"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

A Dos Meses de Las Elecciones en EE.UU.

Por Silvina Romano y Aníbal García Fernández

El 10 de septiembre se llevó a cabo el primer -y parece ser que será el único- debate entre Donald Trump y Kamala Harrris, candidatos republicano y demócrata, respectivamente, a las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre.

El 10 de septiembre se llevó a cabo el primer -y parece ser que será el único- debate entre Donald Trump y Kamala Harrris, candidatos republicano y demócrata, respectivamente, a las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre.

Hay un consenso entre los analistas sobre el buen desempeño en el debate de Kamala Harris, frente a un Trump que se ciñó a su estrategia de esparcir bulos y criminalizar la inmigración. No obstante, el discurso del republicano sigue siendo extremadamente eficaz para movilizar a sus bases.

Trump señaló al final del enfrentamiento que no participará en ningún otro debate, un síntoma de que este no le fue especialmente propicio.

La campaña se encuentra en este momento muy focalizada en los llamados estados bisagra, aquellos que están en disputa y que probablemente serán clave a la hora de definir al vencedor. Pensilvania, con veinte compromisarios del cuerpo electoral, es el más importante de ese grupo de estados.

En los últimos días dos noticias han sacudido la campaña. El 15 de septiembre se perpetró otro atentado contra Donald Trump. Por otra parte, el republicano afirmó “odiar” a Taylor Swift, una cantante con 500 millones de seguidores en redes sociales y una ascendencia enorme sobre sectores más jóvenes de la población. Es incierto el impacto que tanto el debate como estos nuevos hechos podrían tener en los índices de aprobación de ambos candidatos.

Aprobación de los candidatos

Tras la renuncia de Joe Biden la candidatura de Harris se situó pronto ligeramente por encima de la de Trump. Desde ese momento ambas candidaturas se han mantenido estables con ligeras oscilaciones. Es preciso recordar que el sistema de Estados Unidos es por votos asignados a cada colegio electoral, no por el total de votos de los electores. Así, es posible que un candidato tenga menos votos en el conjunto de electores, pero más en votos del colegio electorales y gane así las elecciones, como le sucedió al propio Donald Trump en 2016 frente a Hillary Clinton. El debate permitió a Kamala Harris capitalizar su triunfo con un breve repunte. No obstante, habrá que ver cómo responden los votantes, tras el segundo atentado en contra el candidato republicano y sus últimas declaraciones.

La importancia del voto latino

Según datos de la consultora AS/COA, hay más de 36 millones de latinos habilitados para participar en esta votación, representando el 15% del censo electoral.

El electorado latino ha crecido un 153% desde las elecciones de 2000. Su voto puede decidir la elección legislativa y los votos del colegio electoral presidencial en varios estados, como California, Florida y Texas, así como en estados bisagra como Arizona y Nevada.

Según datos recopilados por la mencionada consultora, los latinos se inclinan a votar por Kamala Harris. La encuestadora YouGov concreta este apoyo en un 55%, BSP Research un 59% y New York Times/Siena, 51%.  Las preferencias de los latinos por Trump según estas encuestas serían: YouGov da un 38%, BSP Research un 31% y New York Times/Siena, 42%.

Según YouGov, por género, las mujeres latinas prefieren masivamente votar por Kamala (59%) frente a un 33% por Trump. En cambio, los hombres se ubican en un 50% por Kamala y 44% por Trump.

Por edades, las preferencias se ubican favorables a Kamala Harris en todos los rangos de edad. El rango más alto es entre los adultos de 30-44 años (59%), seguido de los jóvenes latinos de entre 18 a 29 años (58%). El grupo menos hostil a Trump está en los mayores de 65 años con 46%.

Por origen de la población, Kamala tiene resultados especialmente exitosos entre los latinos originarios de México y Puerto Rico, con 58% en ambos casos. El rango menos negativo para Trump se encuentra entre la colonia cubana, en la que logra seducir a un 46%.

Política exterior

Desde el Council On Foreign Relations alertan que el aislacionismo de Trump en clave de unilateralismo pone en riesgo no solo el liderazgo de EE.UU., sino la institucionalidad internacional de posguerra. No obstante, admiten que puede ser conveniente en ciertos escenarios. Rescatan la postura de los republicanos sobre Ucrania y afirmaciones como la de su candidato a vicepresidente, J.D. Vance: “La Administración Biden no tiene un plan viable para que los ucranianos ganen esta guerra (…). Cuanto antes enfrenten esta verdad los estadounidenses, antes podremos arreglar este desastre y negociar la paz”. Hasta ahora, el planteamiento de los demócratas es mantener el apoyo a Ucrania, pero no parece estar en el horizonte un triunfo definitivo frente a Rusia.

Con respecto a Oriente Medio, Trump es abiertamente pro-israelí y aboga por apoyar abiertamente a Netanyahu, una posición más explícita que la de los demócratas que mantienen ante la opinión pública -aunque no en los hechos- un apoyo crítico. En el debate, Kamala se mostró contradictoria con sus posturas previas de oposición a la masacre en Gaza, remarcando que la seguridad de Israel sigue siendo lo más importante (o más importante que los aspectos humanitarios).

Trump critica la “peligrosa idea de instalar democracias occidentales en países que no tienen experiencia ni interés en convertirse en una democracia occidental” Los demócratas, formalmente sostienen como objetivo exportar la democracia liberal al mundo entero.

Un contrapunto importante es el modo en que el “aislacionismo Trump” se traduce en política migratoria (tema que afecta especialmente a América Latina y el Caribe). Los republicanos apuntan a soluciones duras, como las deportaciones masivas.

Cabe señalar que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, anunció el 16 de septiembre su intención de modificar la constitución para instalar bases extranjeras en el país, algo expresamente prohibido en la Carta Magna. Las Islas Galápagos sería uno de los espacios privilegiados para la “contención” de China y el establecimiento de un perímetro de seguridad en el Pacifico.

No hay diferencias sustanciales en las políticas de defensa y asuntos militares de ambos. Los dos priorizan el pago de tropas, el fortalecimiento de la base industrial de defensa y la modernización de la disuasión nuclear. EE.UU. se sigue proyectando como potencia industrial militar. La diferencia estará en el modo en que se tomen las decisiones: de acuerdo a una estética espectacularizada por parte de Trump y más contenida, aunque con una fuerte doble moral, en el caso de los demócratas.

FUENTE CELAG

22 septiembre, 2024

También te puede interesar

Deja tus comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *