- ENTRADA
La idea era un enfoque basado en el principio “Las revoluciones se producen en los callejones sin salida”. Pero la oleada de reacciones generadas por el “Programa de Reconversión Monetaria y Recuperación Económica” activan la imagen de la película Vértigo y su asociación con el artículo de Lenin “Notas de un publicista” (ya veremos porque). Vértigo (de Alfred Hitchcock, 1958), según los críticos de cine, es “una obra de inagotables y fascinantes enigmas” con tres claves: la resolución “magistral de los misterios” y “deja claro que la fobia a las alturas es realmente la fobia a las profundidades”. situación de un atolladero.
- EQUÍVOCOS POR VÉRTIGO
En el “Programa de Reconversión Monetaria y Recuperación Económica” gravitan cinco opiniones que desdibujan su capacidad y potencial constructivo:
- La impresentable apreciación de derechas, desde la izquierda. Esto es, la visión de “era indispensable un paquete de ajustes y que nadie se asuste por llamar las cosas por su nombre propio…Vamos a un ajuste de toda la economía y será traumático y doloroso… seguramente generará un shock, pero era necesario…”
- La tesis de la reforma. La pretensión de reducir el Programa a una mera reforma monetaria. Esta versión, es un sesgo que sobrevalora “el peso que hoy tiene el dinero en la determinación de las variables económicas”.
- La única arma de los impuesto “…las medidas impositivas son fundamentales, porque es la única arma económica que le queda al gobierno para mantener a raya la fijación monopolista de precios, habida cuenta de que el Estado ha perdido su tradicional músculo financiero de divisas para negociar (vía asignación de divisas baratas) y competir o disputarles los mercados a los monopolios con importaciones baratas y con la producción subsidiada de las empresas públicas…”. En la misma línea del equívoco anterior, el papel de la política tributaria, en esta versión del Programa, es sobredimensionado. Error, que por cierto es descartado en las leyes tributarias aprobadas por la Asamblea Nacional Constituyente el 22 de agosto (1). Un asunto es elevar la presión tributaria, pechando “a los que más tienen”, y otro que la tributación sea nuestro único recurso.
- La expectativa fallida del Programa. Para un campo de la opinión económica, “…la reacción del primer anuncio del presidente Maduro sobre el anclaje del bolívar soberano y la reconversión monetaria creó una ola de esperanzas en muchos sectores, el reciente anuncio no ha producido el mismo efecto…”. Está apreciación de un bajón o de una semi-depre no se apropia del real devenir: con base del Programa, la esperanza es decidida por la lucha que resulta de la relación salarios-precios (y si se prefiere, en el desacuerdo entre el capital y el trabajo). Después de todo, ese es el llegadero, la materialidad de la lucha de clases: el combate específico por un salario digno, mediante una confrontación directa del pueblo con los ganancieros de siempre y la red de corrupción.
- La batalla facilona. La capacidad y potencialidad del Programa en términos de jaque mate o de una red de mate en pocas jugadas, tiene el efecto de la pasividad o inmovilización política. Esta visión tecnocrática y administrativista, ha sido presentada con las frases de “calma y cordura” y “ya los jodimos”. Empero, la cuestión, afortunadamente, es que el juego se destranca y se define un nuevo ciclo político signado por luchas obreras y populares basadas en la conciencia de que “…No se va a producir cambios mágicos en la economía de lunes para el martes”; el presidente Maduro, al respecto, es suficientemente explícito.
- Lenin sin Vértigo
En contraste con los equívocos por vértigo, el Programa hace efectivos actos auténticos, revolucionarios. Entonces, un relato que se explica por sí mismo:
“Imaginemos que un hombre asciende a una montaña muy alta, abrupta y aún no explorada…Es preciso ajustarse la cuerda a la cintura, perder horas enteras para construir con la piqueta un escalón o un saliente al cual se pueda atar fuertemente la cuerda…Las voces que se emiten desde abajo… Unas se alegran abiertamente…ya se cae, y lo tiene merecido… Otras gritan… Por desgracia, nuestros temores se confirman… el vértigo no contribuye a mantener clara la mente …Habría que tener por perecidos a los comunistas que imaginasen que se podría terminar sin errores… sin rehacer multitud de veces lo que no se ha hecho hasta el fin o lo que se ha hecho mal… No han perecido los comunistas que no se permiten ilusiones… En cuanto a nosotros… ni ilusiones ni el desaliento. No temamos reconocer nuestros errores ni tomarnos el trabajo de corregirlos reiteradamente, muchas veces…” (1).
- Vértigo: sin metáforas
Antes del anuncio del Programa, circulan diversas propuestas económicas y discurre un consistente debate, que supera con creces el ámbito estrictamente académico-intelectual, y mediático: ese es el dato que registramos en nuestros conversatorios populares, la fecundidad de un proceso que contribuye con la politización del pueblo venezolano. Destacaremos: dos cuestiones relevantes: el debate no fragmenta la unidad de las fuerzas chavistas; y en tanto, el alcance de complejos y cruciales de asuntos económicos, aún permea las percepciones y análisis del Programa; ahora bien, tomada la decisión del presidente Nicolás Maduro, desarrollar la su capacidad y potencialidad constructiva, es un compromiso revolucionario primordial e ineludible. Desde ese emplazamiento, nos enfocamos en dos movimientos complementarios, que deciden la credibilidad del Programa y la confianza en su desempeño.
- Primer movimiento
La consolidación de la confianza en el desempeño del Programa” implica el despliegue de un dispositivo configurado por el reforzamiento de penalización del boicot, el acaparamiento, la especulación, el contrabando de extracción, la usura y la cartelización; el ejercicio del poder del Estado; la conducción política del PSUV como del conjunto de las organizaciones chavistas; y la movilización del poder del pueblo. En términos de la totalidad salario-precio-y ganancia, el salario mínimo de 1800 bolívares soberanos, además de “cerrar la brecha entre los salarios y los precios”, viabiliza la reconsideración de los salarios, si aumenta “la relación bolívar-petro y por tanto aumentan los precios”, o una modalidad de escala móvil de salarios. Entonces:
- Los acuerdos entre empresarios y el Estado, respecto del nivel de precios de 25 productos, implica su validación por la acción del Estado y del poder popular.
- El marcaje de los precios, de la fecha de elaboración y de vencimiento de los productos, requiere de hacerse en las fábricas y preferiblemente troquelado.
- El compromiso de los precios acordados requiere de una Comisión Ética con la competencia y el poder de asegurar la efectividad del control de precios y la lucha contra la corrupción.
El desempeño eficaz y eficiente del “Programa” nos exige avanzar con la cultura de la democracia participativa y protagónica, con un potente movimiento de contraloría e inteligencia fundamentada en la participación del pueblo venezolano. Entonces:
- Combate masivo e intensivo, por organizaciones de base del poder popular y de los trabajadores, contra las empresas, negocios y la red de corrupción, que sabotean el desempeño del “Programa”.
- Denuncia masiva e intensiva de los delitos y crímenes que resultan de comerse la luz respecto de los precios acordados y los precios especulativos.
- Uso del pago electrónico y exigir la factura correspondiente.
- “Que se abran los libros de contabilidad”, para clarificar las estructuras de costos de empresas y negocios.
- Estricto cumplimiento de la inamovilidad laboral.
- Segundo movimiento
En el anclaje del bolívar soberano al petro, la fijación del salario en 1.800 bolívares soberanos, la paridad cambiaria a 6. 000 bolívares soberanos por dólar, la opción de los precios acordados y los precios especulativos, están activados una serie de enfoques, supuestos y conceptos económicos, que han sido debatidos con cierta amplitud y un nivel para nada desestimable. Un alcance directo de esa “pedagogía económica”, es que “todo el mundo” tiene su opinión económica. Llegados a este punto, emerge el quiebre de eso que Fidel Castro denomina “El analfabetismo económico”, indicador relevante de cómo el pueblo venezolano vence “la peor forma de ignorancia en nuestra época: Solo así podríamos saber lo que está ocurriendo en el mundo”. (2)
El debate acerca de lo económico significa nuestro día a día y dinamiza la política chavista: cómo agenciar esa realidad y facilitar su fluidez, para esclarecer un ámbito de problemas, que demandan de un fuerte poder explicativo, bien sabemos, que “cuando falta la causa prosperan los efectos”. El positivo trecho andado, por donde se le mire, denota la ardua y trabajosa construcción del “Programa” por el presidente Maduro, en tanto, una estrategia de ofensiva económica orientada por un contragolpe absoluto. En ese lugar, es de suyo que aún se construye la legitimidad y viabilidad del “Programa”, y que la fuerza transformadora del mismo, pasa por continuar ocupándose de:
- Los “Motores Económicos” y el financiamiento del Programa
- La relación fluctuante entre el bolívar y el petro, así como la potencialidad monetaria y financiera del petro, ya que el anclaje en el petro define “los tres principales precios de la economía, el de la fuerza de trabajo (salario), el de la moneda (tipo de cambio) y el de todos los bienes y servicios.
- La cantidad de oro (en toneladas) depositada en las bóvedas del Banco Central de Venezuela, las reservas de oro de la nación, y el tránsito hacia “una cesta de commodities” (oro, petróleo, coltan, diamantes, etc.), en tanto alternativa para blindar el anclaje del bolívar soberano.
- La recuperación de las reservas internacionales.
- La reconversión y recuperación de PDVSA.
- El marco jurídico de administración de las divisas: la política de no transferir divisas públicas al sector privado.
- El dinero inorgánico y la política de “recoger la liquidez monetaria.
- El alcance del “ajuste fiscal” y su relación con los ingresos de la nación (fiscales, las divisas petroleras y el petro).
- La estructuración de una Banca Única Pública.