«Un elemento consustancial al sistema doctrinal imperante en Estados Unidos es la ficción de que todos formamos una familia feliz en la que no existen diferencias de clase, y que todos trabajamos juntos y en armonía. Pero eso es radicalmente falso» (Noam Chomsky)
Como se sabe, el 06/01/2021, el mundo estuvo expectante, observando las imágenes de las escenas violentas en la capital de EEUU, después que gente desaforada, sin control alguno, estimuladas/aupadas por Donald Trump, irrumpieron en el edificio del Capitolio, lo que obligó a suspender una sesión conjunta del Congreso para certificar la victoria del último «certamen electoral».
Esa situación ha generado cualquier cantidad de análisis, comentarios y especulaciones.
Ha vuelto a la discusión las razones que se esconden o están detrás de esas acciones y cómo es posible que eso tenga lugar en uno de los sitios emblemáticos y «sagrado» para los habitantes de ese país, como le es el Capitolio.
Algunos encuentran respuestas en una lucha de clases que se desarrolla al interno de la burguesía estadounidense, entre, por un lado, la burguesía industrial junto al capital inmobiliario que lo representaría Donald Trump, y por otro lado, la burguesía financiera, el complejo industrial militar y los capitales especulativos., en alianza con los medios de comunicación y los emporios de comunicación digital, que estaría del lado de Joe Biden.
También se argumenta que lo que se vive es una confrontación entre soberanistas, industrialistas, chauvinistas-neonazis y los globalistas, multilateralistas, defensores del capital sin fronteras. Que tanto uno, el que se va (Donald Trump), como el que llega (Joe Biden), son instrumentos de dos facciones del gran capital, de corporaciones y estructuras más permanentes y con mayor raigambre económica, social, militar e ideológica.
El exgobernador de California Arnold Schwarzenegger y actor, afirmó que «El miércoles» (06/01/2021) «fue el día de los vidrios rotos aquí en Estados Unidos» y el día en el cual también la turba «hizo añicos las ideas que dábamos por sentado» y «pisoteó los principios mismos sobre los que se fundó nuestro país». Por tanto: «Necesitamos sanar, no como republicanos o demócratas, sino como estadounidenses».
Ahora bien, más allá de esas apreciaciones, que tienen asidero en la realidad, lo importante es tener claridad sobre quién manda realmente en ese país.
Nosotros afirmamos: allí manda una constelación de fuerzas políticas, económicas, financieras, militares culturales, mediáticas, los lobby, los think tank, las sociedades secretas, los mainstream, etc.
Veamos.
Walter Graziano, en el texto Nadie vio Matrix (2007, 219), Woodrow Wilson, identificado como el gran teórico del idealismo, diría en una entrevista concedida al New Republic en 1913, lo siguiente: «Desde que ingresé a la política, muchos hombres se me han acercado para confiarme sus pensamientos de manera reservada. Algunos de los más importantes hombres de los Estados Unidos, de las áreas del comercio y de la industria están asustados de alguien, están asustado de algo. Saben que en algún lugar hay un poder tan organizado, tan escondido, tan vigilante, tan interrelacionado, tan complejo, que es mejor no hablar más alto que el ruido de la respiración cuando se lo condena».
El presidente Dwight Eisenhower en su discurso de despedida, el 17/01/1961, alertó sobre ese gobierno de los «poderes fácticos» (factual powers) en estos términos: «Debemos cuidarnos de la adquisición de influencia injustificada, tanto solicitada como no solicitada, del complejo militar industrial» (2).
El 27/04/1961, el presidente John F. Kennedy denunció en un discurso ante la Asociación de editores de periódicos a las sociedades secretas en los siguientes términos:
«La propia palabra secreto es repugnante en una sociedad libre y abierta; y nos hemos opuesto intrínseca e históricamente a las sociedades secretas, a juramentos secretos y a procedimientos secretos. Porque nos enfrenta en todo el mundo una conspiración monolítica y despiadada que se basa principalmente en medios encubiertos para expandir su esfera de influencia basada en infiltración en lugar de invasión, en subversión, en lugar de elecciones, en intimidación en lugar de libre elección. Es un sistema que ha usado vastos recursos humanos y materiales para construir una maquina eficaz estrechamente tejida que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas. Sus preparativos son ocultos, no se publican. Sus errores son enterrados no salen en los periódicos. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. No se cuestionan los gastos, no se publican los rumores, no se revelan los secreto».
Como se sabe, Kennedy fue asesinado el 22/11/1963. La película de Oliver Stone, «J.F.K.: caso abierto» del año 1991, deja claramente establecido los entretelones de ese asesinato.
Adrián Salbuchi, en el libro El Cerebro del Mundo. La Cara Oculta de la Globalización (2003), distingue entre el «poder formal» (integrado por «estructuras altamente visibles», como «las instituciones del Estado y de gobierno de la mayoría de los Estados-nación; organizaciones sindicales y otras estructuras de diversa índole) y el «poder real» («estructuras de poder que, dentro o fuera de los circunstanciales entornos jurídicos en los que están insertas, impulsan planes, medidas y decisiones políticas, económicas y sociales de efectividad concreta en el tiempo y el espacio, dentro de una nación, región, estamento social o estructura pública o privada, o en un conjunto de éstas»). Son estas las que permiten detentar el verdadero poder y tienen sus diversas expresiones o manifestaciones (económica, financiera, tecnológica, informática, comunicaciones, gubernamentales o «un conjunto de éstas»).
De allí que el «poder formal», que tiene sus límites establecidos, sea una entelequia o la vía expedita para que el «poder real» sea realmente el que gobierne.
Peter D Scott, plantea la distinción entre el «Estado Público» y el «Estado Profundo». El primero se encuentra establecido en términos jurídico-constitucional y el segundo está integrado por las «fuerzas profundas» de la riqueza, el poder y la violencia, las cuales operan en «segundo plano», esto es, están «detrás del «Estado Público». Ambos «Estados» está conectado por una «puerta trasera», ubicada al «fondo» del primero y es la que habilita el «acceso» de «fuerzas oscuras invisibles», provenientes de un contexto ajeno al «marco legal».
Para este autor, el entramado de dichas «fuerzas», más que construir una «estructura paralela», inciden directamente en la «anatomía» del «Estado Público» y su funcionamiento, a través de una «amplia zona» de «contactos» con aquél.
En definitiva, el «Estado Profundo», hace referencia al conjunto de personas e instituciones que dictan las políticas y que son una especie de gobierno en la sombra o secreto.
Noam Chomsky, en entrevista, publicado el 26/11/2020, bajo el título: «En la fragilidad de la democracia estadounidense», dirá que la editora rana foroohar escribe: «sabe que en los Estados Unidos de hoy el sistema está manipulado a favor de los ricos y poderosos».
Así que en ese país no son los presidentes de Estados Unidos lo que mandan, ellos son «simple administradores» de la cosa púbica y de los «poderes fácticos» y si alguna duda queda sólo citemos las palabras de tres que si mandan de verdad.
Guy Rosen, vicepresidente de integridad de Facebook dijo: «Esta es una situación de emergencia y estamos tomando las medidas de emergencia apropiadas, incluida la eliminación del video del presidente Trump» y «lo eliminamos porque creemos que esto contribuye a disminuir el riesgo de que continúe la violencia».
Adam Mosseri, jefe de Instagram comentó: «Nosotros también hemos bloqueado la cuenta del presidente Trump».
Mark Zukerberg, el jefe de los jefes, publicó un comunicado en Facebook y anunció: «Creemos que los riesgos de permitir que el presidente continúe utilizando nuestro servicio durante este período son simplemente demasiado grandes» y «por lo tanto, estamos extendiendo el bloqueo que hemos colocado en sus cuentas de Facebook e Instagram de manera indefinida y al menos durante las próximas dos semanas hasta que se complete la transición pacífica del poder.
Más claro, imposible. La democracia y la libertad en franco retroceso.
Preguntamos. ¿Aún quedan dudas sobre quién (o quiénes) mandan en Estados Unidos?