Es totalmente imprescindible recordar que Venezuela está viviendo un proceso dialéctico de liberación nacional dentro de un juego de ajedrez político internacional donde se enfrenta al sistema imperial más criminal de la historia de la humanidad, encabezado por el gobierno de los Estados Unidos de América, el cual agrede a todo el Pueblo venezolano con una guerra multiforme que viola los Derechos Humanos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas al igual que en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela con la finalidad de que la gente se rinda y traicione no al gobierno bolivariano solamente, si no al país que los vio nacer y en consecuencia así mismos.
En éste sentido, gran parte del Pueblo de Venezuela es políticamente consciente que estamos bajo el ataque del imperialismo norteamericano, éste último se encuentra frustrado al intentar de mil formas en derrocar al audaz gobierno bolivariano y Chavista del Presidente Constitucional Nicolás Maduro, que con las diversas organizaciones político sociales que están claras ideológicamente, son los que con sus fortalezas e inteligencia afrontan las circunstancias cotidianas mientras la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es leal a la Constitución.
Ahora bien, éste 6 de diciembre del 2020 hay elecciones del Poder Legislativo por mandato de la Constitución dentro de una coyuntura económico- política muy compleja acompañada de la pandemia mundial, por lo tanto, es válido preguntarnos el ¿para qué es tan importante una nueva Asamblea Nacional?
Primero que nada, recordemos que a diferencia de otros países, el sufragio no es una obligación, pero si es un derecho democrático que se ejerce sin ningún tipo de presión en la que pueden acudir a los Centros Electorales todas las personas inscritas en el Registro Electoral Permanente para votar de forma directa y secreta por cualquier candidata, candidato o partido político que cumpla con las condiciones mínimas establecidas en las leyes.
Entonces, si el voto es un deber cívico, apartando las causas de fuerza mayor; todo dependerá de la buena voluntad, conciencia política y compromiso con el país que tengan las venezolanas y los venezolanos en ésta nueva oportunidad electoral que se avecina para evitar la destrucción de Venezuela por parte del imperialismo norteamericano y los traidores de la Patria. Por ende, se requiere dar una respuesta real, motivadora y esperanzadora a la pregunta ya antes formulada para poder obtener la victoria en ésta guerra multiforme compuesta por ataques terroristas, bloqueos económicos, comerciales, financieros y mediáticos por aquellos enemigos de la humanidad.
Existen varias razones de gran importancia para votar por una nueva Asamblea Nacional que son pertinente al desarrollo de una mejor sociedad que puede contribuir con una forma de vida distinta donde el orden, el respeto, la justicia y el agradecimiento estén presentes en cualquier espacio; haciendo valer el conjunto de derechos consagrados en la Constitución en materia civil, política, social, familiar, cultural, educativa, económica, ambiental y la de los pueblos indígenas, entre otros.
Es claro que la cultura juega un papel fundamental en el desenvolvimiento de una sociedad, pero existe un ordenamiento jurídico venezolano que se tiene que hacer cumplir desde lo más elemental hasta lo más complejo, en el cual no se trata de agudizar las contradicciones, sino justamente de transformar la cultura y educación desde ahora para cortar con las costumbres perjudiciales que se han venido proliferando principalmente por la guerra multiforme; esto permitirá potenciar el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia al igual que el de evitar el futuro caos social a donde los enemigos de Venezuela nos quieren llevar.
Hecha la observación anterior, debemos tener presente que la nueva Asamblea Nacional será el espacio político por excelencia donde convergerán las diferentes diputadas y diputados que en principio representan nuestros ideales y visiones políticas de país que tienen como facultad construir leyes, reformarlas o derogarlas por otras; sin olvidarnos de los otros poderes y electores que pueden tomar la iniciativa legislativa pertinente a su competencia.
Tengamos en cuenta que las leyes son un conjunto de normas establecidas previamente, conforme al sistema jurídico de cada país, con las cuales se ordena o prohíben ciertas conductas para el bien común. Todo el Pueblo al igual que la Administración Pública deben de someterse plenamente a la ley y al derecho para que exista una convivencia sana y el adecuado funcionamiento orgánico de las ramas del Poder Nacional, lo cual servirá para enfrentar los ataques y superar juntos los retos enmarcados en el Plan de la Patria.
Ya quedará por parte del Pueblo organizado exigir, y de los integrantes de la nueva Asamblea Nacional el de dictar leyes con penas más severas en los ámbitos más sensibles dentro de ésta coyuntura para poder extirpar los vicios y anomalías internas que amenazan al Estado, al igual que ponerse de acuerdo para exigir justicia y solicitar internacionalmente la eliminación de las denominadas sanciones que realmente son medidas coercitivas de carácter unilateral, ya que ningún Estado tiene la potestad jurídica de sancionar a otro, porque en el derecho las cosas son lo que son y no lo que dicen ser.
La nueva Asamblea Nacional se encargará de fortalecer las organizaciones populares y promover su participación protagónica para que ejerzan la soberanía en los diferentes ámbitos políticos, económicos y sociales que tienen que estar en consonancia con la democracia electoral de nuestro país. En ese mismo sentido, es muy posible que dentro de unos años la mayoría de los integrantes de la nueva Asamblea Nacional tomen la iniciativa de reformar la Constitución para luego someter la propuesta a referendo debido a la necesidad de mejorar y blindar al país, siempre y cuando la Asamblea Nacional Constituyente finalice sus funciones en éste año.
Entonces, la importancia de votar éste 6 de diciembre es de carácter vinculante para las futuras decisiones dentro del marco de recuperación económica y fortalecimiento de la institucionalidad que solo la Revolución Bolivariana puede garantizar, ya que es la única que tiene un líder que quiere el bienestar integral de Venezuela, tiene un Plan Nacional, además cuenta con un Pueblo organizado y conciente en el territorio gracias al conjunto de códigos, valores y símbolos latentes que rescató el Comandante Chávez del proceso histórico venezolano.
Necesitamos urgentemente un nuevo Poder Legislativo con cerebro pensante y bien asesorado, que no realice interpretaciones de las circunstancias de forma aislada, sino interpretaciones sistemáticas. Capaz de combinar el análisis jurídico con el político; que trabaje orgánicamente con los otros Poderes Públicos para quitarnos de encima al sanguinario y amoral imperialismo norteamericano que entrará posiblemente en decadencia económica imparable después de la pandemia si no se reinventa a través de las guerras, lo que lo vuelve más peligroso porque necesita chuparle los recursos naturales a Venezuela.
En éste orden de ideas, la nueva Asamblea Nacional no solamente tendrá que legislar para superar las mal llamadas sanciones del sistema imperial y la ignorancia de esos gobiernos satélites con la finalidad de poder levantar al país. También tendrá como tarea histórica ejercer funciones reales de control sobre la Administración Pública Nacional apegados a los términos de la Constitución y la ley.
Es de vital importancia que el Poder Legislativo acompañado del Pueblo organizado contralor, realice las investigaciones e interpelaciones necesarias para seguir dando el buen ejemplo ético con el que se fortalecerá los valores del país, llegando hasta al fondo de cualquier caso para que el Estado y la Revolución Bolivariana penalice severamente la corrupción que no tiene color político, sino que es una rémora propia de la cultural del sistema capitalista.
Quizás las tareas más comunes, pero pertinentes a la importancia per se de la Asamblea Nacional más allá de legislar, consiste en la aprobación de las líneas generales del Plan de Desarrollo Nacional de los próximos años que presente el Poder Ejecutivo en materia económica y social para todo el país; al igual que el de aprobar lo concerniente al régimen tributario, al crédito público y claro está, al Presupuesto Nacional con sus posibles créditos adicionales respetando el principio de legalidad presupuestaria establecido como norma en la Constitución, tomando en cuenta las limitaciones financieras del país.
No obstante, los puntos planteados en el párrafo anterior son temas delicados debido a los escasos ingresos ordinarios producto del asfixiante bloqueo económico, comercial y financiero, los cuales es necesario que cualquier militante de la esperanza lo sepa explicar con ejemplos, detalles y lenguaje criollo en las comunidades mientras se concretan las soluciones estructurales que van de la mano con la clase trabajadora, el sector privado y todos los Poderes Públicos para demostrarle al mundo la verdadera verdad de Venezuela.
Parte de la gran importancia de votar por una nueva Asamblea Nacional en éste año 2020, es que para salir a flote en materia económica, además de hacerlo todos juntos como patriotas sin distinción de colores partidistas, es vinculante que de dicho Poder Legislativo le aprueben al Presidente Constitucional Nicolás Maduro como cabeza del Poder Ejecutivo la celebración de contratos internacionales de interés público nacional para fortalecer los servicios estratégicos y continuar reactivando el aparato productivo del país, en conjunto con socios que sean serios al igual que respetuosos a las leyes donde juguemos a ganar-ganar.
Es necesario señalar que solo una Asamblea Nacional patriota tendrá que velar por los intereses y autonomía de los estados con la coordinación y armonización requerida para el desarrollo y seguridad de toda la Nación. Por lo tanto, es muy importante que las gobernadoras y gobernadores articulen y planteen propuestas acompañados con el Pueblo organizado con el interés de mejorar las condiciones que se requieran, las cuales deben de atender las Comisiones Permanentes de trabajo de la Asamblea al igual que con los sectores sociales.
Resulta oportuno recordar que la legítima, legal y nueva Asamblea Nacional que se elegirá el próximo 6 de diciembre estará obligada por la Constitución y el momento histórico de garantizar la independencia, la libertad y soberanía de la Nación ante cualquier intervención militar de potencia extranjera o de gobiernos satélites que quieran agredir al Pueblo de Venezuela. En ese supuesto y negado escenario de guerra total que no se puede descartar debido a las amenazas del imperialismo norteamericano, la nueva Asamblea Nacional tiene la responsabilidad y facultad constitucional de autorizar formalmente el empleo de misiones militares extranjeras que sean aliadas para poder defender la Patria en conjunto con la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y ese deber del Pueblo en proteger la soberanía, la integridad territorial, la autodeterminación y los intereses de la Nación.
De acuerdo con el razonamiento realizado, podemos darnos cuenta de la trascendental importancia de ir a votar pacíficamente por una nueva Asamblea Nacional que además de romper con la ficción mediática de un gobierno títere impuesto por los enemigos de Venezuela, podemos apoyar al gobierno del Presidente constitucional Nicolás Maduro en la reconstrucción integral de nuestro país al ejercer nuestro derecho democrático para demostrarle al mundo que las venezolanas y venezolanos de bien, saldremos juntos del bloqueo criminal porque nuestro destino siempre será el de vencer.