente, que cale, que penetre, que quede en el imaginario y que se viralice positivamente a través de todas las formas, y con la famosa radio bemba cuestionar los “fake news” de la derecha internacional y la tóxica campaña mediática del fascismo nacional que tanto daño le ha hecho al Pueblo de Venezuela al pedir sanciones internacionales que jodieron de cierta manera el modelo económico político de Chávez.
Además de las grandes políticas, es necesario realizar pequeñas acciones capaces de generar grandes impactos en los barrios y en los diferentes espacios que tiene el país en general, que sirva para reavivar el fuego en el chavismo, que ponga a pensar a las personas y que cause contradicciones en aquel pueblo opositor inocente, carente de afecto emocional y víctima de los enemigos de Venezuela.
No obstante, la revolución bolivariana es dialéctica, mantiene firme los principios, valores y la esencia de Bolívar y Chávez, capaz de conducirnos nuevamente al desarrollo económico nacional, rompiendo las cadenas culturales de carácter neocolonial que enajenan y que quieren fragmentar al Pueblo para que sea una presa fácil a quien quitarle los recursos naturales que necesita el imperio.
Para finalizar, la política no ha muerto como quieren hacer creer algunos
influencers, pero los políticos mueren metafóricamente todos los días cuando no mejoran las formas para comunicar efectiva y afectivamente las cosas de manera eficaz, cuando no corrigen sus errores políticos, cuando no se adaptan en el tiempo y cuando pierden su esencia natural al servicio del Pueblo.
MAYO, 2024