La pandemia que estamos viviendo, nos ha permitido crecer en medio de estas dificultades, crecimiento como seres humanos, acentuando los valores de solidaridad, del compartir, hasta incluso del tener disciplina en cuanto a la cuarentena asumida por la gran mayoría del pueblo. Esto ha permitido fortalecer el Sistema Público Nacional de Salud, regido por el principio de gratuidad.
Mientras en los países capitalistas, están cobrando sumas exorbitantes para la atención de pacientes que son contagiados por el COVID-19, en Venezuela no se les cobra ni un centavo, somos uno de los primeros países del mundo que ha aplicado mayor número de pruebas totalmente gratuitas, para constatar si un ciudadano esta contagiado o no, y la atención hospitalaria es sin costo alguno, por otro parte las estadísticas tanto del número de contagiados, como del número de fallecidos es mínima, comparándola, con respecto a otros países.
Esta situación de la pandemia nos refleja la contradicción entre los que apuestan a la ganancia del capital y los que apostamos a la vida del ser humano, ejemplo de ello, es que tanto en los EEUU, como en Brasil quieren levantar las medidas de prevención sin importarles la consecuencia que se pudiera acarrear de un posible rebrote del virus.
Nuestro Sistema Público Nacional de Salud, se ha fortalecido en esta coyuntura, tanto, que más del 90% de los casos del COVID-19 son atendidos en los hospitales públicos y en los CDI, la gran mayoría del pueblo venezolano no tiene posibilidades de ser atendidos en el sector privado de salud, porque cualquier examen o cita médica esta dolarizado, con sumas inalcanzables para cualquier trabajador.
El mundo va hacia una etapa post pandemia, que nos lleva hacia una nueva forma de vida, una nueva cultura del trabajo, nuestras Convenciones Colectivas del sector público, no deben plantear el aumento de las coberturas del HCM para los seguros privados, ese aporte del erario público, debemos destinarlo al Sistema Público Nacional del Salud.