La causa del General Bolívar es la de los Pueblos
Por Simón Rodríguez
Si algunos hombres que, ahora pocos años, erraban en las tinieblas, gozan hoy de la inesperada fortuna de figurar en el mundo político: . . . Si otros, que la suerte condenaba á un olvido perpetuo, ven sus nombres contados entre los materiales de la historia de América: . . . Si tantos, de los que, ni en secreto se atrevían a decir lo que pensaban, hablan hoy, sin pensar e impunemente, más de lo que la decencia permite: . . . Si los que creían morirse pensando, tienen hoy la libertad de publicar impresas sus ideas. . . ¿a quién deben estas satisfacciones? . . . ¿por quién, las insípidas tertulias de Seminario y de Convento, se han convertido en sociedades pensantes?… ¿por quién, los c1austros se han transformado en Asambleas Políticas? . . . ¿por quién, tantos hombres, perdidos en ocupaciones insignificantes, se ven hoy reunidos en Congreso, tratando del bien público? — ¿Quién los sacó de su mediocridad, para elevarlos a la dignidad de Legisladores? . . . en fin . . . ¿quién ha obrado el prodigio de hacer hablar de Política . . . ¡¡¡en las colonias españolas!!! Responded militares ¡hombres estimables! ¡Dignos compañeros del ilustre Bolívar!”, p. 109.
El General Bolívar ve las cosas en grande, como hombre público — la nimiedad es propia del Gobierno económico. Es verdad que para ocuparse exclusivamente en negocios de pura política, es menester contar con las cosas pequeñas ya establecidas y corrientes: en esto difieren, de la América Española, la Europa y los Estados Unidos. En la revolución de los Anglo-americanos, y en la de los Franceses, los Gobernantes no tuvieron qué pensar en crear pueblos, sino en dirigirlos. La América Española pedía dos revoluciones a un tiempo, la Pública y la Económica: las dificultades que presentaba la primera eran grandes — el General Bolívar las ha vencido, ha enseñado o excitado a otros a vencerlas: los obstáculos que oponen las preocupaciones a la segunda, son enormes — el General Bolívar emprende removerlos, y algunos sujetos, a nombre de los pueblos le hacen resistencia en lugar de ayudarlo.— Sedientos de venganza, por injurias supuestas, o ciegos de ambición por empleos que quizá no pueden desempeñar, se jactan de ser sus enemigos, condenan sus principios, le adivinan malas intenciones, le suscitan guerras en unas partes, se las declaran y las llevan s efecto en otras, lo asaltan en su propia casa para asesinarlo, trastornan, alborotan, llaman su atención sobre todos los puntos y su presencia en los mass importantes . . . Sucumben, y se dispersan: unos toman el partido de callar, otros el de instigar sordamente, y los más comprometidos salen a hacer, en países extraños, el papel de ilustres desgraciados”, pp. 132-133.
RODRÍGUEZ Simón (2016); El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social (1828). Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, Venezuela.
Un comentario
Es importante ver con perspectiva histórica este proceso de sistematización elaborado por Simón Rodríguez con el propósito de comprender la situación presente hoy.