"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Arrebato imperialista

Así como avanza la espada de Bolívar por América latina, el imperialismo EEUU no se detiene en su desesperado accionar, agrede pueblos y naciones intentando sobrevivir, a su indetenible declinación histórica, a su desaparición como imperio.

La derrota política propinada por los pueblos del Medio Oriente a los EEUU, a pesar de la guerra impuesta a Irak, Libia, Yemen, Afganistán, Siria, el imperio no ha logrado ni logrará recomponer sus intereses, perdió su dominio en esa parte del mundo.

En contrapartida la influencia de Rusia y China se ha visto incrementada, reafirmando el declive del imperialismo EE. UU.

Intentando prolongar su agonía y mantener su hegemonía, el imperialismo recula y trata de atrincherarse en nuestro territorio Abya Yala, contando para ello con 76 bases militares, entre las más conocidas resaltan: 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, 9 en Colombia y 8 en Perú, concentrándose la mayor cantidad en Centroamérica y el Caribe.

El Comando sur norteamericano, en marzo del 2018, hizo pública una información sobre su estrategia para nuestra región en los próximos diez años, los principales «peligros» o «amenazas» identificadas y el modo de enfrentarlas. Así mencionó a Cuba, Venezuela, Bolivia, «la lucha contra el narcotráfico», redes ilícitas regionales y transnacionales, mayor presencia de China, Rusia e Irán en América Latina y el Caribe, auxilio ante desastres –recordemos la «ayuda» brindada a Haití cuando el terremoto-   así como el papel asignado a las fuerzas de seguridad de cada país en diferentes rubros vinculados a la seguridad interna, regional e internacional1.

«En términos de proximidad geográfica, comercio, inmigración y cultura, no hay otra parte del mundo que afecte más la vida cotidiana de Estados Unidos que América Central, América del Sur y el Caribe»3, afirma.

Los desafíos para la hegemonía, plantea el almirante estadounidense, se enfrentarán por medio de una «Red de Redes», operada por el Comando sur en conjunto con las agencias estadounidenses y los aliados. Tres Fuerzas de Tarea Conjunta actuarán en este plan: Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (Base Aérea De Soto Cano, Honduras), Fuerza de Tarea Conjunta de Guantánamo, La Fuerza de Tarea Interagencial y Conjunta-Sur (Cayo Hueso, Florida).

El actual comandante del Comando sur, almirante Kurt Tidd, en febrero del 2018 expuso ante el Congreso los escenarios planeados para el continente, objetivos, medios y estrategias acordes con la Estrategia de Defensa Nacional (2018) y la Estrategia de Seguridad Nacional (2017-2018)2.

El objetivo del imperio es incrementar la presencia militar en la región con el fin de asegurar sus intereses hegemónicos en el hemisferio, consolidar un frente contra Venezuela, mantener su política de agresión contra Cuba, intentar detener el surgimiento o eliminar gobiernos populares, y perpetuar su dominio sobre los inmensos recursos económicos de América Latina y el Caribe.

La estrategia guerrerita impulsada y desarrollada por el imperialismo EE. UU., ha sido derrotada; desde 1975 con la victoria del pueblo vietnamita sobre el ejército norteamericano. El pentágono ha acumulado un sin número de derrotas en los territorios, pueblos y naciones donde han participado, han destruido infraestructuras, estructuras, asesinado a millones de seres humanos, pero no han podido con la disposición de lucha de los pueblos en defensa de la dignidad de sus patrias y han salido con el rabo entre las piernas.

En nuestra América, los pueblos que la conforman, insurgen y se movilizan contra el saqueo de nuestros recursos, por ampliar los derechos políticos y sociales, por la defensa de la independencia y la soberanía, enfrenta las políticas neoliberales y coloca contra la pared a los gobiernos entreguistas subordinados a los EE. UU. Nuestros pueblos avanzan a pasos de gigantes y no se detendrán hasta alcanzar su total y definitiva liberación.

Impostergable es, impulsar la unidad de los movimientos sociales y organizaciones de los pueblos de América Latina, fortalecer los organismos multilaterales creados por Chávez,  en una propuesta político antiimperialista y prepararnos para el combate definitivo que sea capaz de derrotar el hegemonismo EE. UU.

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