"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

Radiografía de la UCV (ll)

Radiografía de la UCV, fue el nombre que se me ocurrió para titular estos comentarios que incluyen una panorámica de su campus, pero en verdad, no se requería ningún medio técnico para plasmar la realidad, con la sola observación, cualquier ciudadano que visite actualmente nuestra casa de estudios, podrá ver el estado de deterioro que presenta a todos sus niveles.

Fui nuevamente al campus y me ubique en los jardines, mejor dicho el escampado entre la Facultad de Economía y la parte de atrás de la Escuela de Trabajo Social. De allí iniciaría un nuevo recorrido. Los arboles cubiertos de tiña y parásitas, no son podados y sus ramas secas caen con el viento o la lluvia. Recordé en ese momento al estudioso de la Chicharas, que ante pululaban ese espacio, el profesor del Instituto de Zoología Tropical, Charles Ventrillón. Casi nos olvidábamos, pero al mirar a la derecha, vimos el Asta oxidada y en franco deterioro donde antes flameaba la Bandera Nacional y algunas veces la bandera universitaria en actos importantes. Hoy se balancea como una palma solitaria con el viento y si no se toman medidas caerá sobre transeúntes o sobre el Auditorio Azul de la Facultad de Economía

Volvimos a la pista de Tartán frente a la Escuela Bioanálisis, rumbo a la Casona. Antes de subir, de allí mismo, se puede observar el Estadio Olímpico, amontado, pasto de culebras, sapos y algunos grillitos que se arriesgan a estar junto a esos depredadores. La escultura de de Narváez, colocada es la parte lateral de las instalaciones, carcomida por el moho y la humedad. Subimos hacia el Gimnasio Cubierto, conocido popularmente como La Cachucha y allí encontramos la soledad y el deterioro de una bella estructura deportiva que antes fue escenario de emotivos encuentros de Básquet, Volibol (Recuerdo a grandes jugadoras como María Teresa “Kanco” Brea y Petronila Rivas), con la amena y bulliciosa presencia de cientos de estudiantes que deliraban en esos emocionantes partidos. En el sótano funcionaban los Bomberos Ucevistas, Cuerpo que prestó una inestimable labor a la comunidad universitaria y a Caracas en emergencias (Recuerdo su labor durante el terremoto de 1969). Bueno allí, no hay ahorita, ni las mangueras.

En estos predios, se encuentran las instalaciones de la llamada Casona o Hacienda Ibarra, núcleo central, de lo que antes fue una prospera hacienda y cuyos terrenos fueron donados a la UCV. Este lugar debería tener una atención especialísima por su importancia histórica. Relatan historiadores de la UCV, que Simón Bolívar estuvo allí durante su última visita a Venezuela en 1827. Otro visitante ilustre fue Alexander Von Humboldt en los inicios del Siglo XlX. También sirvió de sede al Instituto, Ciudad Universitaria, dirigido por Carlos Raúl Villanueva, donde proyecto su idea de la Ciudad Universitaria. Allí también, Bolívar, José María Vargas, y José Rafael Ravenga redactaron los Estatutos Republicanos que transformaron la Real y Pontificia Universidad de Caracas, en Universidad Central de Venezuela .Bueno, ese sitio, de inestimable valor histórico, que por cierto fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1970, se encuentra abandonado y en vías de un mayor deterioro. Se dice también, no recuerdo el autor en este momento, que Bolívar estuvo allí durante unos carnavales, yo pienso que en estos momentos el Libertador no entraría allí ni disfrazado.

Si Ud. Se sube desde allí, a los alrededores de la casona, vera los restos del torreón del trapiche, que todavía vence las inclemencias del tiempo y la falta de mantenimiento. Puede observar el deterioro de todas las instalaciones y el monte alrededor que crece y crece y la poda brilla por su ausencia. Desde ese mismo mirador, el Torreón del Trapiche, puede Ud. Observar, la Piscina Olímpica de la UCV, tiene un abandono de más de cuatro años, lo que significa que las práctica de saltos ornamentales, natación, submarinismo, natación para infantes y de Wáter Polo, que le dieron tanta satisfacción a los universitarios, han sido imposibles de practicar, pero paradójicamente, en el pasillo frente a la Dirección de Deportes, se mostraban la gran cantidad de trofeos que la universidad en otros tiempos obtuvo, muchos de los cuales están relacionados con deportes acuáticos.

Nos bajamos del Torreón del Trapiche y regresamos para salir por la puerta que da acceso a la Plaza Venezuela. Vamos observando la falta de limpieza, el monte creciendo, las fachadas de las residencias deteriorándose, nos tropezamos con el Cafetín de Periodismo que llaman de la AVP, diagonal a las Canchas de Tenis, y el mencionado cafetín parece un corral, con parches, alambres y pedazos de madera que son colocados para tapar los huecos de las paredes que se derrumban.

En las canchas de Tenis, frente a la Escuela de Periodismo Ud. Observa la misma desolación, la falta de mantenimiento y una que otra persona, no sabemos si miembro de la comunidad, golpeteando con la raqueta la pelota contra la pared ,que va y viene con una frialdad que espanta por la falta de espectadores.

Sale Ud. Hacia la Plaza Venezuela, y ve la casucha de la vigilancia, vigilantes sin uniformes y con un radio a todo volumen oyendo Vallenatos. Al lado de la vigilancia, el Jardín Botánico, abandonado a su suerte y amontado. Nos informan que todas las instalaciones internas donde había valiosísimo material botánico acumulado por años, biblioteca y enseres de oficina fueron saqueados, robados algunos y rotos con saña, otros, que no pudieron llevarse. Recuerdo mucho la laguna al borde de la cual nos sentábamos para ver las flores de Bora y Lirios de Agua. Costará muchos años recuperar esos bienes y memoria, sobre todo la calidez , la belleza y la riqueza botánica que otrora, era el Jardín Botánico de la UCV.

Seguimos caminando, pasamos frente a la Estatua en homenaje a Salvador Allende, por cierto muy descuidada, a pesar de que en la actualidad se cumple cien años de su nacimiento, nadie portó por allí, ni siquiera para limpiarla y colocarle algunas flores a este ícono de la lucha por la libertad de nuestros pueblos.

A la derecha divisamos el Mural elaborado por Zapata, justo al lado esta una cerca ciclón que limita con la avenida que da acceso a la UCV. Totalmente abandonados los jardines y amontados. La cerca con grandes tronera y hundimientos, que antes servían para que un viejo vendedor de Libros que se colocaba al frente, se introdujera, hiciera una casucha con plásticos y restos de madera, donde dormía y guardaba los textos en baúles.

Nos aproximamos al Mural, y vemos el rostro Teresa de la Parra, Simón Rodríguez, entre ortos, cubiertos de polvo y arena, desgastándose y Coromotico como dando lecos, por favor límpienme, repárenme, un cariñito por favor, aunque no sea por el mural sino, por respeto a su propio autor, el gran caricaturista, humorista y amigo Zapata, quien incluso durante la Renovación Universitaria en los años 60 dictó conferencias en la Escuela de Letras de la UCV y nos dio algunos dibujos y cuadros para venderlos en solidaridad con los presos políticos. El profesor Luis Antonio Bigott (+) y mi persona éramos recipiendarios de los mismos para subastarlos y los fondos utilizarlos con ese fin.

Bueno, ya estaba cansado de andar y escudriñar y continué la ruta hacia la Plaza Venezuela, de vez en cuando miraba hacia atrás y me acordaba de las grandes protestas y manifestaciones que por allí se realizaban. Por cierto, frente a este arco, murió el Chino, estimado camarada que fue alcanzado por una bala de un Francotirador ubicado en el Edificio Polar y murió también alcanzada por una bomba cuarta-republicana, la periodista María Verónica Tessari. Allí también fue asesinada Belinda Álvarez, Presidenta del Centro de Estudiantes de Trabajo Social. Falta que hacen ahora estas grandes manifestaciones para despertar nuevamente a la comunidad, exigir respeto por el legado de Bolívar y Vargas y volver a la esperanza que teníamos en los años sesenta, frustrada por el allanamiento del Rafael Caldera, La Renovación de la UCV y acercarla al pueblo. ¡RENOVACION EN LA RENOVACION!, DIRÍA EL AMIGO JOSE RAFAEL NUÑEZ TENORIO (†).

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