El mundo está en alarma ante la pandemia del Corona Virus pues hace más de 100 años con la Gripe Española (1918) y luego durante la Segunda Guerra Mundial no hubo un estado de conmoción mundial como le ha tocado vivir a esta generación con la pandemia del COVID-19, que pone a prueba a Venezuela para superarlos y controlar situaciones de contingencia.
Los mitos y mentiras desplegadas a grandes titulares sobre la supuesta “crisis humanitaria” en Venezuela se han caído estrepitosamente, especialmente las generadas desde los centros de poder en Washington y de los gobiernos hostiles a Venezuela en Suramérica, países que paradójicamente han presentado los más altos índices de afectación del virus, porque sus gobiernos no tomaron a tiempo las medidas que ordenó la Organización Mundial de la Salud y por no contar con un sistema de salud pública capaz de resistir los embates de la pandemia. Es una realidad reconocida hasta por los medios más reaccionarios.
Hay quienes especulan sobre la presión ejercida a esos gobiernos neoliberales por parte de las corporaciones privadas nacionales y extranjeras para que la fuerza laboral no paralice sus actividades si se implanta el plan de cuarentena, en detrimento de la salud de sus pueblos, lo que ha devenido en una posible catástrofe sin paragón en la historia de América. Una hipótesis que toma valor toda vez que los gobiernos de Colombia, Chile y Brasil fueron los últimos en aplicar la cuarentena para evitar la propagación del virus en sus países y son los que destacan junto a los Estados Unidos en cifras altamente peligrosas de contaminación para el continente americano.
A diferencia en Caracas se respiran aires de tranquilidad y serenidad expectantes, en tanto la incertidumbre de la pandemia, del tiempo de una cuarentena en los que cunden los encargos a través de la redes sociales que saturan las memorias de los celulares, videos, memes y mensajes alusivos a la pandemia, muchos cargados de recomendaciones otros de chistes que evoca el humor venezolano ante la adversidad como aquel enviado por un hombre en el que señala: “para una cuarentena, estaré con una cuarentona” o lo que responde una mujer soltera: “para la cuarentena un cuarentón”, suerte de descarga de la tensión ante la nueva de permanecer en casa como lo ha acatado la población disciplinadamente ante el llamado de las autoridades venezolanas.
Sin dudas que en las actuales circunstancias que vive Venezuela, bloqueo económico, baja en precios del barril de petróleo más cuarentena, este país se expone a otra prueba de resistencia mayor a la que habían trazado las autoridades por el bloque financiero y el asedio provocado por el gobierno de EEUU contra la patria de Bolívar.
Esta prueba de resistencia es sin distinción de ningún tipo, y así ha sido asumida por la población en general incluso quienes adversan al Chavismo y decían no reconocer a Maduro como presidente, por cierto, los primeros vectores de COVID 9 llegados al país desde Europa fueron localizados en el este de Caracas, delimitados en Baruta y Chacao donde rigen gobiernos municipales de oposición y donde se registran los más altos índices de afectación del virus en Venezuela.
Por otro lado los venezolanos han acatado el llamado a resguardarse en casa, a usar las mascarillas protectoras que todos los transeúntes se colocan a salir a buscar alimentos o medicinas, igual que emplear las medidas de saneamiento luego de regresar a casa. En Caracas particularmente, las calles se ven solas, sin embargo los dispensadores de alimentos y medicinas abren en horarios limitados para servir al público que sale a adquirir lo necesario para el sustento diario.
En Venezuela, afortunadamente, las medidas de seguridad sanitaria fueron tomadas a tiempo, basta comparar las estadísticas de afectación del Corona Virus, en Colombia, Chile , Brasil y los EEUU, donde sus gobiernos enfrentados a Venezuela, declararon la cuarentena tardíamente.
El tiempo ha dado la razón a la responsabilidad ciudadana de pueblo, empresarios y gobierno venezolano, si a ello agregamos la asistencia en suministro de alimentos y dispositivos del sistema de salud pública y de los cuerpos de seguridad desplegados para el resguardo de la población.
Es importante reconocer la dedicación y responsabilidad social de los medios de comunicación públicos y privados en Venezuela para orientar al pueblo venezolano que ha sido una verdadera demostración de coherencia masiva para enfrentar el peligro de la pandemia, que hasta ahora ha controlado el saldo de afectados entre 70 y 65 personas y no ha producido ninguna muerte en el país.
Por lo pronto el gobierno de Maduro ha tomado otras medidas que apuntan a controlar la expansión del virus como las pruebas y los diagnósticos tempranos como lo prueban las estadísticas de casos en el país, igual que otras medidas que contribuirán a estabilizar la situación económicas adversa que se ciñen sobre Venezuela, especialmente por las medidas unilaterales del gobierno de Estados Unidos cuando intenta estrechar la capacidad financiera del país bolivariano a través del bloqueo impuesto, neutralizado parcialmente gracias a las políticas de multipolaridad internacional heredadas del Comandante Hugo Chávez que ha contado con el apoyo de China, Rusia y otros países solidarios con Venezuela.
Es imposible predecir lo que ocurrirá en Colombia, pero para el pueblo binacional que vive en suelo granadino y cerca de la frontera, las trochas, hoy controladas por la Fuerza Armada Bolivariana de Venezuela, pareciera ser la válvula de escape ante el riesgo que hoy padece el pueblo colombiano, cuyas autoridades tardíamente se aprestan a anunciar medidas para afrontar la pandemia que a juzgar por las expectativas clínicas, la expansión del COVID 19 podría tener características de catástrofe humana para Colombia.
Ello contempla una percepción de riesgo permanente toda vez que el gobierno de Estados Unidos empeñado en derrocar al gobierno de Venezuela, ha amenazado con aplicar una fuerza multilateral con el apoyo de las bases militares instaladas en Colombia y por lo que el gobierno de Maduro ha puesto en práctica acciones defensivas que se ponen a prueba en el contexto de la amenaza biológica de la pandemia, en ensayos de movilización, apresto operacional y otras acciones que contemplan ofensivas de contraataque masivos.
Lo cierto es que la gran mayoría del pueblo venezolano organizado a través de los Comités Locales de Alimentación, las Unidades de Batalla Bolívar Chávez, colectivos y otras formas de organización y movilización conjuntamente con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con el componente masivo de las milicias constituyen un bloque multidimensional que seguramente las agencias de inteligencia norteamericanas observan con cuidado y valoran ante el ímpetu y las fortalezas materiales y simbólicas que de nuevo y a raíz de la amenaza de la pandemia dan muestras positivas de la capacidad del pueblo venezolano para oponer resistencia a las amenazas y poder continuar el proceso de desarrollo social y económico en paz.