El presente trabajo refiere al papel que los Movimientos Sociales asumen en la fase del desarrollo en que se encuentra la sociedad en los actuales momentos, se parte del principio que lo sociedad al igual que los fenómenos naturales se encuentran en permanente movimiento y los Movimientos Sociales son expresión de la dinámica de sociedad, en tanto que manifiestan desde su forma organizativa cómo se encuentra la correlación de fuerzas y la confrontación de las clases sociales en las fases que conforman un periodo histórico. Al identificar que hoy la sociedad se encuentra en la fase de liberación nacional de los pueblos, los Movimientos Sociales emergen como una expresión de la sociedad que lucha por transforma la estructura del sistema dominante desde la sustitución del sujeto social como una forma de restituir el poder al pueblo. Partiendo de la valoración de los planteamientos realizados por diversos autores queda en evidencia que el origen de los Movimientos Sociales no se encuentra determinado por la existencia de conflictos que las formas organizativas existentes no tienen capacidad de resolución, la confirmación de esto la encontramos de manera clara en América Latina, donde los Movimientos Sociales, si bien es cierto no constituyen el sujeto histórico de la transformación de la estructura social existente, sí forman parte de la fuerza social que al desarrollar un proyecto alternativo orientado por un carácter de clase que identifica y unifica a los distintos sujetos sociales, políticos y culturales, presionan a la estructura existente hasta generar, en esta fase de la transición, la modificación del origen social, la composición social y la manera democrática de tomar decisiones
Adentrarnos hoy en el estudio de los Movimientos Sociales plantea un reto, dada la complejidad que encierra el hecho de poder delimitar elementos como: origen, campo de estudio y definición como formas de organización de la sociedad.
En el marco de ése debate exploraremos algunas definiciones de Movimiento Social, partiendo por Anthony Giddens (1998) quien plantea que es un “intento colectivo de luchar por un interés común o de garantizar que se alcance un objetivo compartido, mediante una acción colectiva que tiene lugar al margen de la esfera de las instituciones establecidas”[1] se privilegia en esta definición lo colectivo tanto en la acción como en el objetivo común.
Sin embargo, existe una tendencia que prioriza la acción conflictiva en el Movimiento Social como algo que “cambiaba tanto las orientaciones culturales, como el campo de la historicidad en forma de organización social, definido a la vez por normas generales y por relaciones de dominación social”[2], en esa misma línea donde la conflictividad es la causa del surgimientos de los Movimientos Sociales Alberto Melucci (1994) plantea que la acción colectiva es una construcción que se genera a partir de un conjunto de reacciones y respuestas de los individuos ante los conflictos y el desorden existente en la estructura social[3].
En tanto Luis Rigal, ubica el término Movimientos Sociales en un origen más reivindicativo al proponer que “alude a nuevas formas de acción colectiva de sectores de la sociedad – afectados en cualquiera de las dimensiones de su condición ciudadana por las políticas vigentes – que se organizan para reivindicar sus derechos.”[4]
El examen de estas definiciones permite identificar elementos que le dan origen a los movimientos Sociales, tales como:
- Existencia de un conflicto que trata de resolverse desde una acción colectiva, aun cuando no todo conflicto genera una acción colectiva que se constituye en Movimiento Social
- Las formas organizativas existentes no tienen capacidad resolutiva de los conflictos planteados
- Las soluciones existentes no se corresponden con las necesidades reales de la sociedad
En definitiva, el origen de los Movimientos Sociales develado a partir de estas definiciones se encuentra centrado en la contradicción de la forma en que se toman las decisiones de la sociedad, para la sociedad.
DESARROLLO DE LA SOCIEDAD, DESARROLLO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
Las definiciones estudiadas, aun cuando nos acerca a elementos vinculadas con el origen de los Movimientos Sociales dejan a un lado su desarrollo mismo, punto fundamental para comprender su real impacto en la organización de la sociedad de la que forman parte y que transforman con su propio accionar. Por ello se hace necesario ubicar a los Movimientos Sociales en el contexto del desarrollo de la sociedad donde estos se generan.
Partiremos asumiendo que todo desarrollo lo es, en tanto expresa su movimiento y éste a su vez produce cambios y transformaciones que en el ámbito social definen un periodo histórico que tiene un punto de partida y “un punto donde culmina y se transforma en una nueva realidad”
Estas transformaciones que se dan en la sociedad, si logran movilizar la estructura de éstas producen un “periodo de transición que se caracteriza por el agudizamiento de todas las contradicciones”. Es así como la transición pasa a ser “un proceso de transformación estructural de la sociedad, que niega la estructura dominante y da origen a la estructura que sirve de base a la nueva forma que asume la sociedad”[5]
En ese contexto los Movimientos Sociales son una expresión de un momento del desarrollo de la propia sociedad, que manifiestan desde su forma organizativa y su estructura interna la correlación de las fuerzas que se contraponen y el antagonismo de clase existente en un periodo determinado, por ello cuando las contradicciones se hacen más evidentes y la interpretación de éstas se corresponden con la realidad objetiva, el aporte de los Movimientos Sociales para la transformación de la estructura social se hace más importante y estos pasan a tener un protagonismo preponderante.
De la interpretación que los Movimientos hagan de las contradicciones, no internas sino de la sociedad, dependerá que éste se constituya como tal y efectivamente contribuya tanto a la transformación de la sociedad como de sí mismo, comprobándose así que los Movimientos Sociales son producto del movimiento generado en la sociedad y negando la tendencia de algunos autores de la existencia de nuevos y viejos Movimientos Sociales, cuando no es más que la expresión del desarrollo de la misma sociedad.
Para entender entonces la dinámica de los Movimientos Sociales, se hace necesario primero caracterizar el periodo histórico donde se desarrollan, y como se señaló anteriormente éste periodo histórico tiene un punto partida y un final donde se generan contradicciones que producen transformaciones, quedando definido como un período de transición.
El punto de partida de la transición actual, lo ubicamos en 1917 con la Revolución Rusa cuando se inicia la primera fase de la transición del Capitalismo al socialismo: fase de liberación nacional de los pueblos que se extiende por Asia en los procesos revolucionarios de China, Vietnam y Corea del Norte. En América Latina esta fase se acentúa con la Revolución Cubana en 1959 y en Nicaragua veinte años después.
Con la derrota de los Estados Unidos en Vietnam, en 1973 se comienza a generar un equilibrio de fuerzas entre los pueblos oprimidos y el imperialismo, obligando a éste último ha imponer su dominio sobre los pueblos a través del neoliberalismo, atribuyéndole tal imposición al desarrollo del mundo globalizado y no a “la globocolonización [para] imponer en todo el planeta un solo modelo”[6] a través de la fuerza y disimular la crisis por la que a traviesan desde ese momento.
Esta fase de la liberación nacional de los pueblos oprimidos aún no ha culminado, y algunos países han avanzado en el logro de su libertad asumiendo el ejercicio directo de su soberanía sobre el territorio donde habitan, y mantienen su lucha por alcanzar la independencia tecnológica, técnica, político, social y fundamentalmente del pensamiento sembrado por la clase dominante.
Seguir avanzando en la liberación nacional de los pueblos y acelerar la transición, pasa por la transformación de la estructura de la sociedad y la esencia de ese cambio estructural consiste en la sustitución del sujeto social que la dirige.
En este marco socio-político donde se evidencia la “crisis de hegemonía ideológica del capitalismo”, los Movimientos Sociales surgen como una expresión de organización de la sociedad que permita “la multiplicación de una nueva lógica social” [7] para “acelerar el proceso de restitución del poder al pueblo”[8] presionando desde su realidad y con su práctica hacia la sustitución del sujeto social. Sin embargo se debe destacar que el reto impuesto hoy a los Movimientos Sociales, obedece a la existencia de signos que manifiestan la debilidad del sistema para mantener su propia dominación.
En ese proceso de crisis del sistema, que como ya se señaló se inicia a partir de la victoria de Vietnam, los Movimientos Sociales también se han ido transformando en su esencia, alcance y estructura, al pasar de colectivos que se plantean luchas de carácter reivindicativo, en ámbitos localistas desvinculados de sus propios contextos, aislados de los procesos económicos productivos, con modelos de dirección verticales y descontextualizando la lucha como parte de la lucha de clases, hacia Movimientos que le dan connotación política a sus luchas, vinculándose con otros sectores que se identifican como parte de la misma clase, adoptando métodos de dirección colectiva y proveen formación a sus integrantes desde sus propios ámbitos de lucha, tratando de impactar desde su realidad como parte y totalidad a la vez de la sociedad.
Debe destacarse que esta transformación que sufren los Movimientos Sociales, tienen en América Latina características particulares por la influencia de dos enfoques políticos con sentido emancipador que convergen en la década de los 60: “la izquierda, con vertientes marxistas, populistas y de liberación nacional y las del cristianismo”[9] en el marco del Concilio Vaticano II (1962-1965) como el mayor acontecimiento de la iglesia en el siglo XX que postula el acercamiento a todos los grupos humanos respetando sus condiciones sociales y culturales, reorientando las luchas reivindicativa hacia la lucha política.
En definitiva la transformación asumida en los Movimientos Sociales obedece, como señala Moacir Gadotti (2012) a que “ya no se trata de acumular fuerzas para una gran transformación. Se trata de construirla, a partir de las acciones que adoptamos todos los días y de la formulación de alternativas que serán factibles tan pronto como reunamos la fuerza y la conciencia social necesaria para promover grandes cambios.”[10] Una visión objetiva del compromiso de los Movimientos Sociales en éste momento histórico, que al exacerbar las contradicciones da paso a la diversificación de formas organizativas de la sociedad.
Formas organizativas que en América Latina en el marco de “este proceso, complejo y contradictorio, de disolución-reconstrucción del tejido social y de la organización social y de la pérdida de la legitimidad de los actores colectivos tradicionales”[11] –partidos políticos, estructura del Estado, idea de la representación política- como producto de la crisis estructural del propio sistema, ha permitido el protagonismo de nuevos actores:
12 trabajadores desocupados; trabajadores de entidades de trabajo recuperadas;[12] asambleas de vecinos; ambientalistas; nuevas tendencias juveniles; género y el fortalecimiento de otros como campesinos, indígenas, derechos humanos y pobladores.
SOBRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL PODER
Al abordar el tema de los Movimientos Sociales, surge un debate ineludible y es la relación de éstos con la conquista del poder. Para muchos autores los Movimientos Sociales no se plantean asumir el poder, sino que se limitan a la confrontación conflictiva con la estructura existente como lo plantea Salvador Marti i Puig, de igual manera afirma Edgar Balaguera “los movimientos de nuevo tiempo no nacieron para transformar el mundo”[13], y a decir de Moacir Gadotti “el objetivo no es la conquista del poder, sino la multiplicación de una nueva lógica social” [14]
Para tomar posición al respecto, partimos de la convicción que los Movimientos Sociales son expresión del desarrollo de la sociedad que precisa de un sujeto histórico y un proyecto, sujeto histórico a quien le corresponde identificar el objetivo histórico y construir el proyecto que orienta sus acciones.
En ese mismo sentido, ratificamos que nos encontramos en una transición donde se está generando un proceso de transformación estructural de la sociedad, caracterizado además por ser un fenómeno mundial, con manifestaciones particulares de cada realidad concreta y que en América Latina es el resultado de la articulación del propio Movimiento Social con los movimientos políticos emancipatorios.
Estas condiciones permiten que:
- El sujeto histórico sea el producto de una articulación de diversos sujetos sociales, políticos y culturales, que se identifican como parte de una clase.
- La articulación exprese el nivel de conciencia que alcanza una clase social en la sociedad
- Las luchas reivindicativas que se desarrollan de manera aislada, fragmentada y sectorizadas de lo social se transformen en luchas políticas con visión de totalidad en la sociedad, en función del proyecto histórico.
- La presión ejercida desde el sujeto histórico en ésta fase de la transición modifique el origen social de la propia estructura del Estado.
Queda claro que los Movimientos Sociales hoy no se limitan a acciones colectivas para la resolución de un conflicto, sino que asumen su carácter de clase, tomando de manera , conciente posiciones antineoliberales y anticapitalistas que confrontan la estructura actual dado que “el tiempo político de los movimientos sociales no implica acomodar las exigencias liberadoras de los pueblos a los juegos de la gobernabilidad liberal, sino la necesidad de poner en común los sentidos de una construcción de lo político como proceso de la propia lucha contrahegemónica y los objetivos emancipatorios del movimiento social-popular”[15] contraponiéndose a las nuevas formas que asumen la clase, sectores y operadores políticos que se sienten desplazados del poder y que cuentan con el apoyo de los aliados más reaccionarios del imperialismo en la región latinoamericana.
Ante éste cuadro, no se pretende afirmar que los Movimientos Sociales en América Latina son el sujeto histórico en ésta fase de la transición, pero sí que al identificarse como pueblo, se unifican con otros sujetos sociales, políticos y culturales que constituyen el sujeto histórico que asume la vanguardia en este momento de transformación de la sociedad. Es la unidad a partir del reconocimiento de los sectores oprimidos lo que permitirá darle la orientación de clase a sus acciones y guiar la lucha de los Movimientos Sociales vinculados con el pueblo, contra los responsables reales de sus necesidades.
Es importante además acentuar el carácter de clase que expresan los Movimientos Sociales, ya que desde la resistencia de los sectores dominantes también se generan movimientos que atienden a sus intereses y que no se corresponden con las necesidades reales de los grupos sociales que dicen representar, atentando luego contra procesos populares emergentes.
Vale señalar al respecto una descripción que hace Roger Trinquier (1965) sobre la guerra moderna y como a partir de la explotación de tensiones internas son utilizados sectores de la población, identificando puntos débiles en un país independientemente que se correspondan con hechos pasados “siempre es traído por estos grupos a un plano de actualidad”, para convertirlo en un conflicto que se inicia como un evento reivindicativo, para que posteriormente tenga proyecciones incontrolables, es así como “impulsado por estos elementos, un asunto de origen secundario, apenas sin importancia, puede transformarse en una cosa grande una vez que se generaliza”[16] justificando de ésta manera la intervención de factores externos.
Al inicio de éste capítulo se señaló que los Movimientos Sociales precisan de un sujeto social y de un proyecto, que se valida desde la práctica del propio sujeto social, “cualquiera de éstas dos partes que falte hace que el sujeto real se transforme en virtual, y que un
17 proyecto virtual se presente como real y verdadero”[17] limitando la posibilidad de su ejecución.
El proyecto se construye desde la organización y la acción del sujeto social que se articula como movimiento político alternativo, para transformar la fuerza social en fuerza política que garantice la continuidad del proyecto. El Comandante Eterno Hugo Chávez Frías en el marco del Foro Social Mundial de Porto Alegre en el año 2003 señala “para que el proyecto alternativo tenga vida más allá del pensamiento y más allá de la palabra o del documento, es necesario conformar las fuerzas sociales con el poder necesario para sembrar el proyecto, para implantarlo y desarrollarlo”, de tal manera que el proyecto se convierte en la expresión práctica de la lucha y la ejecución de los objetivos emancipatorios y para ello es fundamental la articulación de la diversidad que constituyen los Movimiento Sociales en una fuerza social con disposición a ejercer el poder, a decir del Comandante Chávez, “si no hay una fuerza social con suficiente poder para hacer esa tarea, el proyecto seguramente quedaría congelado quien sabe por cuánto tiempo. Es imprescindible la conformación de fuerzas sociales transformadoras y revolucionarias”[18] que se van consolidando, en tanto hacen posible el ejercicio de construcción colectiva del proyecto que se trabaja y se discute desde las bases.
UN EJERCICIO DE CONCLUSIÓN
La exploración de diversos autores sobre los Movimientos Sociales señala que el origen de éstos, están determinados por la existencia de un conflicto que las formas organizativas existentes no tienen capacidad de resolución y que las opciones que ofrecen no satisfacen las necesidades colectivas de la sociedad.
En estos planteamientos, no se articula la evolución de los Movimientos Sociales y su vinculación con el desarrollo de la sociedad, expresada en su movimiento, cambios y transformaciones que terminan definiendo un periodo histórico que se caracteriza por el agudizamiento de las contradicciones donde se niega una estructura dominante y se origina una nueva que constituye la base que asume la sociedad naciente.
Los Movimientos Sociales al ser una expresión de las relaciones sociales existentes, manifiestan en su forma organizativa la correlación de fuerzas y la confrontación de las clases de todo período histórico, la interpretación que los Movimientos Sociales realicen de estos elementos los ubicarán en un rol protagónico en la transformación de la sociedad y de sí mismo.
El periodo histórico actual, identificado como la transición del capitalismo al socialismo, nos ubica en la primera fase de la transición: fase de la liberación nacional de los pueblos y tiene como punto de partida la Revolución Rusa y una vez extendido por Asía, se establece en América Latina a partir de la revolución en Cuba y Nicaragua.
Al plantearse la confrontación entre sectores antagónicos y manteniéndose la fase de liberación nacional de los pueblos, los movimientos sociales surgen como esa expresión de la sociedad que busca alcanzar la sustitución del sujeto social como una forma de restituir el poder al pueblo, aprovechando la debilidad que muestra el sistema para mantener su propia dominación.
Al igual que la sociedad, los Movimientos Sociales muestran su desarrollo al lograr transformar sus luchas reivindicativas que se caracterizan por una lógica fragmentaria y sectorizada de lo social, en luchas políticas orientadas a la acumulación de fuerzas, característica que tiene su mayor expresión en los Movimientos Sociales de América Latina.
En el marco del debate sobre los Movimientos Sociales, surge la discusión sobre la perspectiva de éstos y la posibilidad de tomar el poder, la valoración hecha por quienes han profundizado en el tema deja claro que si bien los Movimientos Sociales no constituyen el sujeto histórico que tiene la responsabilidad histórica de transformar la estructura social, si forma parte de la fuerza social que desarrolla un proyecto alternativo que presiona a la estructura y propone el nuevo modelo de sociedad.
Para consolidar esta fuerza social, tanto el sujeto social como el proyecto alternativo han de estar orientados por un carácter de clase que los identifica y unifica, para evitar la distorsión y el manejo que los sectores hegemónicos puedan de éstos y desvirtuar las formas organizativas hacia interés que no se correspondan con los pueblos que impulsan la lucha.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Chávez Frías, Hugo. Discurso Foro Social Mundial de Porto Alegre. MINCI. 2003
Betto, Frei. Entrevista concedida a Walter Martínez en La Habana-Cuba, en el marco de la entrega del Premio José Martí. 13 de Enero 2013
Gadotti, Moacir. Educar para Otro Mundo Posible. MPPEU-Centro Internacional Miranda, 2012. 226 Pág.
Garcés, Mario. Educación Popular desde los Actores. Diversos Enfoques y Movimientos Sociales. Artículo publicado en Revista Mirando Hondo.
García Lineras, Alvaro. Estado, Revolución y Construcción de Hegemonía. MINCI. Caracas, 2012. 61 Pág.
Melucci Alberto. Asumir un compromiso: Identidad y movilización en los movimientos sociales. Arce. España.1994.
Ojeda, Noel Felipe. Autoliberación. Revolución Interna desde lo Colectivo. Fundación El Perro y la Rana. (2012). 112 Pág.
Rigal, Luís. Gramsci, Freire y la Educación Popular: A propósito de los Nuevos Movimientos Populares. Publicado en: Hillert, F, Ouviña, H., Rigal, L. y Suárez, D. (2011) Gramsci y la educación: pedagogía de la praxis y políticas culturales en América Latina. Buenos Aires: NOVEDUC
Trinquier, Roger. La Guerra Moderna y la Lucha Contra la Guerrilla. Barcelona, Editorial Herder. 1965. 189 Pág.
Universidad Bolivariana de Trabajadores “Jesús Rivero”. Patria Socialista, Punto de Nuestra Unión como Clase Trabajadora y como Pueblo. Alcaldía de Caracas. (2013) 37 Pág.
Universidad Bolivariana de Trabajadores “Jesús Rivero”. Homenaje a Chávez. Alcaldía de Caracas. (2013) 16 Pág.
Valdés, Gilberto y Otros. Clases Sociales y Movimientos Populares en América Latina. Ocean Sur. (2012). 78 Pág.
Notas
[1] Guiddens Anthony. “Sociología”. Alianza Edictorial. Madrid. 1998 Pág. 645
[2] Giarraca Norma. Movimientos Sociales y protestas en los medios rurales latinoamericanos: nuevos escenarios y nuevos enfoques. Porto Alegre, Año 4 No.8. 2002 Pág. 246
[3] Melucci Alberto. Asumir un compromiso: Identidad y movilización en los movimientos sociales. Arce. España.1994, Pág. 153.
[4] Rigal Luís, Gramsci, Freire y la educación Popular; A propósito de los nuevos movimientos sociales. Pág. 1
UBTJR. Patria Socialista. Punto de nuestra unión como clase trabajadora y como pueblo. P.8
[6] Frei Betto. Entrevista a Walter Martínez en el Marco del otorgamiento del Premio José Martí. La Habana, Cuba 13 de enero de 2013
[7] Gadotti, Moacir. Educar Para Otro Mundo Posible. 2012. Pág. 15
[8] Chávez Frías, Hugo. Presentación de la Propuesta de Programa de Gobierno ante el CNE. 12 de Junio 2013
[9] Garcés Mario. Educación Popular desde los Actores. Diversos Enfoques y Movimientos Sociales. Pág. 56
[10] Gadotti, Moacir. Ob.Cit.
[11] Rigal, Luis Ob. Cit. Pág. 2
[12] La nueva legislación laboral en la República Bolivariana de Venezuela le asigna el nombre de Entidades de
Trabajo a las empresas o fábricas, asumiendo que éstas forman parte del Proceso Social de Trabajo.
[13] Balaguera Edgar, Conferencia en el marco de la Maestría de Educación Comparada Capítulo Venezuela, 18 de octubre 2013.
[14] Gadotti, Moacir. Ob.Cit. Pág 15
[15] Valdés Gilberto y otros. Clases Sociales y Movimientos Populares en América Latina. 2012. Pág 33
[16] Trinquier, Roger. La Guerra Moderna y la Lucha Contra las Guerrillas. 1965. Pág. 32
[17] Valdés, Gilberto. Ob. Cit. Págs. 34-35
[18] Chávez Frías Hugo, Discurso el Foro Social Mundial, Porto Alegre. 23 de Enero de 2003. Pág. 16