"...quizás el grito de un ciudadano puede advertir la presencia de un peligro encubierto o desconocido".

Simón Bolívar, Discurso de Angostura

De la renuncia de Evo a la contundente victoria del pueblo boliviano

A raíz de la renuncia de Evo Morales un viejo camarada nos recordó que para su creador, Bolivia era “grande en sus orígenes de lucha”. Hablamos largamente de las luchas el pueblo boliviano y acerca de asumir los combates por el socialismo desde una estrategia de largo plazo. Volvimos sobre ciertos escritos de Simón Bolívar buscando pistas acerca del desenlace indeseado de su gesta y del rumbo torcido de una alternativa inédita de la América Meridional que era el propio delirio de El Libertador.

Evo avanzó con nuestro Comandante eterno, posicionándose en el centro de la huella del conflicto activo en los Congresos Constituyentes de Angostura y Cúcuta y en la Constitución de Bolivia. Y rescataron la idea fuerza que Simón Rodríguez reafirma enfáticamente; razón suficiente para que las elites criollas lo estigmaticen de “mero fabulador” o “fabulero”. Y el Maestro recusa a las oligarquías con argumentos impecables en su didáctica de “El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social”:

“La América española pedía dos revoluciones al mismo tiempo, la Pública y la Económica… los obstáculos que oponen… a la segunda son enormes. El general Bolívar emprende removerlos…algunos sujetos, A NOMBRE DE LOS PUEBLOS, le hacen resistencia en lugar de ayudarlo…se jactan de ser sus enemigos…le suscitan guerras, se les declaran y las llevan a efectos…unos toman el partido de callar, otros el de instigar sordamente y…salen a hacer en países extraños el papel de ilustres desgraciados.”

La renuncia de Evo, según determinados campos políticos: era obligada porque su proyecto estaba derrotado de antemano: “no tenía vida”, en las palabras de un esclarecido; es una decisión impresentable “porque no se preparó asumiendo lo que se le venía encima y así no hay chance alguno; y hubo quienes asumieron, a pesar del golpe de Estado de por medio que dada la correlación de fuerzas y los resultados electorales, Evo no tenía de otra sino negociar una democracia consensuada y asumir en consecuencia su barranco. Sin embargo, el lugar del Jefe Indio de Hugo Chávez y su decisión de renunciar obedecía a otra lógica:

“Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente…” (Marx, El 18 Brumario).

Evo asumió que debía “tragar arena” sin rendirse y trabajar arduamente al lado del pueblo boliviano para recuperar la esperanza: debía demostrar que su condición de líder se consolidaba en las nuevas circunstancias.

Persuadido de desafiar y vencer a los bárbaros de siempre, no olvidó que los “códigos y las leyes de los dominadores se escribe con sangre”. Y no debiese ser sorpresa que avanzase coherentemente con su principio de resolver políticamente los conflictos. De noviembre de 2019 a octubre del 2020 es fiel a esa lógica.

Escamoteado su triunfo electoral, confió en las fuerzas de los indios, los campesinos y obreros bolivianos; y reestructura el movimiento popular con base de un fuerte contenido democrático. Sabía y sabe cómo hacer eso que las circunstancias le exigían.

¿Y qué se agregará después del 18 de octubre?

Un luchador social y un indio como Evo está al tanto que no adviene un desarrollo normal, que todo triunfo político, aunque sea contundente, siempre tiene como contrapelo los sucesivos días D. Entonces, en ese brete, la observación de Marx:

… las revoluciones proletarias… se critican constantemente a sí mismas, se interrumpen continuamente en su propia marcha, vuelven sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados flojos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines, hasta que se crea una situación que no permite volverse atrás y las circunstancias mismas gritan: Aquí está la rosa, baila aquí” (El 18 Brumario).

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Un comentario

  1. Excelente análisis qué parte de una reflexión de los hechos a partir de claves y categorías propias de las revoluciones atrasadas y victoriosas – magistrales las citas de Bolívar y Marx…

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