El ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, argumentó este miércoles las señales que evidencian el agotamiento del modelo capitalista neoliberal y la necesidad de repensar la institucionalidad multilateral en el nuevo ciclo histórico que surge y de proteger la Carta de las Naciones Unidas como instrumento vigente para garantizar la paz y la seguridad internacionales.
“Hay que evaluar bien una reforma de Naciones Unidas o, por lo menos, de su Consejo de Seguridad, como lo pidió el comandante Hugo Chávez y otros líderes progresistas o socialistas en la misma tribuna de la ONU”, resaltó durante su participación en la Conferencia Nacional “Gobernanza Global y Desarrollo”, organizada bajo la modalidad telemática por el Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes (Cedees).
En su ponencia sobre las Nuevas Instancias de la Gobernanza Global, el diplomático venezolano hizo un recuento de las potencias que han servido como centro del poder imperial hasta llegar a la II Guerra Mundial y la hegemonía que asumió Estados Unidos tras su victoria en la Guerra Fría con la disolución del bloque soviético.
Recordó que Chávez visionó que el siglo XXI no sería bipolar ni unilateral, sino multipolar y pluricéntrico, pero para ello es necesario que la superestructura jurídica institucional sea también multipolar, que exprese “realmente de manera autónoma el verdadero multilateralismo y no esa especie de organización internacional que refleja muchas veces un unilateralismo colectivo”.
El Ministro explicó que el imperialismo en decadencia, aunque tiene como rostro principal a los Estados Unidos, se trata de un conglomerado de intereses corporativos y empresariales; un complejo industrial, militar y financiero que trasciende las fronteras del país norteamericano y que dominan las instituciones multilaterales existentes.
Ejemplificó que el hecho de que el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial no logren estabilizar política y económicamente a los países que auxilian financieramente, es una señal clara del declive del sistema de acumulación que tiene su centro de poder en EEUU y de que se avanza hacia otro sistema o hacia otro mundo.
El Canciller insistió en que frente al proceso de transición de un sistema a otro y el conflicto dialéctico permanente que ello acentúa, es necesario proteger la Carta de la ONU y, en este sentido, alabó la iniciativa de crear el grupo de países en defensa del instrumento. Acotó también que los Estados sujetos a medidas coercitivas unilaterales se están reuniendo y evalúan acciones conjuntas dentro del seno de la ONU.
Mencionó además como génesis del nuevo sistema el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura, que cuenta con más de 80 países miembros; el grupo BRICS, el Grupo de Defensa de la Carta de la ONU, la Unión Económica Euroasiática, la Celac, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Unión Africana y el ALBA-TCP, que definió como una plataforma de integración más evolucionada porque atiende e incluye directamente a los pueblos, movimientos sociales.
“Estamos convencidos de que vivimos el final de un ciclo histórico pero éste terminará antes o más tarde en la medida en que tomen consciencia los gobiernos progresistas independientes, autónomos, soberanos y también los pueblos, y elijan gobiernos en esta dirección o simplemente se rebelen si es necesario y tomen decisiones de manera colectiva”, concluyó su ponencia el Ministro para Relaciones Exteriores.