La Brigada Carlos Wilfredo García-José Aquino Carpio (PSUV) socializa un nuevo documento, cuyos ejes primordiales son el combate por la soberanía de la nación, la autodeterminación del pueblo venezolano y la Venezuela socialista y potencia económica, y el propósito ineludible de contribuir a la estructuración de la fuerza política y social que asegure el logro de los objetivos históricos definidos por Hugo Chávez en el Libro Azul y en el Plan de la Patria. Asumimos nuestros planteamientos en correspondencia con la lealtad a la unidad del chavismo y al gobierno del presidente Nicolás Maduro; comprometidos con las organizaciones del poder popular; y al margen de visiones cortoplacistas como pragmáticas: las propuestas políticas y económicas presentadas por Fernando Soto Rojas, en su discurso con motivo de los dos años de la Asamblea Nacional Constituyente, tienen ese sentido y espíritu de lucha.
Notas introductorias
La contrarrevolución del capital transnacional y financiarizado de los ochenta, del siglo XX, significa mucho más que un retorno al capitalismo salvaje; estamos topados con “una oligarquía de multimillonarios” que disuelve, con base de un poderío antidemocrático, un lenguaje neofascista y un dispositivo de dominación explosiva (a punta de apretar las tuercas políticas-ideológicas, económicas-financieras y militares-represivas) la soberanía de los Estados nación, la posibilidad real de vivir juntos, y las condiciones de vida del planeta Tierra. Al respecto de este límite, la nueva directora del FMI enfatiza, en su discurso de toma posesión (07/10/2019), que las expectativas son de rigurosa incertidumbre: “En 2019, esperamos un crecimiento un lento en casi el 90% del mundo… su tasa más baja desde el comienzo de la década” (08/10/2019). Con relación de esta apreciación, puntualizamos que si el salvajismo capitalista del siglo XIX es la condición de la expansión de la “era del capital”, la barbarie actual es la frontera de la supervivencia del capitalismo.
El ciclo neoliberal, y la oleada de gobiernos de presidentes empresarios en América Latina, desde 2013-2015, son apreciados en determinados ambientes políticos e intelectuales (de derecha, y de izquierda también) como si el neoliberalismo hubiese “recobrado el terreno que había perdido durante el ciclo de los gobiernos progresistas, democráticos”: la conformación y actuación del Grupo de Lima y de la OEA, y el consiguiente cerco continental contra Venezuela, parecían confirmar que se trataba de una reconversión derechista consistente. Empero, era y es un exabrupto descartar que el ciclo y la oleada restauradora contiene el virus de su fin, que es de patas uñas cortas; las políticas económicas ortodoxas y monetaristas son lo que ya sabemos
- Precarización de las relaciones de los trabajos.
- Desigualdad social y desempleo creciente.
- Agudización de las contradicciones entre los pobres y los ricos; entre el capital y el trabajo.
- Gobernabilidad autoritaria y represiva.
- Terrorismo económico contra los pueblos.
- Dominio de redes de corrupción, narcóticas y criminales.
Los gobiernos de la alianza continental neoliberal-conservadora (y sus veranillos guerreristas) son consustanciales de situaciones sociales frágiles, de imposibles equilibrios económicos y de escenarios políticos irresolubles con base de fugas explosivas al estilo del jodido Macri y del ahora presidente de Guayaquil. La curva descendente de los presidentes empresarios es simplemente el síntoma de una tendencia estructural que imposibilita la reconversión neoliberal de Latinoamérica: los pueblos latinoamericanos sumisos y adocenados, no son otra cosa que fantasía de derechas y de izquierdas cínicas o resignadas.
La rebelión popular del Ecuador y la figura del Macri que ya se fue perfilan dos corrientes continentales desencontradas: la pendiente del fin de un corto periodo neoliberal y el relanzamiento del poder constituyente. Ante tal bifurcación, es indispensable asumir que el pensamiento de las derechas se torna extremadamente fundamentalista, desafiliado de la realidad continental y absolutamente desencontrado con la idea de nación; el Iván Duque que atribuye la independencia de Colombia a EEUU; el Macri de “Querido Rey me imagino la angustia que deben haber sentido los próceres al independizarse”; el libro “La otra cara de bolívar: la guerra contra España” (y habría que agregar los tuits empericaos de Inés Quintero como de Elías Pino recomendando “no citar a Bolívar en estos tiempos”), son indicadores de una política conservadora y neofascista que reivindica el estatus colonial de América Latina y la naturaleza de clase de una oligarquía integralmente colonizada. Puntualizamos que ya está prefigurada una disyuntiva continental:
Un combate crucial entre las fuerzas regionales neoliberales y el campo político anti neoliberal (que incluye fuerzas y gobiernos socialistas o revolucionarios).
Tal escenario implica que la carta de navegación de las fuerzas continentales democráticas, revolucionarias y del poder de los pueblos latinoamericanos y caribeños, enfatice las estrategias que efectivamente consoliden la implosión de las clases privilegiadas subordinadas al partido mundial de las políticas económicas ortodoxas (monetaristas y neo-keynesianas) hegemonizado por EEUU.
En el barranco continental del corto ciclo neoliberal se entrecruzan cinco elementos, imposible borrar de la pizarra:
- La crisis de la economía mundo capitalista.
- El tránsito geopolítico hacia un mundo multipolar, sin centro hegemónico.
- La emergencia de nuevos antagonismos sociales y consolidación de las contradicciones clásicas del capitalismo.
- La gran rebelión anti neoliberal y la unidad continental de los pueblos latinoamericanos.
- La reestructuración del proyecto anti-neoliberal, el relanzamiento de la unidad latinoamericana, y el posicionamiento de las alternativas socialistas.
Tendencia latinoamericana que define el fin del veranillo neoliberal.
Ciertamente “no todo lo que se mueve es rojo”, y esta apreciación, que damos por “verdaíta”, no da lugar a deducir que “no veo nada rojo” en los combates de los pueblos y que es imposible “tomar pronto el poder”. De las rebeliones y revueltas populares a escala mundo (excluimos, claro está, los casos emparentados con “las revoluciones de colores”; y enfatizamos positivamente las de los “indignados”, “Occupy Wall Street” y los “Chalecos amarillos”), habría de destacarse que las luchas anti-neoliberales de los pueblos latinoamericanos son inaugurales o fundacionales y tienen el alcance de gobiernos democráticos, progresistas y revolucionarios.
El proceso político continental que transparentemente dibuja los límites del neoliberalismo y el fin “del ciclo corto neoliberal” define una determinada identidad de la Patria Grande, la capacidad de ciertas correlaciones de fuerzas y la potencialidad tanto de los gobiernos democráticos, progresistas y revolucionarios como del movimiento popular latinoamericano: y las marchas y contramarchas de esa fuerza emancipada son la huella de un conflicto que viene de lejos. Entonces, para que la desarticulación de todo desvarío neoliberal sea radical, es menester:
La superación de las innegables fallas, insuficiencias y limitaciones de los gobiernos no neoliberales.
La unidad continental, en términos programáticos y de la especificidad de los proyectos de cada nación: colocando en la mesa de las relaciones interestatales regionales, la soberanía de las naciones y la autodeterminación de los pueblos. El nuevo momento anti-neoliberal, debiese comprenderse y asumirse, para erradicar, con creces, las limitaciones, los prejuicios y resistencias de las últimas dos décadas. Nuestra idea clave en el análisis del presente momento político, consiste en asumir, sin visiones de corto plazo, que en el último tercio del 2019, se decide la aceleración de la implosión del actual ciclo neoliberal; para tal finalidad son claves las estrategias que determinen:
- La profundización de la resistencia a las políticas neoliberales; la consolidación de un campo de fuerzas regionales que defina el quiebre del neoliberalismo y de la hegemonía oligárquica; la ampliación del campo de fuerzas populares latinoamericanas y de la lucha por el socialismo.
- La reestructuración de los acuerdos regionales (Chávez por delante), para relanzar la autonomía, el perfil propio y el peso específico en la geopolítica mundial de Latinoamérica: la reconstitución de UNASUR y de la CLAE, la toma suramericana de MERCOSUR y el relanzamiento del Banco del Sur.
- Y la construcción de nuevos espacios de relaciones interestatales (continentales y extra continentales) con base de los principios de autodeterminación de los pueblos y de soberanía de la nación.
Acerca de las mejores estrategias del chavismo. Este es el asunto espinoso que no admite lugares comunes ni apelación a la fraseología revolucionaria.
Las ideas y propuestas de la Brigada Carlos Wilfredo García-José Aquino Carpio están fundamentadas en una política de la Soberanía de la nación y de la transformación socialista; en un mapeo de la crisis del capitalismo y del tránsito geopolítico como de la geopolítica latinoamericana; y en el desempeño de la revolución bolivariana. En tan compleja situación y dado el cúmulo de contradicciones o antagonismo que gravitan en torno de la misma estamos persuadidos de que el proceso de organización y movilización del pueblo venezolano, la unidad de las fuerzas chavistas, y la vigencia del gobierno del presidente Nicolás Maduro, aseguran la defensa integral de la la resolución de una serie de asuntos espinosos (políticos, económicos y militares), entre los cuales consideramos relevantes los que siguen:
- La desarticulación, tendencial del cerco económico-financiero-comercial y del proceso inflacionario.
Para tal finalidad, consideramos que la paridad cambiaria vigente entre la modalidad de cambio oficial y el tipo tóxico, no apalanca, positivamente, el combate del gobierno del Presidente contra el bloqueo y la dolarización de la economía venezolana. En ese sentido, avanzamos la recomendación de respaldar o fijar el precio con base al oro, específicamente monetizando las reservas de oro del Banco Central de Venezuela. Así como una Ley del uso de las divisas que asegure el control de las mismas, su inversión y gasto.
- Sistema Económico Comunal.
Para las fuerzas chavistas, no está en discusión la urgencia de construir un poderoso Sistema Económico Comunal ni el principio “El pueblo salva al pueblo”.
En ese anclaje chavista, es crucial un “Presupuesto de Excepción para financiar las Iniciativas Socio-Productivas del Pueblo”, que sea competencia del Estado venezolano Esto es, una forma de financiamiento de la economía comunal y de los trabajadores que no sea regulada por las normativas y filtros de la banca privada y pública.
- La ética de la nación.
Es primordial una Comisión Ética de la Nación (elegida por votación popular y con base de los principios constitucionales vigentes) que sea dotada de los poderes que aseguren la efectiva penalización de la corrupción, los crímenes económicos y de odio, y del terrorismo económico.
- La Democracia Participativa, Protagónica y Decisoria.
“Es crucial el redimensionamiento del sistema de democracia participativa y protagónica, para avanzar hacia un sistema democrático que sea decisoria, en tanto fundamento primordial de la sociedad venezolana, del Estado comunal y la democratización de los aparatos del Estado: es perentoria una relación política coherente entre la toma de decisiones del pueblo y el ejercicio del poder estatal, de acuerdo con la lógica chavista de “Mandar obedeciendo”.
Diálogos y acuerdos políticos
La oposición interna experimenta el rigor y el peso de su menguada hora; después de todo, en su conjunto, acusa el espueleo del quiebre de la política “Ahora o nunca”, “Todo está permitido” y “de Fuerza es fuerza”, y ha concluido en la inmovilización y fragmentación de su base social; en los coletazos de la NADA Guaido; y en una factor que dialoga y asume acuerdos, aunque habría de decirse que los alcances democráticos de ese campo político están en proceso de definición.
La instrumentalización de la guerra multidimensional, tiene sus puntos de inflexión, en el 2019, en los diálogos de Santo Domingo y de Noruega; en el fracaso de un plan de invasión con camuflaje de ayuda humanitaria, en la fallida conspiración del 30 de abril y en los límites infranqueables de la OEA y del Grupo de Lima. En tal campo de tensión interno y continental, la vocación y talante democrático de las fuerzas chavistas, son emplazados “in extremis”. Al margen de que las acciones neofascistas y la injerencia de EEUU dejan una marca cultural inédita, traumática y perversa en nuestra sociedad, efectivamente es cierto que “Los nazis avanzan cuando la solidaridad social se resquebraja” y la política democrática desaparece: en tales eventos extremos, el presidente Nicolás Maduro y el chavismo han reafirmado que “No puede haber formas de acción política que no determinen una manera de reinventarse y recrearse donde está permanentemente amenazada de extinción”.
José Vicente Rangel respecto del diálogo, que “…he sido comprensivo con ciertas actitudes del pasado. Salvo en circunstancias muy especiales, he tratado de olvidar hechos bochornosos, en los que participaron dirigentes políticos con relevancia en el presente. No para olvidar o echar un manto de silencio sobre la felonía que incurrieron, pero si para facilitar la recomposición de la relación personal y social, indispensable para la creación de un clima menos tenso, fluido que permita coincidir si es necesario o discrepar, pero en forma civilizada.” Tal posición, normada por la Carta Constitucional, tiene el sentido de instituir una mayoría democrática, y significa el contrapelo democrático del chavismo al neofascismo. En esa perspectiva de relaciones democráticas y del compromiso con la política de diálogo que avanza el presidente Nicolás Maduro, presentamos las siguientes consideraciones:
- La ausencia de una oposición democrática no implicaba y no implica, para las fuerzas chavistas, la negación del agenciamiento democrático del conflicto político. Eso se llama: coherencia y consistencia y política.
- Es de suyo, que el diálogo con un factor de la oposición y los acuerdos políticos correspondientes fracturan el campo opositor (reiteramos que están por definirse los alcances reales de tal quiebre) y por tanto debilitan la hegemonía neofascista del mismo,
- La naturaleza democrática del pueblo venezolano y la política de diálogo del presidente Nicolás Maduro constituyen un consistente muro de contención a los extravíos de la intervención por las fuerzas militares imperialistas y del escenario de la guerra civil.
- El diálogo y los acuerdos políticos implican el ejercicio irrenunciable de los principios constitucionales de autoridad y justicia.
- Los períodos de restauración conservadora (las contra revoluciones, los termidor, los fascismos, y los veranillos neoliberales) son una consecuencia directa de una capacidad transformadora y popular, que las fuerzas de cambio radical no organizaron vi movilizaron con la potencialidad de desencadenar y posicionar alternativas democráticas y socialistas.
- La guerra multidimensional y el cerco económico-financiero-comercial de EEUU, exigen de reafirmar la dirección estratégica de la relación compleja entre la política chavista y el guerrerismo imperialista.
Colapso de los sistemas de precios
Las crecientes oleadas inflacionarias colapsaron los sistemas de precios justos y de precios acordados, en una dimensión tal que se perdió todo sentido de lo que es barato o es caro o de una dispersión desquiciante de los precios y de la reducción del consumo. Ante esta incertidumbre, el presidente Nicolás Maduro asume tres medidas que exigen de un exigente dinamismo por los organismos del Estado, y de una absoluta corresponsabilidad política de las fuerzas chavistas y las organizaciones de base del poder popular, para implementar y ejecutar tan cruciales iniciativas políticas: es menester concretarlas en planes de acción y hechos reales. En palabras del presidente “No puede ser que los precios se disparen por falta de gobierno, por guerra económica…” Entonces, sin dilación alguna y con coherencia, es urgente:
- La erradicación de las notorias deficiencias del sistema de apoyo financiero a las iniciativas socio-productivas del pueblo.
El diagnóstico del presidente es extremadamente claro: “No están funcionando los sistemas de financiamiento bancario a los consejos comunales… ¡No sirven! Podemos hacer muchísimo más para poner todos los recursos del Estado en manos de los Consejos Comunales”.
Además de revisar la normativa jurídica vigente y de aplicar principios constitucionales de autoridad, se impone erradicar las concepciones y estilos de trabajo que mediatizan la acción transformadora del Estado y el desempeño revolucionario de los Consejos Comunales, las Comunas y las organizaciones de los trabajadores. Sin una derrota de la conspiración burocrática y clientelar no habrá cambio radical de la política de financiamiento al Sistema Económico Comunal.
- Los efectos del proceso hiperinflacionario, la ineficacia del sistema estatal con competencia en la fijación de precios (precios justos y acordados) y el control de la especulación, y la creciente dolarización, de facto, de la economía, requieren, además de la vigencia de un determinado sistema de precios, que se materialice la autoridad del Estado, de las organizaciones comunales y de los trabajadores.
Depresión de la economía mundo capitalista. ¿Cuál es la verdad espinosa de tan crucial tope?
Las recientes reuniones del G7 y de los presidentes de los Bancos Centrales, y el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ratifican “el débil crecimiento económico” o la ralentización de la economía mundo capitalista; las expectativas hacia la baja son el “riesgo real” que los círculos del capital admiten una y otra vez, y que Kristalina Georgieva, en su toma de posesión de la dirección del FMI, presentó sin eufemismos: «La economía global se encuentra ahora en una desaceleración sincronizada». ¿Existen quienes no se han enterados de dicho impasse? ¿Tal mensaje no ha llegado o no ha sido incluido en determinadas estrategias agendas y/o análisis políticos como económicos?
Reafirmamos que no se trata de un asunto intelectual o académico o del lugar ya común de ideas económicas “en descomposición”, sino del atolladero que inhabilita el funcionamiento de la lógica que asegura tanto los beneficios de los capitalistas privados, la acumulación y la “salud” del capitalismo. La verdad espinosa de tal situación es el “estancamiento secular” o un estado permanente de estancamiento económico, que resulta de rigurosos problemas relacionados con la disminución de la inversión de capitales, de una alicaída acumulación de capital y del desplome de la tasa de ganancia; situación que es reforzada por el unilateralismo económico de EEUU y las guerras comerciales desatadas por Trump (particularmente la guerra comercial EEUU versus China) como por diversos conflictos geopolíticos.
Las economías capitalistas centrales “no están al pelo”, son un ámbito incierto de cifras rojo, el borde de una Gran Depresión Económica. En ese cabo, determinados círculos del poder del capital demandan de políticas estatales (tímidas y módicas) para “el estímulo de la demanda”. Y debe decirse que tal opción:
- No significa, de ningún modo, el retorno del keynesiano y del Estado de bienestar, no tiene el alcance de un proyecto de los círculos de poder del capital, para relanzar el consumo del pueblo trabajador y de las clases medias; reducir las desigualdades sociales; y revertir el trabajo precarizado (la súper explotación del trabajo) y el desempleo masivo e intensivo.
- La cuestión es un cierto apalancamiento estatal que asegure la gestión burguesa del “estancamiento económico secular”.
- Y es de suyo, la confesión de que el tiempo de las revoluciones capitalista está absolutamente agotado: las revoluciones burguesas, en la actualidad, son un sinsentido y a la vez un mega cortocircuito
Por otra parte, ya no es posible ajustar los moldes de la siempre imperfecta teoría económica ortodoxa al desempeño de la lógica del capital; y sobre todo hay que tomar la debida nota, de que la instrumentalización del tal instrumental teórico en las naciones de la periferia capitalista simplemente refuerza y consolida las debilidades y vulnerabilidades de las naciones del Sur, en términos de Michael Roberts su ¡Empeoran las cosas! La ortodoxia economicista y monetaria es una teoría zombi que fantasea con un nuevo “período de oro del capitalismo”, sin darse por enterada que el capitalismo tal como lo conocía ya no existe.
El estancamiento económico permanente de la economía mundo capitalista y la posibilidad real de una Gran Depresión Económica significan:
- La salida capitalista de las tasas de inflación cero y de interés cero o negativas; la emisión de dinero (intensiva y masiva) por la Banca Central del G7 para sostener los programas de flexibilización económicas que están en la base tanto de la supervivencia del capitalismo como la ralentización de la economía mundial.
- Agudización de las contradicciones entre el capital y el trabajo y respecto de la hegemonía del imperio y la soberanía de las naciones/autodeterminación de los pueblos; entre el Norte y el Sur y en el seno de las economías capitalistas centrales. Las consecuencias inmediatas de dichas contradicciones perfilan la tendencia que podemos etiquetar como “un escenario mundial más duro y peligroso”, que incluye el cambio climático.
- El explosivo impasse de la deuda sobre la economía mundo capitalista; la gravitación de la deuda en el estancamiento secular en que Carlsson-Szlezak puntualiza los siguientes términos, “Un incumplimiento en los bonos del Tesoro de los Estados Unidos sería catastrófico para la economía global, mientras que los cambios en la política (aunque dolorosos para aquellos cuyos beneficios futuros se vieron disminuidos) apenas se registrarían en el horizonte económico”.
La revolución bolivariana, estancamiento económico permanente y tránsito geopolítico
Por primera vez en la historia de la hegemonía mundial del capitalismo están posicionadas las reales condiciones que deciden la fractura de la línea de continuidad y de sucesión de las hegemonías imperialistas: la crisis de la supremacía estadounidense es el síntoma de la emergencia de un orden mundial que supera el esquema asimétrico, jerarquizado y polarizado vigente desde el siglo XV y lo sitúa en una red de mate. Este acontecimiento inédito es el alcance de dos contradicciones, las de Imperio-humanidad e Imperialismo-Estado nación que solapan los antagonismos entre capital-trabajo y entre socialismo-capitalismo. Para nada es un secreto que la agenda geopolítica mundial es un cruce de espadas que incluye el arsenal nuclear. Las ideas y proyectos acerca de la nación y las relaciones interestatales; la agenda política de cada bloque de poder; la geopolítica de cada región, y la especificidad de las luchas de clases a escala mundial como las inherentes de cada Estado nación: se deciden en la dialéctica en ese campo de tensiones, de diverso orden y escala.
Entonces, en tales emplazamientos, para que el tránsito socialista sea una alternativa real: la moraleja de Lenin a contrapelo de Woldrood Wilson; el combate antiimperialista de Mao y Ho Chi Min; de Martí, Fidel Castro y la Cuba Socialista; y la trama histórica del pueblo venezolano, de Bolívar y Chávez.
Nota buena: No es suficiente con las luchas antineoliberales y antiimperialistas, es menester el salto anticapitalista que resulta de construir la Venezuela socialista y potencia económica.
Brigada Carlos Wilfredo García-José Aquino Carpio (PSUV)